La rueda de prensa del abogado Giulian, se volvió viral, pero no por sus palabras, sino por los chorretones negros que le caían de la cabeza. En el momento en el que las manchas aparecieron en su cara, su discurso quedó en un segundo plano. Trump cambia de estrategia y pasa de discutir los resultados a intentar manipular el proceso de elección en el Colegio Electoral, que votará el 14 de diciembre.
El recuento manual de los votos en Georgia confirma la victoria de Biden
PABLO XIMÉNEZ DE SANDOVAL
La posibilidad de disputar la realidad de los resultados electorales de Estados Unidos terminó de desaparecer para Donald Trump este jueves, cuando el Estado de Georgia confirmó que, después de haber hecho un recuento manual de todos los votos, la conclusión es la misma que hace una semana: ha ganado Joe Biden. Georgia es el Estado donde la victoria de Biden ha sido más ajustada (0,2%) y donde la campaña de Trump había puesto sus esperanzas en que un recuento mostrara discrepancias o errores en el escrutinio. Hecho el recuento, la ventaja de Biden es la misma.
La ley electoral de Georgia no exige un recuento obligatorio, pero permite hacerlo a petición de parte si el margen del resultado es menor al 0,5%. La victoria de Biden en Georgia, donde se han emitido casi cinco millones de votos, es de poco más de 12.000 sufragios. Desde que Georgia fue declarada por los medios para Biden, el pasado día 7, el secretario del Estado (la autoridad electoral), el republicano Brad Raffensperger, se ha visto en el medio de una tormenta de conspiraciones y denuncias sobre la limpieza del escrutinio.
Ante las presiones inauditas del presidente de Estados Unidos, las acusaciones de fraude y los ataques a su profesionalidad por parte incluso de los dos senadores republicanos del Estado, Raffesnperger propuso hacer una auditoría a mano de todos los votos de Georgia, centrada en la elección presidencial. El encargado de las elecciones ha exigido a su propio partido que deje de atizar teorías conspirativas y arrojar dudas sobre su profesionalidad.
Los funcionarios y voluntarios de Georgia han recontado a mano los cinco millones de votos en apenas 10 días, justo a tiempo para la hora límite, fijada en la medianoche del miércoles. Este jueves, Raffensperger publicó un comunicado en el que revelaba que el “histórico recuento” (es la primera vez que se hace) “reafirma el resultado original producido por el escrutinio a máquina de las papeletas”. El recuento ha encontrado errores mínimos, tal como predecían los expertos. Por ejemplo, se han hallado 5.800 votos que se quedaron sin contar. Pero el resultado final ha variado un 0,1053%, según el informe. El error más amplio que se ha encontrado es del 0,73% en un condado.
Por ley, Georgia tiene que certificar definitivamente sus resultados electorales este viernes. Los demás Estados clave en los que Trump perdió la elección lo harán a lo largo de la próxima semana y, aunque el daño a la credibilidad del proceso ya está hecho, ahí se habrá cerrado la posibilidad de disputar legalmente esos resultados.
La campaña de Trump emitió un comunicado despreciando el recuento de Georgia poco después de conocerse el resultado. “Este supuesto recuento a mano ha resultado como se esperaba porque simplemente han vuelto a contar los votos ilegales que estaban ya incluidos en el total”, dice un “asesor legal” de la campaña.
Según se ha ido haciendo más evidente que no hay ninguna forma de disputar los resultados de las elecciones como erróneos o fraudulentos, un equipo legal al servicio del presidente y capitaneado por Rudy Giuliani dio una nueva conferencia de prensa este jueves en la que dijo cosas como que el software de escrutinio ha cambiado millones de votos de Trump a Biden y que todo tiene origen en una conspiración con vínculos con Venezuela.
Mientras Estados Unidos contemplaba atónito la rueda de prensa de Giuliani, al que le caían goterones de tinte de pelo por la cara, la Casa Blanca ponía en marcha un nuevo paso en su estrategia de deslegitimar la elección, este potencialmente más dañino por sus implicaciones políticas. Trump invitó a los dos líderes republicanos en el Legislativo de Michigan a una reunión en la Casa Blanca este viernes. Según confirmaron Reuters y The New York Times, Trump pretende presionar directamente a los legisladores republicanos, que tiene la mayoría en un Estado con gobernadora demócrata, para subvertir el resultado de las elecciones.
Los Estados votan por el presidente a través de una lista de “electores” que se reúnen en el Colegio Electoral. De acuerdo con el resultado, Biden tiene 306 de esos electores y Trump, 232. Trump parece apostar por la idea de que los resultados no sean certificados y que sea el Legislativo el que presente su propia lista. Ya ha conseguido en parte el primer paso, cuando dos miembros republicanos de la junta de certificación de los resultados en Michigan se negaron a firmar los resultados. Trump llamó personalmente al menos a uno de ellos.
Es decir, Trump parece estar explorando la posibilidad de que los legisladores republicanos de Michigan subviertan el voto de sus ciudadanos y presenten electores que voten por él. Aunque es una teoría muy difícil de poner en práctica, ya que esas listas tienen que pasar el filtro de los gobernadores y de la Cámara de Representantes, se trata de un ataque al proceso electoral inaudito por parte del presidente de Estados Unidos en persona.
La fecha límite para resolver cualquier disputa en torno a las listas de electores es el próximo 8 de diciembre. El Colegio Electoral se reunirá el 14 de diciembre para elegir a Joe Biden presidente de Estados Unidos. Biden tomará posesión del cargo el 20 de enero.
El abogado de Trump suda tinta
El abogado personal del presidente de Estados Unidos Donald Trump, Rudy Giuliani, advirtió este jueves que su país podría convertirse en Venezuela y dijo que George Soros conspiró con los demócratas para darle la victoria a Joe Biden.
En exalcalde de Nueva York elaboró durante más de una hora varias teorías conspirativas, mientras sudaba abundantemente, tanto que un surco de transpiración de color marrón procedente de su cabellera quedó marcado en su mejilla.
"Nos vamos a convertir en Venezuela. No podemos permitir que esto nos suceda. No podemos permitir que estos delincuentes, porque eso es lo que son, le roben la elección al pueblo estadounidense", afirmó Giuliani en una conferencia de prensa en el Comité Nacional Republicano, en Washington.
El abogado está en una frenética campaña ante los tribunales para impugnar los resultados de las elecciones del 3 de noviembre y ha obtenido hasta ahora sólo fracasos.
Sosteniendo la tesis de Trump, que se niega a conceder la derrota a Biden, Giuliani leyó ante la prensa 220 testimonios jurados sobre irregularidades en el voto por correo, en Pensilvania y Michigan, dos estados claves en los que se impuso el demócrata.
"UNA EMPRESA VINCULADA A MADURO"
"Ustedes deberían estar más sorprendidos por el hecho de que nuestros votos estén siendo contados en Alemania y en España por la empresa vinculada a Chávez y a Maduro", dijo Giuliani a los periodistas, en referencia a Hugo Chávez, el presidente venezolano fallecido hace siete años, y el actual líder al mando del país, Nicolás Maduro.
La empresa en cuestión es la compañía de aplicaciones electorales Smartmatic que fue fundada en Florida en la década de 2000 por dos técnicos nacidos en Venezuela.
El presidente de Smartmatic, Mark Malloch-Brown, está en el consejo de administración de Open Society Foundation, una iniciativa lanzada por el multimillonario filántropo George Soros, que es una figura mencionada habitualmente en teorías de la conspiración.
Giuliani también hizo una referencia a la película Mi primo Vinny e intentó imitar al abogado con pocos escrúpulos que la protagoniza.
Mientras Giuliani hablaba, Trump tuiteó. "Mis abogados ahora en @newsmax, @OAMM y tal vez @Fox", escribió sobre esos tres canales de TV conservadores. "Un caso abierto y cerrado de fraude electoral. ¡En números masivos!".
"LA ELECCIÓN MÁS SEGURA DE LA HISTORIA"
Las acusaciones de fraude fueron desmentidas por la Agencia de Seguridad de Infraestructura y Ciberseguridad (CISA), que indicó que la elección presidencial fue "la más segura de la historia".
Chris Krebs, que fue destituido por Trump como director de esta agencia, se refirió a la rueda de prensa como la "más peligrosa" y más "delirante" de la historia de la televisión estadounidense.
Giuliani denunció que las "grandes ciudades están controladas por los demócratas" y afirmó que el recuento en curso en Georgia no significa nada porque "están contando los mismos votos fraudulentos una vez más".
Con respecto a Pensilvania, afirmó que hubo muchos votantes llegados desde Nueva Jersey para votar.
"Salvo que uno sea estúpido sabe que mucha gente vino desde Camden (Nueva Jersey) para votar. Lo hacen todos los años. Eso pasa todo el tiempo en Filadelfia. Es tan frecuente como que a uno lo golpeen en un juego de fútbol de los Philadelphia Eagle", indicó.
Mientras tanto, Sydney Powell, una de las abogadas de campaña de Trump, denunció una "inmensa influencia de dinero comunista desde Venezuela, Cuba y probablemente China" que interfirió con las elecciones.
Powell reiteró la tesis de Giuliani y afirmó que las máquinas de votación utilizadas fueron "creadas en Venezuela por Hugo Chávez" para asegurarse de que nunca perdiera una elección, e indicó que los sistemas están configurados para tomar porcentajes de los votos de Trump para atribuirlos a Biden.
Cuba no tardó en reaccionar. "Representantes del Presidente Trump mienten sin piedad al difundir información falsa sobre la supuesta injerencia cubana en las elecciones estadounidenses. Calumnia pura. En contraste con la política actual del Departamento de Estado de EEUU, Cuba no interfiere en el proceso electoral de otros países", escribió en Twitter su canciller, Bruno Rodríguez.
Pero Rudy Giuliani se convirtió en tendencia en las redes sociales no por sus pleitos sino por los chorretones de lo que parecía tinte para el pelo deslizándose por sus mejillas.
Sus palabras quedaron en un segundo plano, ya que por su rostro sudado corrían dos hilos de un líquido oscuro que se desprendían de su cabello y llegaban hasta las mejillas.
Una imagen que no pasó inadvertida por los periodistas de los medios de comunicación que cubrían las conferencia y los internautas.
"Parecía que estaba comenzando a derretirse", escribió el diario The New York Times, que consultó con varios peluqueros de Manhattan, quienes coincidieron en que el líquido oscuro "no era tinte para el cabello".
Algunos de los consultados indicaron que pudo tratarse de rímel o de un lápiz de retoque para las patillas.
"Las patillas son más grises que el resto de la cabeza", declaró al rotativo Mirko Vergani, director creativo de color en un salón en el centro de Manhattan, e indicó que se puede "aplicar rímel para retocar un poco el lado gris".
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