Estar en cuarentena puede ser muy duro para la gente que tiene adicciones y obsesiones. El aislamiento constante puede reforzar nuestra relación destructiva con ciertas sustancias, ya sea comida, drogas, juego o sexo. Pero mientras que podemos hacer acopio de alimentos o pedir drogas a domicilio (bajo tu propia responsabilidad), tener sexo es prácticamente imposible si no vives con tu pareja.
Nos ha quedado claro que, durante la cuarentena, todo el mundo anda caliente, pero para los adictos al sexo (o hipersexuales) no es lo mismo. Los expertos en la materia coinciden en que el comportamiento sexual compulsivo, también conocido como trastorno compulsivo sexual, puede ser dañino para la salud mental y la vida de la persona que lo padece. La psiquiatra Laurent Karila dice que este tipo de comportamiento puede desencadenarse por el aburrimiento, el estrés o el miedo al fracaso, emociones muy presentes durante el confinamiento.
Jean-Victor Blanc, director del departamento de adicciones del hospital Saint-Antoine de París, dice que la mayoría de los pacientes que acuden para pedir ayuda son hombres de la comunidad queer. Gracias al trabajo realizado con ellos, ha identificado dos tipos de adictos al sexo: adictos al chemsex que toman drogas para intensificar las relaciones sexuales, y aquellos con un apetito sexual incontrolable. A través de amigos de amigos, me puse en contacto con cuatro adictos al sexo de la comunidad queer (dos autodiagnosticados y dos clínicos) para aprender más sobre cómo ha cambiado su vida ahora que no pueden verse con otras personas.
Teo*, 24, estilista
VICE : ¿Cómo era tu vida antes del confinamiento?
Teo: Tenía muchas parejas, a menudo varios tipos al mismo tiempo y sin protección. Soy seropositivo pero tengo una carga viral indetectable [lo cual quiere decir que, tras años de tratamiento, la sangre contiene una cantidad tan baja del virus que un test no puede detectarlo], así que no puedo transmitirlo. Practicaba el chemsex a menudo, por lo general, después de fiestas de fin de semana, cuando me sentía desinhibido. Aunque mantengo mis encuentros en privado, hay gente que conoce el estilo de vida que llevo.
¿Te desahogas por internet ahora?
¡Sorprendentemente, no! Me masturbo una vez al día, dos si me caliento porque veo dos tipos buenos en una serie de televisión o en alguna cuenta de Instagram explícita, o leo algún texto insinuante.
¿Te ves tentado a salir para practicar el sexo?
Por ahora, veo porno si tengo muchas ganas de coger. Cuando el deseo es muy fuerte, chateo con alguien por Grindr hasta que estamos casi a punto de quedar de vernos en persona y entonces paro. Creo que, si quedara en salir con alguien, me sentiría como un idiota justo después de venirme porque tendría que mentirle a mis amigos.
Jonathan*, 37, dueño de un restaurante
VICE: ¿Cómo era tu vida antes del confinamiento?
Jonathan: Estoy en una relación desde agosto. Por desgracia, no teníamos sexo a menudo porque me masturbaba obsesivamente, entre dos y siete horas al día. A veces, lo hacía tanto que me sangraba el pene. Me decía a mí mismo cada día que ese sería el último. Mi novio y algunos amigos lo sabían, pero aún así me sentía incomprendido.
¿Interfiere con tu vida?
Enormemente. Tengo que estar solo para hacerlo, lo cual me impide hacer muchas cosas o abrirme a la gente.
¿Ves más porno?
Es raro, pero no. Probablemente porque tengo más tiempo para mí mismo y no tengo que preocuparme de perderme nada, como no poder acostarme con alguien por que no se me para o porque estoy en una relación. No tengo que preocuparme por contagiarme de VIH, que fue de lo que murió mi abuelo. Todavía tengo malos hábitos, pero no siento la necesidad de escapar de la realidad porque tengo menos presión. A ver, todavía me masturbo, pero ni siquiera todos los días.
¿Dirías que para ti el confinamiento ha tenido un efecto positivo?
Sí, es algo bueno. Mi novio viene a verme cada tres días y me he dado
cuenta de lo duro que he sido con él, que viene de mi incapacidad de
amar. Ahora puedo estar más presente en vez de perderme en fantasías y
autodestrucción.
Fran, 49, director inmobiliario
VICE: ¿Mantenías relaciones sexuales muy a menudo antes de la cuarentena?
Fran: Solía tener sexo 8 o 15 a la semana dependiendo del horario, a veces con varios chicos a la vez. También me masturbaba todos los días. Casi siempre sin protección, pero tomo PrEP [un medicamento que previene la contracción del VIH]. He tenido varias parejas regulares, pero la mayoría de los encuentros eran casuales a través de aplicaciones.
¿Cómo lidias con el confinamiento?
Intento controlarme porque si no podría pasarme fácilmente todo el día con el pene en la mano y un juguete en el culo. Una semana después del confinamiento, estaba muy cachondo y me masturbaba compulsivamente. A las dos semanas, conseguí calmarme, pero lo estoy pasando mal con los impulsos. Por ejemplo, cuando voy a comprar y paso al lado de algún chico, me quedo mirando y siento la necesidad de acercarme, aunque sé que tenemos que mantener la distancia.1º
¿Crees que vas a estar bien?
Si tenemos que estar confinados otros dos o tres meses, me preocupa que me entre la tentación de tirarme a alguien, pero tomaría todas las precauciones.
Etienne*, 38, gerente
VICE: ¿Cómo era tu vida sexual antes del confinamiento?
Etienne: Mantenía relaciones al menos una vez al día, a menudo dos. Aunque tomo la PrEP, uso protección. Siempre me han asustado las ITS y he tenido mucha suerte de no haberme contagiado nunca de nada.
¿Te quitaba tiempo de tu vida social?
El chemsex destruía las barreras que me mantenían a salvo para no coger durante horas. Al principio, era divertido, pero con el tiempo se convirtió en el centro de mi vida, de mis relaciones. Era totalmente consciente de que me hacía daño a mí mismo, pero no podía evitarlo. Poco a poco vi lo dañino que era para tantos chicos jóvenes, así que paré. Mis amigos saben que tengo una relación intensa con el sexo, pero ni se imaginan la gran carga que supone.
¿Te resulta difícil respetar la cuarentena?
No, ha sido mucho más fácil de lo que esperaba. Estoy desestresado y duermo como un bebé. Creo que no estar bajo presión me está ayudando mucho. Aunque veo mucho más porno.
¿Qué te gustaría ver después del confinamiento?
Me gustaría decir algo. Si todo el mundo se hiciera las pruebas antes de acostarse con otra gente, podríamos reducir potencialmente un problema de salud importante: la epidemia de las ITS.