Uno de los micromachismos más habituales en el mundo de la música es la obsesión que tiene todo el mundo de crear un relato para enfrentar a toda costa a las mujeres que cantan para un mismo tipo de público. Como si el mundo no fuera lo bastante grande como para que, por ejemplo, puedan convivir en el mismo tiempo e incluso en el mismo espacio dos estrellas como Madonna y Lady Gaga, las dos estrellas que más titulares han generado por su supuesta enemistad.
Claro que en este caso la culpa no es solo de los medios. Ellas mismas también han participado en algún momento de este juego con declaraciones que solo pretendían alimentar la guerra entre sus seguidores. Y basta leer los comentarios de cualquier noticia protagonizada por una de estas artistas para comprobar lo encarnizado de esta lucha.
De hecho, la última gran batalla para elegir cuál de las dos cantantes es la estrella pop definitiva se ha vivido a raíz de los Oscars, empezando con la nominación de Gaga a la Mejor actriz por Ha nacido una estrella, algo que Madonna nunca ha conseguido; y terminando con el premio a la Mejor canción original que se ha llevado por Shallow.
Una categoría en la que Madonna también ha triunfado dos veces con los temas Sooner or Later, que interpretaba en Dick Tracy; y You Must Love Me, que aparecía en Evita. Vamos, que en teoría no debería haber discusión porque Madonna todavía gana a Gaga en número de Oscars. Pero no, porque el premio es para la persona que compone la canción, no para quien la canta. Y eso es algo de lo que solo puede presumir Gaga.
Pero quien esperara que esto supusiera una nueva brecha en la ya inexistente relación entre ambas divas, tenemos malas noticias: Lady Gaga anoche no solo se llevo un premio a casa, sino que además eso le sirvió para firmar la paz definitiva con Madonna, que no dudó en invitarla a su tradicional fiesta postOscars para felicitarla en persona.
Y así, mientras una mitad del mundo discutía con la otra mitad en Internet para defender a su cantante favorita, ambas cantantes se reencontraban después de años lanzándose indirectas para limar asperezas, hablar tranquilamente e incluso posar juntas en una foto en la que Gaga no se separa de su Oscar.
Ojalá la base de fans de cada una siguiera su ejemplo y se dejaran de una vez de insultos y descalificaciones innecesarias cada vez que cruzan impresiones. Primero porque no hay nada más antiguo y machista que el concepto de ‘pelea de gatas’. Pero sobre todo porque si el mejor argumento que tienes para defender la calidad de una artista es tirar por tierra el de una compañera, buen buen fan tampoco eres.