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General: Walt Whitman, 200 AÑOS DEL NACIMIENTO DEL POETA GAY
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Respuesta  Mensaje 1 de 4 en el tema 
De: cubanet201  (Mensaje original) Enviado: 26/05/2019 15:26
WALT WHITMAN: POETA GAY 
A los 200 años de su nacimiento, el autor de ‘Hojas de hierba’ sigue siendo el gran poeta de la democracia, uno de los autores más influyentes de la literatura universal.  Walt Whitman exaltó su vida para que nosotros nos atreviéramos a hacer lo mismo con la nuestra. Nos liberó de la moral
 
WHITMAN ES UNA GALAXIA ENTERA 
MANUEL VILAS | EL PAÍS
Walt Whitman nació el 31 de mayo De 1819 en Nueva York, en West Hills, a unos 40 kilómetros del actual Empire State Building, por dar un dato preciso, extraído de Google Maps. Calcula Google 10 horas andando desde West Hills hasta Manhattan. Más de una vez haría ese camino este poeta del que ahora se cumplen 200 años de su nacimiento. De Whitman no se ha dejado de hablar jamás, ha estado presente en todo momento de la historia literaria. Su fama no conoce altibajos. En eso ha acabado siendo como Dante, Cervantes, Shakespeare o Tolstói. Whitman es un fundamento de la literatura y el poeta más misterioso y a la vez popular de la modernidad. Haríamos bien en preguntarnos, aprovechando este bicentenario del autor de Hojas de hierba, por qué de vez en cuando la literatura produce esas obras casi sobrenaturales que se inscriben en la historia de una forma ineludible. Puede que Whitman, como Dante o como Tolstói, supiera que la literatura funda la ilusión de la espiritualidad, de las emociones vivas, sin la cual los seres humanos nos sentimos desamparados.
 
No celebramos en Whitman ni en Cervantes ninguna inteligencia más allá de la que emana de la simplicidad e incluso de la vulgaridad de la vida. No nos enloquece ninguna pericia literaria, ninguna invocación de la literatura por la literatura, no nos quema la sangre ningún arte autorreferencial, ningún logro del estilo. Celebramos una expansión, un ensanchamiento, un crecimiento de la vida. Eso fue Whitman: la vida en expansión, una quemadura llena de belleza. Por eso, uno no puede entrar en la poesía de Whitman sin que lo que allí lee repercuta directamente en su concepción de la vida. De Whitman uno sale habiendo aprendido una lección que no ha sido rebatida hasta hoy. La lección se llama libertad interior. No ha habido después de Whitman ningún escritor que haya añadido ni una coma en esa expansión frenética del don de estar vivo.
 
Por eso, este bicentenario es importante, porque seguimos sin movernos ni una coma de lo que alumbró Walt Whitman. Y yo me pregunto por qué no ha habido ni un paso adelante en ese hermoso matrimonio entre literatura y autobiografía dionisiaca que fraguó el poeta americano. De la lectura de Walt Whitman un ser humano sale tocado por algo que va más allá de la literatura. Nadie sabe muy bien qué es ese más allá. El crítico George Steiner encontró ese más allá en Kafka, y lo definió como la energía propia de los fundadores de religiones. Imagino que no se le ocurrió otra comparación. En todos los grandes de la literatura se encuentra ese enigmático paso hacia el abismo, que acaba siendo un abismo lleno de inesperada alegría.
 
Pensar en Whitman y que aparezca Kafka parece una premeditación irónica de la vida misma. El éxito de Whitman sigue siendo el de siempre: descubrió los espacios desnudos, los espacios de la libertad absoluta que anida en el corazón de los seres humanos. Y al encontrarlos, los manifestó con una escritura que nunca había sido vista sobre la tierra. Kafka hizo lo mismo a través de unas tramas novelescas que jamás habían sido urdidas ni imaginadas.
 
Hay pozos interminables en los corazones de los seres humanos, esos pozos siguen siendo patrimonio efectivo y real de la literatura. Este bicentenario whitmaniano puede tener esa utilidad: recordarnos el patrimonio moral de la literatura, y específicamente de la poesía. Cuando hablamos de Whitman creo que hablamos de algo que va mucho más allá de un poeta. Hablamos de un profundo sentido de la insubordinación a la sociedad y de la subordinación amorosa al orden de la naturaleza. El centro de gravedad de Whitman sigue estando allí: la vida es superior a la civilización y la historia, al arte y la ciencia, al tiempo y la muerte, a cualquier orden que exceda el asombro indeterminado ante todo cuanto nos es dado contemplar. Hizo coincidir su visión de la vida con todo un país, al que él llamó América. Pensó que la fraternidad era la única forma de gobierno, y a eso lo llamó democracia. Contempló el nacimiento de una nación y fue consciente de ello. Esa consciencia hoy nos sigue maravillando.
 
La libertad del hombre no puede ser ni ofendida ni avasallada ni puede ser denigrada ni derrotada. Por eso, uno no lee a Whitman exactamente; uno se deja conmocionar por Whitman. De la libertad política al erotismo universal había también un paso, que Whitman dio. Otros vieron también el nacimiento de los Estados Unidos de América, pero no supieron darse cuenta. Que solo él supiera darse cuenta es inquietante. Imagino que eso era lo que subyugaba a Jorge Luis Borges, otro whitmaniano confeso: el don de la visión, el don de saber mirar el presente, el don del misterio.
 
En Hojas de hierba hay un adanismo que ya no hemos vuelto a ver en las creaciones culturales occidentales. Ese adanismo, en mi opinión, fundó la autobiografía moderna. Hay una pregunta sencilla: ¿quién habla en Hojas de hierba? No, no es una voz poética, no es una ilustre retórica, no es una convencional tercera persona, no habla ningún recurso literario conocido. Habla un “yo mismo”, un myself que no habíamos caído en la cuenta de su existencia. Estaba con nosotros, pero nadie lo había nombrado. El myself de Whitman somos toda la humanidad convertida en anhelo de belleza y verdad.
 
Quien nos habla es un hombre llamado Walt Whitman y nos dice que el mundo fue creado para la humanidad entera, para su felicidad inconmensurable. Entendemos entonces que nosotros, que cualquier hombre, cualquier ser humano, puede hablarle al mundo. Whitman no hizo autoficción, porque la autoficción no es carnal, hizo autobiografía porque ésta sí es carnal. No necesitaba inventarse nada, porque inventarse su vida hubiera sido una triste ingratitud. Exaltó su vida para que nosotros nos atreviéramos a hacer lo mismo con la nuestra. Se dio cuenta de que en la vida de cualquier ser humano no había nada que esconder sino todo lo contrario. Así nos liberó de la religión, de la moral, de la política, de la hipocresía, e incluso de la propia literatura, de esa literatura que escondía al hombre.
 
Si Cervantes fundó la novela moderna, Whitman fundó la autobiografía contemporánea. Y nos sigue emocionando porque después de leer a Walt Whitman uno comprende la infinitud y la belleza no de la vida de Whitman, sino de la vida propia. La vida personal del que lee a Whitman se convierte en un acontecimiento sobrenatural. Imposible no amar esta poesía, esta poesía que, para colmo, fue escrita en prosa.
 
Walt Whitman:  El poeta gay
Hijo dilecto de la literatura norteamericana, Walt Whitman constituye uno de los ejemplos históricos más importantes de censura homofóbica en la historia de la literatura mundial.
 
Ella por él
En muchas de sus composiciones líricas de su compilada obra poética “Leaves of Grass” (“Hojas de hierba”, obra de un verdadero trotamundos por los caminos de Norteamérica) el autor se vio obligado a censurar fragmentos de su poemario de claro lirismo y estética homoerótica que eran sin lugar a dudas mal vistos por la moral burguesa de la época; en la primeras ediciones de “Hojas de hierba” hubo una sustitución sistemática de los “he” (él) por los “she” (ella); y de los “his” (“su” masculino) por los “her” (“su” femenino), como atestiguan estos fragmentos originales que hoy podemos disfrutar liberados de la cadenas de la censura histórica a la que fueron sometidos.
 
“Nosotros, dos buenos mozos, abrazándonos mutuamente,
sin jamás abandonarnos el uno al otro,
recorriendo los caminos de extremo a extremo, recorriendo el Norte y el Sur,
gozando de vigor, ensanchando los codos, apretando los puños,
armados y sin miedo, comiendo, bebiendo, durmiendo, amando,
no admitiendo otra ley que la de nosotros mismos, navegando, fanfarroneando,
robando, amenazando,
alarmando a los avaros, villanos y sacerdotes, respirando el aire, bebiendo el agua,
danzando sobre la hierba o sobre la arena de las playas,
perturbando las ciudades, despreciando las buenas costumbres, burlándonos de las constituciones, persiguiendo la apatía,
llevando al éxito nuestra aventura.”
 
Influencia homoeórtica
La notable influencia que la obra del “tío Walt” (a la manera de Robin Williams en “Dead Poets Society”: “La sociedad de los poetas muertos”) ha ejercido sobre la literatura homoerótica es de considerable importancia, ya sea en los límites de la vida cultural norteamericana como fuera de fronteras; esta característica cosmopolita de su poesía queer se puede apreciar por ejemplo a través de la profunda influencia en la obra literaria del poeta griego de comienzos del siglo XX Constantinos Cavafis, donde la pictórica musicalidad que retrata la intimidad del amor también tiñe sus poemas.
 
Una noche
“Y allí, en una cama mísera y vulgar
poseí el cuerpo del amor, poseí los labios
sensuales y sonrosados por el vino,
sonrosados de tanto vino que incluso ahora,
cuando escribo después de tantos años,
en mi casa solitaria, vuelvo a embriagarme."
 
El homenaje de Federico
A su vez la figura de Whitman, al igual que la del irlandés Oscar Wilde, se ha convertido en ícono universal de la cultura queer al simbolizar los siglos de opresión y represión a la homosexualidad en la historia de Occidente, y la censura que tuvieron que sufrir los poetas y escritores homosexuales a lo largo de los siglos: Marlowe, Verlaine, Proust, Auden, Ginsberg, Capote, Arenas y por supuesto el luminoso granadino Federico García Lorca que en “Poeta de Nueva York” le dedica una de sus odas más hermosas.
 
Oda a Walt Whitman
Federico Garcóa Lorca
“Ni un solo momento, viejo hermoso Walt Whitman,
he dejado de ver tu barba llena de mariposas,
ni tus hombros de pana gastados por la luna,
ni tus muslos de Apolo virginal,
ni tu voz como una columna de ceniza;
anciano hermoso como la niebla
que gemías igual que un pájaro
con el sexo atravesado por una aguja,
enemigo del sátiro,
enemigo de la vid
y amante de los cuerpos bajo la burda tela.
Ni un solo momento, hermosura viril
que en montes de carbón, anuncios y ferrocarriles,
soñabas ser un río y dormir como un río
con aquel camarada que pondría en tu pecho
un pequeño dolor de ignorante leopardo.”
 
Whitman, Walt. Hojas de hierba. Argentina: Losada, 2007. Impreso.
Cavafis, Constantinos. Poesía completa. España: Alianza, 1991. Impreso.
 
ACERCA DEL AUTOR
Manuel Vilas es autor de libros como Ordesa (Alfaguara) y de América (Círculo de Tiza).
 


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Respuesta  Mensaje 2 de 4 en el tema 
De: libreconderechos Enviado: 28/05/2019 15:34
LO TRATARON DE POETA OBSCENO POR LA SENSUALIDAD (Y SEXUALIDAD) DE SUS VERSOS EN 
HOJAS DE HIERBA PERO NO ERA ESO, ERA EL NACIMIENTO DE LA POESÍA EN VERSO LIBRE

Grabado de Walt Whitman, realizado para la primera edición del monumental poemario Hojas de hierba, en 1855
 Berta Rivera
Fue, por encima de todo, un espíritu libre, tan libre que con 15 años ya vagaba solo por el mundo y escribía versos, versos de rima libre, de ideas complejas y a veces contrapuestas, románticos, eróticos, políticos, religiosos, naturales… nada que tocara el alma emocial de este poeta quedaba fuera de sus versos.
 
De Walter Whitman, llamado Walt desde niño para evitar confusiones con su padre (también llamado Walter), sabemos algunas cosas e imaginamos otras porque lo cierto es que ignoramos muchas ¿era homosexual? cabe que sí ¿bisexual? tal vez, pero no hay certeza de ello; en todo caso, empezaremos por lo que sí sabemos a ciencia cierta.
 
Nació en primavera, un 31 de mayo, en el seno de una familia de granjeros de Long Island, aunque no contaba más que 4 años cuando su padre (británico), aprovechando un boom de la construcción, se convirtió en carpintero y se mudó con su madre (holandesa) y toda la familia a Brooklyn. Walt era el segundo de nueve hermanos y, dado que la economía familiar era precaria y él era de los hermanos mayores, pronto tuvo que comenzar a trabajar.
 
Dejó el colegio a los 11 años y trabajó primero con una firma de abogados y después para un médico, más tarde en una imprenta y a los 16 años ya publicaba poemas en el diario New York Mirror, lo hizo sin firmarlos, demostrando que no era del todo cierta la afirmación de Virginia Woolf, quien decía que a lo largo y ancho de la historia ‘anónimo’ era siempre una mujer. Su familia regresó a Long Island y él abrió sus alas y voló libre y solo. Se quedó en Brooklyn primero, después en Nueva York. Aunque esta primera aventura sólo duró dos años, a los 17 su mundo estaban tan del revés que volvió a casa y durante los dos años siguientes dio clases en pequeñas escuelas rurales, un trabajo el de maestro que no le satisfacía.
 
Imagina una mesa redonda en el centro de un gran salón, e imagina sentados a ella a Walt Whitman con Oscar Wilde a su izquierda y Emerson a su derecha, frente a ellos Thoureau… Nunca sucedió pero pudo haber sucedido porque si algo tienen en común Emerson, Wilde, Thoureau es su admiración por Whitman y al propio Whitman porque todos lo conocieron y él los conoció a todos. Pero no adelantemos acontecimientos…
 
En 1938 regresó a Nueva York y, aprovechando la experiencia adquirida en el mundo del periodismo en su etapa como aprendiz en The Patriot y en el semanario The Long Island Star, funda su propio periódico, The Long-Islander, donde trabaja como editor, redactor y distribuidor, cuentan que llegó a entregar él personalmente los periódicos.
 
No llegó a cumplir un año al frente de The Long-Islander cuando lo vendió y vagabundeó de nuevo entre trabajos de tipógrafo y profesor, escribiendo y también publicando editoriales y ensayos en algunos periódicos.
 
La década de 1840 puso a Whitman rumbo a la poesía no sin antes darle algún que otro disgusto; en 1840 fue acusado de sodomía en una de las escuelas en las que trabajaba como profesor, tal fue la acusación que la escuela apareció más tarde en algunos mapas de Nueva York como ‘Escuela de Sodoma’; volvió entonces al periodismo y vaganbundeó de nuevo por varias publicaciones para dar con sus huesos en la calle en 1848 cuando fue despedido de su puesto como editor del Broolyn Eeagle por motivos políticos.
 
Cabe, antes de seguir adelante y llegar al mundo poético de este magnífico autor, hacer notar un par de cosas acerca de Whitman, en cuanto a sus tendencias políticas y también religiosas; era n hombre con ideas propias y eso suele ser causa de pocas cosas buenas en casi cualquier sociedad, el peaje a pagar por la libertad de ideas suele ser alto; Whitman creía en todas las religiones y en ninguna, era deísta, creía en la existencia de un dios y en la inmortalidad del alma de un modo más emocional que justificado, no creía en los mitos, personajes e historias de ninguna religión; en cuanto a sus ideas políticas, fue su afinidad con el ala menos conservadora del partido demócrata lo que le costó su puesto en el Broolyn Eeagle, se oponía a la esclavitud pero no comulgaba con el abolicionismo e igual que decía con claridad a los estados del sur »o abolen la esclavitud o ella los abolirá a ustedes», era contrario a que los afroamericanos obtuvieran el derecho al voto.
 
Llegamos a 1850, una década marcada por el nacimiento del poemario más exquisito en lengua inglesa –Leaves of Grass-, cabe que lo sea incluso de la literatura universal, gentes como Borges -que lo tradujo al castellano- o Lorca además de Oscar Wilde, Emerson y Thoreau se rindieron a los versos de Leaves of Grass, Hojas de Hierba. Whitman comenzó a escribir esta obra en 1850 y, cinco años más tarde, corría él mismo con lso gastos de la primera edición, una edición de la que sacaría 795 copias. Nacía entonces el poeta y su obra con él, una obra que crecería hasta el mismo año de su muerte, 1892.
 
Fue tras la primera edición de Leaves of Grass cuando Emerson se declaró admirador de Whitman, lo hizo con una misiva dirigida al propio poeta que la incluyó en la segunda edición de este poemario añadiendo además 20 nuevos poemas. Thoureau se rindió tambien al arte poético de Whitman y alivió en parte el peso de las críticas que eran ya duras en cuanto a lo supuestamente obscenos (sexualmente explícitos) que resultaban algunos de sus poemas.
 
En 1862, siendo ya un poeta notable pero de dudosa reputación, se marchó a Washington y trabajó como enfermero voluntario en el ejército, eran los años de la guerra civil americana; la década de 1860 fue terrible en lo personal para Whitman, de sus 8 hermanos, uno de ellos moría de tuberculosis, otro era encerrado en hospital psiquiátrico y uno más capturado por los confederados, para cuando fue liberado su estado de salud era pésimo; Whitman consiguió un buen trabajo en el Departamento de Interior del que fue despedido, probablemente, por su dudosa fama a causa de sus Hojas de Hierba aunque por aquel entonces contaba ya a su favor con firmes defensores que vieron facilitada su labor por la publicación del poema Oh capitán! en el que el poeta hacía una oda a Lincoln (sí, el poema que todos conocemos en voz (doblada o no) de Robin Williams en la mítica película El Club de los Poetas Muertos).
 
Sus últimos 20 años estuvieron marcados por una salud débil; en 1873, año en el que moría su madre, sufrió su primer accidente cardiovascular; a pesar de estos golpes, Leaves of Grass seguía creciendo con nuevas ediciones y Whitman recibiendo el apoyo de ilustres admiradores, Oscar Wilde entre ellos, por entonces su mítico poemario ya había sido publicado también en Inglaterra.
 
En un modo a medio camino entre lo tétrico y lo estoico, Whitman hizo construir su propio mausoleo, visitó incluso las obras y en 1892, lo ocupó, descansa en él y junto a él toda su familia.
 
Y así, casi sin pena ni gloria, repasamos la vida de uno de los grandes de la literatura y volvemos sobre un tema del que hicimos sólo una mención nada más empezar ¿era Whitman homosexual o bisexual? ¿le llamaban el poeta obsceno más por eso que por la a veces explícita sexualidad de sus versos? ni tan siquiera sus biógrafos se ponen de acuerdo en ésto ni el propio autor, en un alarde de inteligencia que aplaudimos, dijo jamás media palabra. Quede pues su sexualidad para sí mismo hayan dicho lo que hayan dicho sus supuestos amantes y nosotros nos quedaremos con su obra cumbre: Hojas de Hierba (para fumarnos la vida).
 
Nosotros, dos buenos mozos, abrazándonos mutuamente
                 WALT WHITMAN
Nosotros, dos buenos mozos, abrazándonos mutuamente,
sin jamás abandonarnos el uno al otro, recorriendo los caminos de extremo,
recorriendo el Norte y el Sur, gozando de vigor, ensanchando los codos,
apretando los puños, armados y sin miedo, comiendo, bebiendo, durmiendo, amando, no
admitiendo otra ley que la de nosotros mismos, navegando,
fanfarroneando, robando, amenazando, alarmando a los avaros, villanos
y sacerdotes, respirando el aire, bebiendo el agua, danzando sobre la hierba
o sobre la arena de las playas,
perturbando las ciudades, despreciando las buenas costumbres, burlándonos
de las constituciones, persiguiendo la apatía, llevando al éxito nuestra aventura.

Respuesta  Mensaje 3 de 4 en el tema 
De: libreconderechos Enviado: 28/05/2019 15:37
"La canción de mí mismo" de Walt Whitman: Sólo las partes gay
Este viernes 31 de mayo marca el cumpleaños número 200 de posiblemente el más estadounidense de los poetas estadounidenses, Walt Whitman. Igualmente amado y odiado por los estudiantes de literatura de toda la nación (en aras de la divulgación completa, caigo en la última categoría), Whitman es mejor conocido por su colección seminal de poesía, Hojas de hierba . También es bien conocido por su, bueno, homoerotismo manifiesto, particularmente en el poema épico "Canción de mí mismo". Puedes celebrar su cumpleaños leyendo el poema en su totalidad, o simplemente puedes mantenerte en las partes homosexuales, que he sacado. para su conveniencia aquí. ¿Qué nos enseña esta versión truncada del poema? Walt Whitman era un chico caliente, seguro.
 
Las casas y habitaciones están llenas de perfumes, los estantes son
lleno de perfumes,
Yo mismo respiro la fragancia y la conozco y me gusta.
La destilación también me intoxicaría, pero no lo permitiré.
 
Bienvenida es cada órgano y atributo de mí, y de cualquier hombre.
abundante y limpio,
Ni una pulgada ni una partícula de una pulgada son viles, y ninguna será
Menos familiar que el resto.
 
Amasate conmigo en la hierba, suelta la parada de tu garganta
 
Me importa cómo una vez que pasamos un verano tan transparente.
Mañana,
Cómo asentaste tu cabeza en mis caderas y suavemente giré
encima de mí,
Y apartó la camisa de mi pecho, y hundió su
la lengua a mi corazón desnudo,
Y alcanzó hasta que sentiste mi barba, y extendió hasta que sostuviste
mis pies.
 
Puede ser que transpires de los pechos de los hombres jóvenes,
Puede ser que si los hubiera conocido los hubiera amado,
 
Los barqueros y buscadores de almejas se levantaron temprano y se detuvieron para
yo,
Metí los extremos de mis botas en mis botas y fui y tuve una
buen tiempo;
Deberías haber estado con nosotros ese día alrededor de la caldera.
 
Veintiocho jóvenes se bañan en la orilla,
Veintiocho jóvenes y todos tan amables;
Veintiocho años de vida femenina y todos tan solitarios.
 
Las barbas de los jóvenes brillaban mojadas, corrían de
su pelo largo,
Pequeñas corrientes pasaban por todo su cuerpo.
 
El carnicero se quita la ropa de matar o agudiza su
cuchillo en el puesto en el mercado,
Deambulo disfrutando de su reparación y su barajada y desintegración.
 
Los herreros con cofres mugrientos y peludos rodean el yunque,
Cada uno tiene su trineo principal, todos están fuera, hay una gran
Calor en el fuego.
 
Su camisa azul expone su amplio cuello y pecho y se afloja.
sobre su banda de cadera,
Su mirada es tranquila y ordenada, le echa la mano.
su sombrero lejos de su frente,
El sol cae sobre su cabello crujiente y bigote, cae sobre el
Negro de sus extremidades pulidas y perfectas.
 
El joven conduce el carro expreso, (lo amo,
aunque no lo conozco;)
 
Golpeo y golpeo a los muertos,
Soplo a través de mis embocaduras más ruidosas y alegres para
ellos.
 
Walt Whitman, un kosmos, de Manhattan el hijo,
Turbulento, carnoso, sensual, comer, beber y criar.
 
No presiono mis dedos sobre mi boca,
Me mantengo tan delicado alrededor de las entrañas como alrededor de la cabeza y
corazón,
La cópula no es más para mí que la muerte.
 
¡Tú mi rica sangre! Tu corriente lechosa pálida de mi
¡vida!
 
Los vientos cuyos suaves genitales se frotan contra mí serán
¡tú!
Campos musculosos anchos, ramas de roble vivo, tumbonas amorosas en.
Mis caminos sinuosos, serás tú!
Manos que he tomado, cara que he besado, mortal que he tenido.
touch'd, serás tú.
 
Un tenor grande y fresco como la creación me llena,
La flexión orbica de su boca esta vertiendome y llenandome por completo.
 
Comportándome licencioso hacia mí, sin negarme,
Privándome de mi mejor como para un propósito,
Desabotonando mi ropa, sujetándome por la cintura desnuda,
Engañando mi confusión con la calma de la luz del sol y
campos de pastos
Deslizándome inmodestamente a los otros sentidos,
Ellos sobornaron para intercambiarse con un toque e ir a pastar a la
bordes de mi
Sin consideración, sin consideración por mi fuerza de drenaje o mi
enfado,
Trayendo al resto de la manada alrededor para disfrutarlos un rato,
Entonces todos se unen para pararse en un promontorio y preocuparme.
 
Tu toque villano! ¿Qué estás haciendo? mi aliento esta apretado
su garganta
Afloja tus compuertas, eres demasiado para mí.
 
Sus fosas nasales se dilatan cuando mis talones lo abrazan,
Sus miembros bien construidos tiemblan de placer mientras corremos alrededor
y volver.
Solo te uso un minuto, luego te dejo, semental,
¿Por qué necesito tus pasos cuando yo mismo los galopo?
Incluso mientras estoy de pie o sentado pasando más rápido que tú.
 
Todo esto lo trago, sabe bien, me gusta mucho, se hace mío,
Soy el hombre, sufrí, estuve allí.
 
Ustedes rezagados allí en guardia! ¡Mira a tus brazos!
¡En las puertas de la conquista se amontonan! Soy poseed!
Encarnar todas las presencias prohibidas o sufridas,
Me veo en la cárcel con la forma de otro hombre,
Y sentir el dolor sordo no transmitido,
Para mí los guardianes de los convictos llevan sus carabinas y
vigilar,
Es que salgo por la mañana y barrado por la noche.
 
No un amotinado camina esposado a la cárcel, pero yo estoy esposado
a él y caminar a su lado,
(Yo soy menos el alegre allí, y más el silencioso con
el sudor en mis labios crispados
 
Donde quiera que vaya, los hombres y las mujeres lo aceptan y lo desean.
Ellos desean que le gusten, tocarlos, hablarles,
Quédate con ellos.
 
Hombre o mujer, podría decirte cómo me gustas, pero no puedo,
Y podría decir qué es en mí y qué es en ti, pero no puede,
Y podría decirle que tengo ese corazón, ese pulso de mis noches y
dias.
 
Tú allí, impotente, suelta en las rodillas,
Abre las chuletas de tu bufanda hasta que haga estallar dentro de ti.
Extiende tus palmas y la vida las solapas de tus bolsillos,
No se me debe negar, compelo, tengo muchas tiendas y
de repuesto,
Y cualquier cosa que yo tenga, la otorgo.
 
No pregunto quién eres, eso no es importante para mí.
Usted no puede hacer nada y ser nada más que lo que yo voy a desplegar.
tú.
 
Al drudge de campo de algodón o limpiador de lechos, me inclino,
En su mejilla derecha pongo el beso familiar,
Y en mi alma juro que nunca lo negaré.
 
Agarro al hombre que desciende y lo levanto con una voluntad sin resistencia.
Oh, desesperado, aquí está mi cuello.
¡Por Dios, no bajarás! cuelgue todo su peso
Sobre mí.
 
Se escriben con facilidad los acordes de dedos sueltos: siento el estruendo de tu
clímax y cierre.
 
Si te cansas, dame las dos cargas y descansa el peso de tu
mano en mi cadera,
Y a su debido tiempo me devolverás el mismo servicio,
Porque después de que comencemos nunca mentiremos de nuevo.
 
Siéntate un momento querido hijo,
Aquí hay galletas para comer y aquí hay leche para beber,
Pero tan pronto como duermas y renuévate con ropa dulce,
Te beso con un beso de despedida y abro la puerta para tu
egreso por lo tanto.
 
El chico que amo, lo mismo se convierte en un hombre no a través de derivados.
poder, pero por derecho propio,
Malvados en lugar de virtuosos por conformidad o miedo,
Aficionado a su novia, saboreando bien su filete,
Amor no correspondido o un ligero corte lo empeora más que agudo.
cortes de acero,
 
(Eres tú hablando tanto como yo mismo, yo actúo como la lengua de
tú,
Atado en tu boca, en la mía comienza a aflojarse.)
 
El joven mecánico está más cerca de mí, él me conoce bien,
El leñador que lleva consigo su hacha y su jarra tomará
yo con él todo el día,
El campesino arando en el campo se siente bien al oírlo.
de mi voz,
En vasijas que navegan mis palabras navegan, voy con pescadores y
Los marineros y los aman.
 
El soldado del campamento o sobre la marcha es mío.
En la noche, antes de la batalla pendiente, muchos me buscan, y yo hago.
no fallarlos,
 
En esa solemne noche (puede ser la última) los que saben.
me busco
 
Mi cara roza la cara del cazador cuando se acuesta solo
su manta,
Al conductor que piensa en mí no le importa la sacudida de su carro,
 
Hay eso en mí, no sé qué es, pero lo sé.
esta en mi
 
Sufro todo el tiempo. No tengo alivio, ninguna escapatoria: es monotonía – monotonía – monotonía en el dolor. 
                                                     WALT WHITMAN

Respuesta  Mensaje 4 de 4 en el tema 
De: cubanolibre Enviado: 31/05/2019 15:18


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