Página principal  |  Contacto  

Correo electrónico:

Contraseña:

Registrarse ahora!

¿Has olvidado tu contraseña?

Cuba Eterna
 
Novedades
  Únete ahora
  Panel de mensajes 
  Galería de imágenes 
 Archivos y documentos 
 Encuestas y Test 
  Lista de Participantes
 BANDERA DE CUBA 
 MALECÓN Habanero 
 *BANDERA GAY 
 EL ORIGEN DEL ORGULLO GAY 
 ALAN TURING 
 HARVEY MILK 
 JUSTIN FASHANU FUTBOLISTA GAY 
 MATTHEW SHEPARD MÁRTIR GAY 
 OSCAR WILDE 
 REINALDO ARENAS 
 ORGULLO GAY 
 GAYS EN CUBA 
 LA UMAP EN CUBA 
 CUBA CURIOSIDADES 
 DESI ARNAZ 
 ANA DE ARMAS 
 ROSITA FORNÉS 
 HISTORIA-SALSA 
 CELIA CRUZ 
 GLORIA ESTEFAN 
 WILLY CHIRINO 
 LEONORA REGA 
 MORAIMA SECADA 
 MARTA STRADA 
 ELENA BURKE 
 LA LUPE 
 RECORDANDO LA LUPE 
 OLGA GUILLOT 
 FOTOS LA GUILLOT 
 REINAS DE CUBA 
 GEORGIA GÁLVEZ 
 LUISA MARIA GÜELL 
 RAQUEL OLMEDO 
 MEME SOLÍS 
 MEME EN MIAMI 
 FARAH MARIA 
 ERNESTO LECUONA 
 BOLA DE NIEVE 
 RITA MONTANER 
 BENNY MORÉ 
 MAGGIE CARLÉS 
 Generación sacrificada 
 José Lezama Lima y Virgilio Piñera 
 Caballero de Paris 
 SABIA USTED? 
 NUEVA YORK 
 ROCÍO JURADO 
 ELTON JOHN 
 STEVE GRAND 
 SUSY LEMAN 
  
  
  
  
  
  
  
  
  
  
  
  
  
  
 
 
  Herramientas
 
General: Bernie Sanders, Fidel Castro y la división del Partido Demócrata
Elegir otro panel de mensajes
Tema anterior  Tema siguiente
Respuesta  Mensaje 1 de 1 en el tema 
De: cubicheporelmundo  (Mensaje original) Enviado: 03/03/2020 15:17
ELECCIONES 2020
Los votantes demócratas nacidos durante la Guerra Fría se ofendieron con las opiniones del aspirante a la presidencia de Estados Unidos, pero a los más jóvenes parece no importarles.

Bernie Sanders, Fidel Castro y la división del Partido Demócrata
Por Patricia Mazzei y Sydney Ember
— A principios de 1989, como alcalde saliente de Burlington, Vermont, Bernie Sanders y su esposa, Jane, hicieron un viaje de ocho días a Cuba, con la esperanza de conocer al dictador cubano Fidel Castro.
 
Sanders, de 47 años, no se reunió con Castro pero visitó La Habana, se reunió con su alcalde y se maravilló de que los visitantes pudieran tomar un taxi en cualquier lugar del país. “La revolución ahí es mucho más extensa y profunda de lo que yo sabía”, dijo, según The Burlington Free Press, al regresar a casa, y alabó a Cuba por proporcionar atención médica, educación y vivienda gratuitas.
 
Muchos demócratas de mayor edad que conservan recuerdos nítidos de la Guerra Fría se han desconcertado e incluso ofendido por los elogios de Sanders a ese país —los cuales están bajo los reflectores luego de que volviera a mencionar algunos de ellos la semana pasada en el programa 60 Minutes— y esta es una de las razones por las que creen que alguien que se describe a sí mismo de socialista demócrata, como Sanders, sería un candidato presidencial peligroso.
 
“Fue un error garrafal”, señaló Bob Squires, de 70 años, residente de Murrells Inlet, Carolina del Sur. “Perderá Florida. Si vemos Twitter, las personas que trajeron a familiares de Cuba tienen una opinión muy diferente. Bernie tiene una ceguera”.
 
Pero para muchos progresistas más jóvenes, las reacciones negativas a los comentarios de Sanders —que también fueron emitidas y debatidas en su campaña de 2016 para la presidencia— son consecuencia del pánico de los baby boomers y son una forma perniciosa de tildarlo de comunista. Esa diferencia de posturas revela una división dentro del Partido Demócrata.
 
“Al parecer, ‘socialismo’ es un término atemorizante del que hemos hablado mucho, pero en realidad no lo entendemos”, dijo Nolan Lok, un estudiante de Química de 18 años de la Universidad de California, campus Los Ángeles, donde emitió su voto la semana pasada.
 
“En una sociedad donde la tecnología es tan importante, donde con menos personas se producen más cosas, vamos a necesitar una sociedad más socialista en la que el gobierno tenga que participar más”, señaló. “Se requerirá que el gobierno haga más cosas y es algo que debemos agradecer, no temer”.
 
Esta diferencia generacional entre los demócratas fue muy evidente en las entrevistas que se realizaron en todo el país esta semana para evaluar las opiniones y la historia de Sanders, la cual incluye viajes a la Unión Soviética y Nicaragua cuando era alcalde de Burlington, así como comentarios elogiosos de los sandinistas. Ha rechazado la política exterior estadounidense que respalda a los gobiernos anticomunistas y las fuerzas de resistencia, y es un firme opositor de la guerra. Pero destacan sus comentarios sobre Castro; por ejemplo, su asombro de que los cubanos que conoció en 1989 “le tenían un amor casi religioso”.
 
Los liberales de mayor edad muestran un respaldo variable a la postura de Sanders, y la ruptura generacional fue menos evidente en el sur de Florida, donde a muchos cubanos, venezolanos y nicaragüenses no les gustan sus opiniones. Sin embargo, los electores progresistas nacidos a finales de la Guerra Fría —muchos de ellos gente de color— rechazaron la idea de que el socialismo sea anacrónico e irrelevante.
 
Durante años, esas opiniones de izquierda definieron y hasta cierto punto mermaron a Sanders en Washington, quien fue un congresista independiente y luego un senador considerado por muchos como un político extravagante y ajeno a la élite de los demócratas. Pero ahora como puntero para la candidatura presidencial del partido, Sanders está siendo presionado para que explique su visión antiimperialista del mundo frente al escrutinio y la crítica de sus rivales.
 
Sanders, de 78 años, fue ridiculizado en el debate del martes de la semana pasada en Charleston, Carolina del Sur, por sus comentarios del domingo en 60 Minutes, cuando elogió los programas de alfabetización que Castro había puesto en marcha en Cuba. Pete Buttigieg, el exalcalde de South Bend que se acaba de retirar de la carrera presidencial, mencionó que Sanders sentía “nostalgia por la política revolucionaria de la década de los sesenta” y lamentó la posibilidad de “que se reviva la Guerra Fría”.
 
Buttigieg y otros demócratas dijeron que las opiniones de Sanders no solo están mal orientadas, sino que también refuerzan su imagen como socialista, misma que hará que él y otros candidatos demócratas sean un blanco fácil en las elecciones para el presidente estadounidense, Donald Trump, y los republicanos. Y si ganara la candidatura, sus posturas podrían poner en peligro sus oportunidades en Florida, el campo de batalla más grande para las elecciones presidenciales generales, donde no hay mucho aprecio por la Revolución cubana comunista de 1959.
 
Sanders apoyó su postura en el debate, donde criticó la política estadounidense en Latinoamérica y volvió a elogiar el programa de alfabetización de Castro.
 
“En ocasiones, podría ser buena idea ser sinceros acerca de la política exterior estadounidense, la cual incluye el hecho de que Estados Unidos ha derrocado a gobiernos de todo el mundo: en Chile, en Guatemala, en Irán”, dijo Sanders.
 
Muchos cubanoestadounidenses de mayor edad se desconcertaron ante las declaraciones de Sanders y lo criticaron por sonar como un apologista del adoctrinamiento comunista. Y las opiniones del candidato provocan una resistencia particularmente férrea en Miami, donde la diáspora cubana sigue siendo una poderosa fuerza política.
 
“Me ofendió su ignorancia”, dijo Mario Cartaya, un arquitecto de 68 años que dejó Cuba cuando tenía 9 años y ahora forma parte del consejo del Partido Demócrata de Florida. “No solo es perjudicial para los cubanos, sino también para todos los demás latinoamericanos que han huido de su país debido a la tiranía en esos países”.
 
Las repercusiones no solo fueron evidentes entre los cubanos conservadores, sino entre los liberales que ayudaron al expresidente Barack Obama a obtener dos victorias en Florida.
 
“Es increíble que estemos en 2020 y tengamos que volver a hablar de esto”, dijo la columnista de The Miami Herald Fabiola Santiago, quien escribió una emotiva columna sobre su experiencia en Cuba cuando era pequeña. “No entiendo cuál es su motivación exactamente para recordar a Fidel y al sistema cubano”.
 
La campaña de Sanders no considera que le representen un problema sus comentarios sobre Cuba ni sus elogios a los gobiernos socialistas porque esto les importa más a los electores moderados de mayor edad, una población a la que de por sí Sanders considera que es difícil llegar.
 
Sus asesores creen que puede competir en Florida en las votaciones primarias de los demócratas, y la campaña tiene planeado poner comerciales en todos los medios importantes. En esta semana ya está enviando a miembros de su personal a todas las regiones del estado.
 
“Los milénials no recuerdan la Guerra Fría”, señaló Maurice Isserman, un profesor de Historia en Hamilton College que ha estudiado el socialismo demócrata. “No reaccionan de la misma manera a la palabra ‘socialista’ ni la asocian con el comunismo totalitario”.
 
En cambio, los electores jóvenes sí han vivido un cambio estructural en la economía, incluyendo la crisis económica de 2008 y la carga aplastante de la deuda universitaria, que les ha dado una opinión más crítica del capitalismo, afirmó. Sin embargo, Isserman advirtió que los republicanos utilizarán los comentarios del senador para atacarlo en las elecciones generales.
 
“Bernie no es comunista”, dijo Isserman. “No es totalitario. Es un tipo de socialista demócrata escandinavo. Pero también es producto de la década de los sesenta y tiene un estilo de confrontación muy directa. No tiende a tener un estilo muy diplomático”.
 
Blanca Estevez, una integrante de Arkansas del Comité Político Nacional de los Socialistas Democráticos de Estados Unidos, dijo que sus tendencias políticas al principio confundieron a su madre, debido a que la familia huyó de la guerra civil en El Salvador. Pero Estevez señaló que ya había logrado algunos avances.
 
“He podido conectar los valores cotidianos de mi madre con el trabajo que realizamos, al decirle que ella siempre ha compartido lo que tiene, que siempre ha ayudado al prójimo, que ha visto que la gente tenga lo que necesita cuando está pasando por una mala racha”, señaló Estevez. “Hace cuatro años, mi mamá odiaba a Bernie Sanders. Ahora, tenemos una pancarta de él en el patio de la casa”.
 
Patricia Mazzei reporteó desde Miami y Sydney Ember desde Winston-Salem, Carolina del Norte; Katie Glueck colaboró con informes de Charleston, Carolina del Sur, Isabella Grullón Paz desde Nueva York y Jennifer Medina desde Los Ángeles. Kitty Bennett colaboró con la investigación.
 
TORRE DE LA LIBERTAD - MIAMI
 


Primer  Anterior  Sin respuesta  Siguiente   Último  

 
©2024 - Gabitos - Todos los derechos reservados