Abordando explícitamente un tema que antes se prefería evitar, un voluminoso estudio antropológico de la Pontificia Comisión Bíblica propone aceptar en algunos casos «la homosexualidad y las uniones homosexuales como expresión legítima y digna del ser humano». Es lo que hacen con normalidad muchos padres y madres de personas homosexuales.
La introducción del volumen «¿Qué es el hombre? Un itinerario de antropología bíblica», publicado por la Librería Editorial Vaticana y presentado el pasado lunes en Roma, afirma que «a lo largo de su historia milenaria, la humanidad ha progresado en el conocimiento científico, ha mejorado poco a poco su conciencia de los derechos de la persona, testimoniando un creciente respeto por las minorías, los indefensos, los pobres y los marginados».
Recopilando en trescientas páginas todas las referencias antropológicas al ser humano desde el Génesis al Apocalipsis, el libro constata que «la institución del matrimonio, constituida por la relación estable entre marido y mujer, se presenta constantemente como evidente y normativa en toda la tradición bíblica».
Aún así, a la vista de las aportaciones de otras ciencias, el volumen plantea serias reservas «a la promoción exclusiva de la unión heterosexual en favor de una aceptación análoga de la homosexualidad y las uniones homosexuales».
Reconoce la diversidad biológica, más que evidente en la vida social, y reitera la necesidad de una atención pastoral a las personas homosexuales, siguiendo la línea marcada en el Catecismo de la Iglesia Católica en 1992. Desde hace casi treinta años, el catecismo distingue los actos sexuales de las tendencias, y afirma que los homosexuales «deben ser acogidos con respeto, compasión y delicadeza. Se evitará, respecto a ellos, todo signo de discriminación injusta».
El libro, que es un tratado de antropología bíblica para especialistas, sale al paso de las ideologías de género lamentando que «en nuestro mundo se ha puesto en duda el valor antropológico de la diferencia sexual», igual que «se constata la fragilidad de las relaciones conyugales y la difusión de la violencia doméstica».
Según el cardenal Luis Ladaria, prefecto de la Doctrina de la Fe, «la intención de este documento es ayudar a percibir la belleza y también la complejidad de la revelación divina respecto al hombre. La belleza lleva a apreciar la obra de Dios. Y la complejidad invita a asumir un esfuerzo humilde e incesante de investigación, profundización y transmisión».
El Vaticano 'reinterpreta' la visión bíblica sobre la homosexualidad o el divorcio
"¿Quién soy yo para juzgar a un gay?" dijo en su día el Papa Francisco. Ahora, Roma le respalda
"Será requerida una atención pastoral, en particular frente a las personas individuales, para llevar a cabo aquel servicio de bien que la Iglesia debe asumir en su misión para los hombres"
"Ciertas formulaciones de los autores bíblicos, como las directivas disciplinarias del Levítico, requieren una interpretación inteligente que salvaguarde los valores que el texto sagrado intenta promover"
La persona que "decide separarse de aquellos que amenazan la paz o la vida de la familia, no realiza por ello un acto contrario al matrimonio”
Una "nueva relectura bíblica". Esta es la base de '¿Quién es el hombre?', un documento publicado, a petición del Papa, por la Comisión Bíblica y con el que el Vaticano 'reinterpreta' las interpretaciones clásicas que se han hecho sobre la visión de las Escrituras acerca de la homosexualidad, el divorcio, el adulterio o el celibato.
No se trata de ninguna revolución, como explica el jesuita Piero Bovati, secretario de la citada Comisión, sino de ofrecer una "herramienta autorizada" para los expertos, catequistas y formadores y también “un texto de referencia del que derivar principios para la reflexión sobre temas que están en el centro del debate social y civil: el divorcio, el adulterio, la homosexualidad o, de otra manera, el celibato sacerdotal, por citar sólo algunos ejemplos”.
A lo largo de 330 páginas, el texto se zambulle en temas polémicos, aunque el propio Bovati sostiene, en una entrevista con Vatican News, que "hay preguntas que la gente se hace hoy que no encuentran una respuesta inmediata y precisa en la Biblia". La visión más sorprendente es la que se hace del matrimonio y de las uniones homosexuales.
Ejemplos de uniones gays reconocidas
"La relación erótica homosexual no debe ser condenada", se lee en el texto, que recuerda que existen "ejemplos de unión legalmente reconocida entre personas del mismo sexo” en la tradición bíblica. Por ello se insta a aceptar “la homosexualidad y las uniones homosexuales como expresión legítima y digna del ser humano”.
“La Biblia poco o nada dice acerca de este tipo de relación erótica, que por lo tanto no debe ser condenada, también porque a menudo indebidamente se confunde con otros comportamientos sexuales aberrantes”,se lee en el texto, que subraya cómo "ciertas formulaciones de los autores bíblicos, como las directivas disciplinarias del Levítico, requieren una interpretación inteligente que salvaguarde los valores que el texto sagrado intenta promover evitando, por lo tanto, repetir literalmente aquello que también trae consigo rasgos culturales de aquel tiempo. Será requerida una atención pastoral, en particular frente a las personas individuales, para llevar a cabo aquel servicio de bien que la Iglesia debe asumir en su misión para los hombres”.
No todos los divorcios son pecado
Otros temas, como el de la indisolubilidad del matrimonio, también tienen una lectura renovada en el documento. Así, la Comisión Bíblica sostiene cómo "el cónyuge que, observando que la relación conyugal ya no es una expresión de amor, decide separarse de aquellos que amenazan la paz o la vida de la familia, no realiza por ello un acto contrario al matrimonio” sino que "atestigua la belleza y la santidad del vínculo precisamente al declarar que no se da cuenta de su significado en condiciones de injusticia e infamia”.