Ahora mismo, en este mismo instante, escondidos en tus poros probablemente tienes decenas de seres, alimentándose de la grasa que desprende tu cara. Pero tranquilo, porque a las personas que tienes cerca, incluso quien escribe estas líneas, está bajo el mismo supuesto. Estos «animalitos» que miden 0,3 milímetros (se necesitarían unos diez puestos en fila para que pudieran sumar lo mismo que la cabeza de un alfiler) y que parecen una especie de lombriz -aunque no lo sea en absoluto- son la familia Demodex folliculorum, un tipo de ácaro bastante común que cohabita con diferentes animales sin que éstas se den cuenta la mayoría de las veces.
El portal NPR ha querido «rendir» homenaje a estos ácaros -que son arácnidos, es decir, están más emparentados con las garrapatas o las arañas que con los gusanos- y explicar su modo de vida en imágenes que pueden provocar más de un escalofrío: por el día se «encierran» en los poros para salir de noche, mientras duermes, y aparearse con otros semejantes sobre tu cara.
El hecho de que vivan «apretados» en tus poros no es casualidad. El aceite ceroso que excreta tu rostro para mantenerte hidratado y que se produce por glándulas escondidas dentro de sus poros, cerca de la parte inferior de sus folículos pilosos, es un manjar para los ácaros Demodex. Después del festín -y de dormir-, se arrastran a la superficie para tener sexo en tu cara, literalmente.
No defecan en tu cara -al menos-
Dadas sus preferencias dietéticas, los ácaros de la cara se sienten atraídos por los poros más grasientos de la cara humana, como las mejillas, la nariz y la frente. Según un estudio publicado en 1992 en la revista «Clinical and Experimental Dermatology», los folículos infestados pueden albergar media docena de ácaros a la vez, con espacio para muchos más. La vida de estos seres llega hasta las dos semanas y son tan «respetuosos» que no defecan, sino que guardan en su interior sus excrementos hasta su muerte.
Emparentados con las garrapatas
Otro reciente estudio publicado en la revista «Nature Communications» explica que la familia de los ácaros se relaciona con la de las garrapatas no de forma remota, sino que son parte de la misma línea evolutiva. Esto ahora los convierte en el grupo más diverso de quelicerados, cambiando nuestra perspectiva sobre su biodiversidad. Científicos de la Universidad de Bristol y el Museo de Historia Natural de Londres acaban de reconstruir la historia evolutiva de los quelicerados, el grupo mega diverso de 110.000 artrópodos que incluye arañas, escorpiones, ácaros y garrapatas.
«Las arañas, con más de 48.000 especies descritas, han sido consideradas durante mucho tiempo como el linaje quelicerado con mayor biodiversidad, pero se han descrito 42.000 especies de ácaros y 12.000 de garrapatas. Por lo tanto, si los ácaros y las garrapatas son una sola entidad evolutiva en lugar de dos especies relacionadas, sería una familia más numerosa que la de las arañas», señalaba el coautor del estudio, el profesor Davide Pisani, de la Escuela de Ciencias de la Tierra y Ciencias Biológicas de la Universidad de Bristol. Es decir, tienes un viejo y multitudinario linaje en tus poros. Mucho más que el de las arañas.
Los bebés: los únicos sin ácaros
Estos ácaros no distinguen entre hombres y mujeres, pero sí por edad: los bebés no tienen, por lo que se cree que los «adquieren» por el contacto con la madre o los familiares. Estos ácaros no representan una amenaza para los humanos, a menos que se acumulen en cantidades realmente grandes, lo que a veces conduce a una enfermedad llamada demodicosis o sarna demodéctica. En los humanos, la demodicosis puede causar que se forme un brillo rojo o blanco en la piel, y a menudo se asocia con una disminución en la respuesta del sistema inmunitario. Sin embargo, se trata de una enfermedad rara y la mayoría de las personas viven en paz con estos «animalitos» hasta la vejez.