La homosexualidad no es una enfermedad, la homofobia sí
“¿Qué triste debe ser para un ser humano vivir como otros quieren que vivan?”
Nydia es llevada a la oficina del psicólogo por sus padres, tiene 17 años. Era notable que no se sentía muy a gusto con estar allí. Conducta que fue cambiando en el proceso. Los padres de la joven pidieron entrar primero a la sesión reportando que su hija tenía unas amistades que al parecer la estaban confundiendo.
Papá comentó que desde niña le encantaban las muñecas. La madre indicó que en séptimo grado había tenido un novio pero que de un tiempo para acá su mente fue "trabajada" y vino con "el cuento" de que era lesbiana. Ambos padres quisieran que su hija fuera heterosexual, pero entienden que su orientación sexual debe ser respetada y deben buscar ayuda para ellos también.
Algunos padres buscan ayuda para poder comprender, ayudarse y ayudar a sus hijos a salir del closet. Otros a diferencia de los de Nydia no aceptan lo que sus hijos le confiesan, rechazando su homosexualidad negando la realidad o sacando a su hijo de sus vidas.
La adolescencia es un periodo que se caracteriza por cambios, cambios físicos, emocionales y el más notable el cambio en su desarrollo sexual.
Los adolescentes entran en la búsqueda de su identidad.
La identidad sexual incluye el género (masculino o femenino), su rol sexual dentro de la sociedad en la que cohabitan, el desarrollo de su personalidad y la orientación sexual.
Cuando hablamos de orientación sexual el joven puede ser heterosexual, homosexual o bisexual. Cuando la orientación sexual es la homosexualidad muchos padres entran en crisis y no saben cómo manejar sus sentimientos y dudas. En algunos casos definen esto como la peor desgracia que le pueda ocurrir a su familia.
La tendencia hacia la homosexualidad en la mayor parte de los casos comienza a darse entre los diez a los trece años. Durante este proceso el preadolescente comienza a luchar con sus sentimientos pasando por una serie de fases. Primeramente, piensa que es diferente y no saber por qué, no sabe lo que le pasa y mucho menos se atreve a decirle a nadie. Sus sentimientos no están en acorde a los roles que le ha impuesto la sociedad y se sienten confundidos.
-Una vez esta fase es superada trata de ignorar los pensamientos de atracción hacia su mismo género, se desarrolla una lucha interna entre lo que quiere y lo que debe.
-Luego entiende lo que siente, pero no quiere decirlo, en ocasiones envían mensajes en sus conductas para ver si sus padres y amigos se dan cuenta. (una camisa o collar de arcoíris, palabras de apoyo a la comunidad entre otros mensajes). Una última fase se da cuando finalmente deciden verbalizar su orientación sin importar las consecuencias (salir del "closet"). Esto no necesaria y lamentablemente se da en todos los jóvenes homosexuales. Algunos deciden vivir atrapados en el silencio, teniendo dobles vidas, escondiéndose de padres, familia y amigos para evitar el rechazo.
¿Qué triste debe ser para un ser humano vivir como otros quieren que vivan?
¿Qué triste para un hijo saber que sus padres, los que se espera apoyen prefieran rechazar por no seguir las “normas de la sociedad”? En esta etapa la soledad impera, la depresión y en muchas ocasiones hasta el suicidio. En esta etapa donde el individuo no se atreve a salir del closet puede llegar la homosexualidad internalizada. La homosexualidad internalizada se da cuando una persona no puede lidiar con su orientación sexual, con lo que siente, por lo que se convierte en un homosexual homofóbico.
El que haya un ambiente familiar que facilite, apoye y no juzgue es vital para que estas etapas se den saludablemente. El sentirse amados y respetados lograra que este joven mantenga un buen estado de salud emocional.
El que la orientación sexual sea trabajada correctamente por su familia es la mejor forma de que el mismo no sienta:
A pesar de los logros obtenidos por la comunidad LGBTIQ, a pesar de una sociedad más abierta a la diversidad aún existe el rechazo a la homosexualidad. A pesar de las campañas en contra del discrimen se rechaza, se juzga, existen los crímenes de odio.
La homosexualidad no es una enfermedad, la HOMOFOBIA SÍ LO ES.
Si su hijo le habla sobre su orientación y siente que no tiene las herramientas para manejarlo acérquese a profesionales que lo ayuden en el proceso.
A la sociedad: no fomente los comentarios discriminatorios de burla y rechazo. Fomente una sociedad de respeto y amor hacia los demás sin importar su orientación sexual, su color o su etnia.
Hoy Puerto Rico está de luto por el crimen de odio de Alexa, una mujer transgénero víctima mortal de los abusos, el odio, las burlas y el sufrimiento que muchos transexuales, viven día a día, al igual que muchos homosexuales y lesbianas. Que esta muerte no quede impune y que sirva para que padres, amigos, familia y la ciudadanía aprenda y fomente el amor y la equidad.