El Gobierno del presidente Donald Trump prohibirá a partir de este miércoles los cruceros a Cuba y restringirá las visitas culturales de los ciudadanos estadounidenses, en un nuevo intento por asfixiar a la economía cubana y responder a su "papel desestabilizador" en Latinoamérica.
El Gobierno del presidente Donald Trump prohibirá a partir de este miércoles los cruceros a Cuba y restringirá las visitas culturales de los ciudadanos estadounidenses, en un nuevo intento por asfixiar a la economía cubana y responder a su "papel desestabilizador" en Latinoamérica.
En un comunicado, el Departamento de Estado aseguró que el objetivo es acabar con el "turismo velado" que, a su juicio, "ha servido para llenar los bolsillos de los militares cubanos, que son la misma gente que apoya a Nicolás Maduro en Venezuela y que reprime al pueblo cubano en la isla".
A partir de este miércoles 5 de junio estarán prohibidos los viajes culturales y educativos de contacto con el pueblo cubano, conocidos en inglés como "people to people" y que permitieron a miles de estadounidenses visitar la isla tras el deshielo iniciado en 2014 por el presidente Barack Obama y su homólogo cubano Raúl Castro.
Por regla general, los estadounidenses tienen prohibido hacer turismo en Cuba, pero hasta ahora podían viajar si cumplían con algunas de las doce categorías existentes: visitas gubernamentales, actividades de medios de comunicación o centros de investigación, proyectos educativos, religiosos y médicos, entre otros.
Ahora, esas categorías quedarán reducidas a once debido a la eliminación de la clasificación "people to people".
No obstante, las normas incluyen una excepción: se permitirán aquellos viajes educativos en esa categoría siempre que los viajeros ya hayan completado una transacción (como la compra de un vuelo o la reserva de un hotel) antes del 5 de junio, cuando entran en vigor las medidas.
Los grandes perjudicados por esa medida serán instituciones como la National Geographic, el grupo de museos Smithsonian o el Museo Metropolitano de Nueva York (MET), que organizaban viajes culturales a Cuba, explicó a Efe Christopher Sabatini, experto en Latinoamérica en la Universidad de Columbia.
La organización Cuba Educational Travel, dedicada a organizar viajes culturales a la isla y una de las afectadas por estas medidas, las calificó de "desafortunadas" y aseguró que tienen una finalidad electoralista dirigida a los votantes de Florida.
Esta prohibición "es terrible para las compañías estadounidenses que están proporcionando empleo y pagando impuestos en los EEUU y al tiempo imprimen un impacto económico en la isla", aseguró en un comunicado Collin Laverty, presidente de Cuba Educational Travel.
Sin embargo, las medidas de Washington no se quedan ahí y, a partir de mañana estarán prohibidas las visitas de cruceros, yates y botes privados, así como de aviones privados y corporativos a Cuba.
En este caso, algunos de los mayores perjudicados serán las grandes cadenas de cruceros, como Carnival, con sede en la ciudad de Doral, al oeste de Miami, y que en su web sigue ofreciendo viajes para el año 2020.
Dentro de Cuba, las medidas impactarán a los "cuentapropistas" o trabajador autónomos y a los restaurantes privados o "paladares", que habían florecido tras flexibilizarse las restricciones de viajes después del acercamiento en 2014 entre los dos países.
La lista de damnificados también incluye a los artistas cubanos que vendían arte a los turistas y aquellos particulares que ofrecían recuerdos y artesanías, explicó a Efe el abogado Robert Muse, experto en la legislación estadounidense sobre la isla.
A pesar de las nuevas restricciones, los vuelos comerciales regulares, que se reanudaron en 2016 tras más de medio siglo, podrán seguir operando entre los dos países.
Según explicó a Efe una portavoz del Departamento de Estado, el Ejecutivo ha decidido mantener los vuelos comerciales porque suelen ser usados por los cubanoamericanos para visitar a sus familias en la isla, mientras que los cruceros se usan para hacer turismo, algo prohibido por la ley.
En la práctica, las medidas asestan un golpe al sector turístico de la isla, que es la segunda fuente de ingresos de divisas del régimen cubano, solo precedido por la exportación de servicios profesionales.
Según cifras del Ministerio cubano de Turismo, en el primer cuatrimestre de este año, EEUU era el segundo mercado emisor de visitantes a Cuba con 257.500 personas hasta abril para un crecimiento interanual de 93,5%, pese a que legalmente los estadounidenses no tienen permitido viajar a la isla como turistas.
De esos viajeros, el 55% llegó al país caribeño en crucero, una modalidad que creció el 48% respecto al año anterior.
En Twitter, el ministro de Exteriores cubano, Bruno Rodríguez, rechazó estas medidas y vaticinó su fracaso: "Fracasarán otra vez".
Desde que llegó a la Casa Blanca en enero de 2017, Trump ha endurecido la política hacia Cuba con sanciones a los hoteles de la isla, reducciones del personal diplomático y la activación de una ley que permite demandas en tribunales estadounidenses por bienes expropiados tras la llegada al poder del fallecido dictador Fidel Castro en enero de 1959.
Controversia en Miami tras nuevas restricciones de viajes a Cuba
El endurecimiento de las restricciones de Estados Unidos a los viajes con destino a Cuba tuvo un fuerte impacto en el exilio cubano radicado en el sur de la Florida, en donde se produjeron pronunciamientos a favor y en contra de las nuevas medidas adoptadas este martes por la Administración del presidente Donald Trump.
Los cambios, que incluyen visitas a la isla a través de embarcaciones de pasajeros y recreativas como yates y cruceros, aeronaves privadas y bajo la modalidad conocida como “people to people”, o pueblo a pueblo, entran en vigor este miércoles, 5 de junio. También se prohíben los viajes educativos grupales, pero se mantienen los vuelos comerciales entre los dos países.
Según el congresista Mario Díaz-Balart, los llamados viajes de “personas a personas” en grupo, que fueron autorizados durante el Gobierno de Barack Obama, en 2011, “pueden haber cruzado la línea del turismo ilegal”. Sin embargo, advirtió que “todavía hay doce categorías de viajes legales a Cuba”.
Tras felicitar al presidente Trump “por continuar su fuerte solidaridad con el pueblo cubano al reducir recursos para sus opresores”, el legislador cubanoamericano agregó que “la eliminación de viajes de ‘personas a personas’ individuales, y ahora también de ‘personas a personas’ en grupos, pondrá fin a los abusos de viajes a Cuba”.
De acuerdo con la ley de los EEUU, las actividades turísticas para sus nacionales están prohibidas en Cuba. En opinión de Díaz-Balart, el recrudecimiento de las sanciones en contra de la dictadura castrista significará “menos recursos para el régimen que controla gran parte de la industria turística de Cuba”.
“En este momento, mientras el régimen en Cuba está socavando la democracia en Venezuela, oponiéndose a los intereses de los Estados Unidos en nuestro hemisferio y oprimiendo al pueblo cubano, es crucial que hagamos todo lo posible para negar los dólares estadounidenses a esa brutal dictadura”, subrayó.
Los argumentos expuesto por el Departamento del Tesoro de EEUU al anunicar las medidas aseguran que “Cuba continúa desempeñando un papel desestabilizador en el hemisferio occidental, proporcionando un punto de apoyo comunista en la región y apoyando a los adversarios estadounidenses en lugares como Venezuela y Nicaragua, al fomentar la inestabilidad, socavar el estado de derecho y suprimir los procesos democráticos”.
El fin de los viajes educativos en grupo podría significar un “duro golpe” para el turismo estadounidense en la isla que, desde la óptica de La Habana, había “despegado” con las iniciativas tomadas por Obama.
Esta modalidad permitía a las agencias de viajes organizar a turistas estadounidenses en “grupos educativos” que, durante su visita a diferentes lugares de Cuba, pasaban cierto tiempo de “intercambio” con cubanos.
En contra de las restricciones
Pero no todos en el sur de la Florida celebran las nuevas restricciones. Para Marcelino Miyares, directivo del Partido Demócrata Cristiano de Cuba en el exilio, se trata de una “medida propagandística” para “mostrarle al mundo que algo se está haciendo” por derrocar al castrismo.
Miyares señaló que “esta es otra restricción que no resuelve nada”, mientras que “el régimen sigue en el poder desde hace 60 años” y acotó que “la experiencia histórica demuestra que este tipo de acciones no conducen a nada que favorezca al pueblo cubano en lo absoluto”.
En similar sentido se pronunció el periodista Gustavo Godoy, con una extensa trayectoria como directivo de medios de comunicación, para quien “se vuelve a bailar ‘tres pasos para la izquierda y tres pasos para la derecha’, como la canción” sin resolver –según dijo– el “problema de fondo”.
Godoy hizo énfasis en que “mientras aquí en Estados Unidos se toman este tipo de medidas”, en Cuba “sigue gobernando el mismo régimen” y cuestionó el poco interés que, según sus palabras, “hoy tienen las nuevas generaciones de cubanoamericanos por buscarle una solución a la situación de la isla” desde el exilio.
Con información de EFE