“Muchos solo querían ir al Oeste, tomarse una cerveza y regresar”, dijo Andreas Siegel, Cónsul general de Alemania en Miami, en una entrevista con el Nuevo Herald con motivo del 30 aniversario de la caída del Muro, que se celebra este sábado con varios eventos en Miami.
Siegel, un berlinés que creció en la parte occidental, a media milla del Muro, analizó las condiciones que dieron lugar al hito histórico que representó la caída de la Cortina de Hierro, y que a su vez abrió las puertas para que un año después se reunificara Alemania.
“Los muros terminan por caer”, dijo, sobre la lección que deja para la historia ese acontecimiento que sacó lágrimas de emoción a los que estuvieron presentes en Berlín y a los que lo vieron por televisión y comprendieron que era el comienzo de una era de entendimiento y prosperidad para muchos países.
Siegel señala que en determinado momento la democracia va a prevalecer porque “la sociedad civil no va a tolerar la falta de credibilidad de los gobiernos [autocráticos].
La caída de este tipo de muros divisorios se produce cuando “la propaganda oficial no tiene en cuenta la realidad, cuando la situación económica empeora, cuando hay corrupción y existen diferencias entre el estilo de vida de la élite y la población, que enfrenta la escasez de los artículos más necesarios”, analizó el diplomático.
Siegel tenía 6 años cuando se levantó el Muro y su padre le comunicó que ya no podría pasar con su abuelo hacia Berlín Este, adonde iban con frecuencia a buscar carbón y otros materiales, “porque habían cerrado las calles”.
De esa época de tensiones recuerda el impacto que tuvo el discurso de John F. Kennedy en junio de 1963, en Berlín Occidental, en el que dijo la famosa frase: “Yo soy un berlinés”.
“Fue muy emotivo y de gran apoyo”, recordó Siegel, comentando que aun hoy le parece estar oyendo por la radio las palabras de aliento del presidente norteamericano para los alemanes.
Como parte de una política de distensión y, sobre todo por el esfuerzo de Alemania Occidental en beneficio de los ciudadanos, en los años 1970 se firmaron acuerdos que permitieron a los alemanes del Oeste visitar a los familiares en el Este.
Los viajes familiares y turísticos comenzaron en 1971 y para realizarlos se les exigía a los residentes de Alemania Occidental que obtuvieran un visado por 24 horas y que cambiaran cierta cantidad en la moneda de Alemania Oriental, incluso si no la iban a gastar, señaló Siegel.
“Podías moverte por Berlín Este en el transporte público, pero debías estar consciente de que la policía secreta [Stasi] te seguía”, señaló Siegel, relatando que al llegar a un restaurante los residentes de Alemania Occidental no podían sentarse en la mesa que eligieran, sino en una señalada de antemano, en la que compartían con berlineses del Este.
“Esta situación era agradable porque podías establecer una conversación con esas personas. Sin embargo, nunca sabías si a esta gente se le pagaba para recopilar información o si eran ciudadanos comunes”, dijo Siegel, que cree que conoció a los “dos tipos de personas”.
Aun así el diplomático favorece el contacto en situaciones como esta.
“El contacto de persona a persona tuvo un impacto definitivo que erosionó el sistema. El gobierno tenía dificultades para explicar su punto de vista propagandístico”, señaló.
Asimismo, consideró una ventaja para contrarrestar el aislamiento de los ciudadanos de Berlín Este el hecho de que pudieran ver la televisión y escuchar las emisoras de la parte occidental, como la BBC, Radio Forces Françaises de Berlin y American Forces Radio Network.
Señaló a su vez que “la gente recibía visitas del Servicio Secreto cuando ponían sus antenas en dirección hacia donde se podía captar la señal de Berlín Occidental”.
Siegel dijo que ver la televisión de la RDA representó para él una perspectiva temprana sobre las diferentes maneras de presentar un mismo hecho y, de alguna manera, marcó su interés por aprender varias lenguas y dedicarse a la diplomacia.
Los programas de propaganda de la televisión de la RDA solían interpretar las noticias de la televisión occidental, que el gobierno sabía veían los ciudadanos del Este.
Uno de los aspectos fundamentales de la propaganda del Bloque del Este era que el Muro había sido construido para protegerse de la avanzada de elementos fascistas, por lo que lo denominaron Muro de Protección Antifascista.
En realidad, el objetivo fue detener el éxodo masivo desde Alemania Oriental, que tuvo como consecuencia la pérdida de muchos profesionales.
Entre 1949 y 1961 más de tres millones de alemanes del Este emigraron hacia Berlín Occidental, lo que representaba un 20 por ciento de la población de la RDA, apuntó Siegel.
En una visita a Berlín Oriental en 1987, pudo constatar cómo funcionaba la desinformación y la propaganda.
Como había ocurrido la tragedia de Chernobyl, en Alemania Occidental y en el resto de Europa existía una preocupación por la contaminación de los alimentos como consecuencia de la nube nuclear y usaban varios métodos para medir la radiación.
En Berlín Oriental encontró una cola larguísima, que al llegar al principio supo que era para comprar fresas. Preguntó entonces si no tenían miedo de que estuvieran contaminadas.
“Alguien respondió que preferían morir de contaminación nuclear que de falta de vitamina C”, rememoró.
El diplomático señaló que había diferencias entre los alemanes del Este y del Oeste, que permitían que se reconocieran. Estas se basaban fundamentalmente en la variedad de la ropa, los alimentos y hasta la manera de comportarse, mucho más libre por parte de los occidentales.
Estas diferencias fueron en parte el motivo para que muchos alemanes del Este buscaran asilo político en las embajadas de Varsovia, Praga y Budapest, en la segunda mitad de 1989, luego de que esos países emprendieran reformas. Se negoció entonces un acuerdo para que esos refugiados pudieran llegar a Alemania Occidental.
Estos éxodos, a veces a través de Viena, agravaron la situación en Europa y condujeron a las medidas que llevaron al levantamiento de las restricciones de viaje en Alemania del Este.
RETOS DE LA REUNIFICACIÓN
Después de la caída del Muro de Berlín los alemanes enfrentaron muchos retos para reunificar el país, que no ocurrió hasta 1990. Comenzó entonces un proceso de reconstrucción que lidió con las diferencias económicas y con el tenebroso legado de la Stasi, uno de los cuerpos de inteligencia y represión más efectivos que han existido.
“La economía de Alemania del Este estaba casi en bancarrota. Tenían muchos problemas ecológicos con su industria química, y un millón y medio de personas estaban en realidad desempleadas porque trabajaban para el gobierno, ya que en las economías socialistas supuestamente no había desempleo”, dijo Siegel.
Al mismo tiempo enfrentaban la diferencia en la cotización de las dos monedas, que decidieron resolver estableciendo un cambio más ventajoso para la moneda de Alemania Oriental.
“Los políticos reconocieron que había que actuar rápido porque si no habría un éxodo”, dijo Siegel, indicando que se inyectaron miles de millones en la economía del Este, que hoy tiene ciudades muy prósperas como Leipzig y Dresden, que son centros turísticos y de tecnología.
Había que enfrentar además la situación de que el Este estaba afiliado al Pacto de Varsovia, y la República Federal Alemana (RFA), a la OTAN. Se decidió entonces que la nueva Alemania permanecería en la OTAN, y el Este sería una zona neutral en la que ninguna potencia podría situar armas nucleares.
Se fijaron también fronteras permanentes, teniendo en cuenta los límites que ya existían en 1989.
El tema de la Stasi era el más complejo porque había que establecer la confianza en la población de ambos lados de que no existían restos de esta organización que había operado con una extensa red de informantes entre la población.
Se creó así una entidad oficial para la administración e investigación de los archivos y documentos de la Stasi, lo que sin duda contribuyó a la transparencia del proyecto.
Para Siegel, uno de los factores fundamentales para la reconstrucción de países divididos es la creación de comisiones independientes que puedan deslindar responsabilidades, para saber quiénes estuvieron involucrados en hechos represivos.
Destacó asimismo que si lo muros no protegen a los gobiernos de las manifestaciones y las protestas de la población tampoco evitan la inmigración, que encuentra vías de traspasarlos.
“Esta es un problema de tráfico humano y de mafias criminales”, señaló.
Para combatirlos, sugiere la cooperación entre los países en la lucha contra las bandas criminales y la ayuda a regiones que están en una situación económica desventajosa.
Para celebrar en esta ciudad la caída del Muro el Miami Dade College y el Consulado de Alemania celebran varios eventos este jueves 7 de noviembre en el recinto Wolfson.
Se hará una recreación de la caída del Muro, junto a un fragmento original del mismo, en Berlin Wall Way (NE Third St.), donado al Campus Wolfson por el Consulado General de Alemania en el 2014.
Se presentará la exposición From the Peaceful Revolution to German Unification, que mostrará los acontecimientos que siguieron a la caída del Muro de Berlín, el período de transición y reunificación de Alemania.
Se inaugura la aplicación BerlinWall Presented by MAGIC, simulación de realidad virtual creada por los estudiantes del Complejo Internacional de Animación y Videojuegos (MAGIC) del College.
En el Miami Institute of Photography se inauguró la exposición Latent Fissures (Grietas invisibles), del fotógrafo venezolano Jorge Andrés Castillo, con 27 imágenes en blanco y negro tomadas en 1989, que documentan la vida de los alemanes con el Muro como fondo.
Castillo cursaba estudios de fotografía en la Universidad de Essen, en Alemania Occidental, y tomó fotografías del muro de ambos lados. “Tuve la suerte de cruzar a la parte oriental por un día y registrarlo meses antes de la caída del Muro. Pude fotografiar la estética socialista cuando nadie vislumbraba las grietas del sistema tras la Cortina de Hierro”, dijo el fotógrafo, que captó la imagen de los turistas fotografiándose junto al Muro y las diferencias entre las dos partes de la ciudad.
Miami Institute of Photography está ubicado en 119 NE 54 St.