DOBLE MORAL DEL VATICANO
A pesar de algunos casos mediáticos, como el de Chile y México, América Latina es la región del mundo con una menor tasa de denuncias de abusos en el seno de la Iglesia. Un informe vaticina que eso va a cambiar.
AMÉRICA LATINA Y LOS
ABUSOS SEXUALES EN LA IGLESIA: "EL VATICANO DEBE RENDIR CUENTA"
"Muchos de quienes cometen abusos sexuales son casi como santos dentro de la comunidad. Mis padres y mi familia respetaban a mi abusador como si fuera una especie de Dios en la Tierra. ¿Cómo vas a denunciar a alguien que para la comunidad es casi sagrado?” Así habla Eneas Espinoza, vocero de la Red de Sobrevivientes de Abuso Sexual Eclesiástico en Chile. El reciente informe del think tank británico CRIN (Child Rights International Network) sobre abuso sexual en la Iglesia católica en América Latina revela, entre otras cosas, las estrategias para conseguir que las víctimas permanezcan calladas.
Y son efectivas, sobre todo en Latinoamérica. "Solo se denuncia entre el 4 y el 6 por ciento de los abusos”, asegura Espinoza en entrevista con DW. "Hay personas que se suicidaron y no alcanzaron a denunciar, hay varones que no se atreven a alzar la voz, porque el abuso sexual es una carga muy pesada en las sociedades latinoamericanas, donde la homosexualidad es fuertemente reprobada. También hay gente que no se atreve a hablar, porque eso les va a generar un profundo conflicto dentro de familias profundamente católicas, ya que muchas personas interpretan una denuncia contra un cura, un hermano o una monja como un ataque a la Iglesia y la gente tiene miedo de ponerse en contra a su propia familia”.
El informe del CRIN, publicado el miércoles (20.11.2019), vaticina "una tercera oleada” de revelaciones y movilizaciones ante los abusos eclesiásticos en América Latina, la región con mayor población católica del mundo y, según un informe de la ONU, la que tiene una menor tasa de denuncias de abusos sexuales dentro de la Iglesia, a pesar de casos mediáticos como los de México, Chile y Argentina. Las primeras oleadas de denuncias se produjeron en Norteamérica e Irlanda y después en el resto de Europa y Oceanía. Pero "la influencia de la Iglesia católica en América Latina es muy fuerte”, dice a Deutsche Welle el exsacerdote mexicano Albert Athie, quien recuerda el informe que el Comité de Derechos del Niño de la ONU presentó ante la Santa Sede en 2014, en el que se habla de "decenas de miles de casos” de abusos sexuales dentro de la Iglesia.
Pero es difícil cuantificar con precisión la magnitud de un problema en el que silencio de las víctimas y el encubrimiento de la propia institución juegan un papel crucial en la impunidad de los crímenes. "La pederastia llega hasta la Sente Sede como mecanismo internacional de protección. Al proteger a sus pederastas, se protege a sí misma”, afirma Athie, que dice que la Iglesia aparta como "manzanas podridas” algunos casos aislados de sacerdotes abusadores, pero que no admite ni aborda el problema de forma estructural. "No hay que quedarse solo con quienes abusan, también están quienes los encubren, un delito que no está tipificado”, advierte el exsacerdote.
Matthias Katsch fue abusado en el Colegio Canisio de Berlín. Katsch es la cara pública de la asociación de víctimas Eckiger Tisch. Para él, solo hemos visto "la punta del iceberg” del problema, por lo que no descarta esa "tercera oleada” de movilizaciones de la que habla el informe CRIN sobre América Latina. "El abuso sexual de niños y adolescentes por parte de clérigos de la Iglesia Católica es un problema mundial, porque las causas son las mismas en todas partes: el abuso de poder por parte de sacerdotes y obispos, la falta de transparencia y control, así como las ideas tradicionales y obsesivas sobre la sexualidad y el celibato”, señala a Deutsche Welle.
Desde la experiencia alemana, Katsch considera importante "crear comisiones de investigación en los países en los que ya se ha avanzado, como Chile, y también debatir sobre la ayuda y la indemnización a las víctimas. Las personas afectadas necesitan aliento y modelos a seguir para poder hablar”. Dada la dimensión global del problema, cree que es "crucial” el intercambio de experiencias entre los afectados.
El propio Katsch fue uno de los miembros fundadores de la iniciativa internacional Ending Clergy Abuse, que cuenta con activistas y víctimas o "sobrevivientes”, como muchos de ellos se denominan, procedentes de más de veinte países. Fundada en 2018, con motivo de la visita del Papa a Chile, ECA estuvo presente en Roma durante la Cumbre de la Iglesia sobre Abusos, celebrada en febrero de 2019. "Ahora tenemos como tarea hacer que la sede central de la Iglesia, el Vaticano, rinda cuentas. Este debe ser el próximo proyecto común de los sobrevivientes organizados de todo el mundo”, concluye.
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