“La pepa negra”, ¿sexo en comprimidos?
Esta misteriosa pastilla está causando furor en el mercado negro cubano
Pedro Manuel González Reinoso | Cubanet
De manera triunfal, haciendo olas y colas entre adolescentes rebosantes de testosterona, ansiosos por divertirse y extender el disfrute sexual a su acompañante a cualquier precio aparece en el mercado soterrado cubano, compitiendo con iPads e iPhones, "La pepa negra".
La tableta, rojinegra como la festiva bandera del 26, se vende a 2 CUC o "cuquitos", tal cual denomina el pueblo al doble rasero monetario del cubano?. Es decir, 50 pesos, o la cuarta parte del retiro promedio. Si algún adquiriente protesta en el acto por el precio, se le recuerda que eso mismo paga al emporio (in)comunicacional ETECSA por una horita en la Internet intermitente, y que en cambio este portento le durará mucho más y dará mejor servicio.
No es una droga, dicen sus traficantes. Tampoco un placebo; ni contiene vigorizantes como la ultrajada viagra, porque sin estímulo de caricias previas no habrá resultado palpable. Se trata de un "estimulante" al estilo de los brebajes gasificados que, para ejercitar el cuerpo, venden a precios impagables las dolarizadas tiendas cubanas, los que pueden ?sin reembolso postrero por el fiasco? reventarte el corazón. Y hablando de comprimidos, también recuerda este "promo" comercial de los bandidos al anuncio oficial del magnífico líder cuando inaugurando ya el Centro de Ingeniería Molecular y Biotecnología ensalzó las bondades probadas en ese orden de los tres alcoholes esenciales de la caña, conocidos por PPG, los que escaso resultado brindaron al miembro caído y, para conseguir la anunciada quema de los exuberantes triglicéridos, había que tomarse un arsenal. O de la spirulina, otro fanguito milagroso que solo al deshidratarse entiesaba algo.
Todas estas maravillas últimas que se cacarean a mandíbula (com)batiente, perduran energizando al desproveído por tres días en sangre como si fuera puro etilismo así lo corean promotores/revendedores/importadores de país ignoto, porque los fabricantes del sistémico mejunje se han cuidado bien de revelarle procedencia. De esa manera, discretamente, engatusan al más sabio con los reales componentes. Dios sabrá cuáles.
Vienen descritos en inglés, el resto en español, en plan despiste. Por tanto podemos declarar a "La pepa negra" como número uno en el ranking de la gozadera y el despelote juvenil bilingüe, el primer producto soberano mundial, listo para inscribirse en el libro rojo de la UNESCO. Y darle de paso un pase de pista a la Interpol. Porque la autoridad nacional que tampoco o tan poco se percata de los venenos cotidianos que ingerimos, anda por Babia.
Estas píldoras de última generación que mezclan el efecto potenciador del deseo con los obvios tragos en las fiestas, están confeccionadas con "elementos naturales" de los que explica poco la enciclopedia médico-farmacopea, pues los únicos conocidos son el extracto de rehmannia (una planta jurásica oriunda de la China que se emplea como antiinflamatorio o en aliviar dolores musculares), más otra denominada Cnidoscolus stimulosus (mejor conocida como "mala mujer" por el efecto urticante que producen sus cilios al contacto) infaltable a los brujeros.
Nada que ver, evidentemente, con el efecto erector que se les atribuye. El resto del preparado lo integran nombres altisonantes no registrados en parte alguna. Ni el "Epidemium" ni la "Atinolite". O sea: tremendo invento que suena a enfermedad.
Las hoy ancianas cubanas alabaron los genitales de carey en cocimiento que dieron a beber a sus maridos cuando asomaba una disfunción. Por tanto, estamos en presencia de otro atraque colonizador, y de nuevo timo peligroso, con el que novatos/ingenuos aprovechan para posar de súper sexys ante admiradores/rivales, y de esa triste manera al costo aún desconocido para sus saludes? perpetuar el machismo patriarcal que conduce a extenuantes jornadas de supremacía viril, la misma que, desde hace cinco siglos, nos tiraniza y expolia.
Pedro Manuel González Reinoso
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