Quienes opinan que el matrimonio es la unión entre un hombre y una mujer para formar familia con descendencia, afirman que gays y lesbianas no deben casarse por la imposibilidad de fecundación entre dos personas del mismo sexo.
Si el objetivo del matrimonio fuera la descendencia, la imposibilidad de tenerla debería invalidar la legalización de las uniones entre personas homosexuales, sí, pero también de todas aquellas parejas heterosexuales que no puedan o no quieran tener hijos.
Las uniones tradicionales no garantizan la reproducción
Ni siquiera el Código de Familia actual, que define el matrimonio como "la unión voluntariamente concertada de un hombre y una mujer con aptitud legal para ello, a fin de hacer vida en común", establece como objetivo la descendencia.
Si a las parejas heterosexuales cubanas les dijeran que solo pueden casarse si van a tener hijos, seguramente su respuesta no diferiría mucho de la de la activista por los derechos de la comunidad LGBTI Juana Mora: "Las personas se casan porque se quieren y desean estar juntas".
El también activista Raúl Soublett, de Alianza Afrocubana, llama la atención sobre el hecho de que las uniones tradicionales tampoco garantizan la reproducción, "como lo demuestra la baja tasa de natalidad que tenemos aquí en Cuba".
El matrimonio como institución implica una serie de derechos, como la adopción, del que no disfrutan hasta ahora las parejas homosexuales. Solo se permite por más de una persona en el caso de los cónyuges, haya sido su unión formalizada mediante el matrimonio o reconocida judicialmente.
El Artículo 101 del actual Código de Familia dispone: "Los cónyuges realizarán la adopción conjuntamente. No obstante, uno de los cónyuges podrá adoptar al hijo del otro, si el padre o madre del menor que se pretende adoptar consintiera, hubiera fallecido, hubiera sido privado de la patria potestad o fuera desconocido. Excepto por cónyuges, nadie podrá ser adoptado por más de una persona".
En junio de 2020, la revista digital cubana para el empoderamiento de la comunidad LGBTI, Q de Cuir, publicó la noticia de que una pareja integrada por una cubana y una norteamericana había logrado inscribir a su hijo. En el certificado de nacimiento emitido por el Ministerio de Justicia, ambas figuran como madres.
Aunque la noticia resulta alentadora para parejas de lesbianas en Cuba, también refleja la imposibilidad de que dos mujeres accedan a la reproducción asistida en la Isla. "Paulo nació en la Florida, de donde es originaria su mamá Hope y donde lograron acceder al servicio de reproducción asistida después de comprobar que en Cuba cualquier procedimiento de este tipo era imposible para una pareja de mujeres", explica la nota.
Si ambas mujeres hubieran sido residentes en Cuba, sin la posibilidad de viajar fuera para recurrir a este servicio, no habrían podido tener a su hijo.
Sin derecho a herencia ni a comunidad de bienes
Otras garantías que dependen de la formalización de la relación mediante matrimonio o reconocimiento judicial son la comunidad de bienes y la herencia. De estas también están excluidas las parejas de gays y lesbianas en Cuba. Para Juana Mora, esta es una de las razones por las que debería aprobarse el matrimonio entre personas del mismo sexo.
"Hay muchas parejas homosexuales en las que una de las dos personas muere y la familia saca a la otra de la vivienda porque no tiene derecho, aunque la relación haya sido larga. Lo peor es que muchas veces la familia ha repudiado a la persona fallecida. En caso de separación, al no haber comunidad de bienes, una de las dos personas puede quedar desamparada", explica.
"Las iglesias y la sociedad hetero-patriarcal tienen secuestrado el matrimonio"
Algunas personas, incluyendo a cristianos, opinan que a las parejas homosexuales se les debería otorgar algún reconocimiento legal que garantice su derecho a la comunidad de bienes y a la herencia, pero no la posibilidad de contraer matrimonio.
¿Habría menos oposición en Cuba a la aprobación de uniones de hecho que a la del matrimonio entre personas del mismo sexo? ¿Debería la comunidad LGBTI conformarse con estas uniones?
"Creo que, dentro del activismo, todos estamos convencidos de que vamos por el matrimonio", afirma Lidia Moreno, abogada y activista por los derechos de la comunidad LGBTI y de la mujer. "Nosotros no aceptamos uniones de hecho. Aunque la unión de hecho implique los mismos derechos en la adopción y la reproducción asistida, es una migaja más (…). Dame los mismos derechos y después yo decido. Por ejemplo, yo misma estoy contra el matrimonio, pero lo defiendo como un derecho".
Raúl Soublett considera que deben aprobarse tanto el matrimonio como las uniones de hecho. "No todas las personas quieren casarse. Lo que no puede ser es que se aprueben las uniones de hecho para las personas de la comunidad LGBTI y el matrimonio para las personas heterosexuales. Esa segregación estaría categorizando a las personas de la comunidad LGBTI como ciudadanos de segunda. Es discriminatorio".
Juana Mora considera que "las iglesias y la sociedad hetero patriarcal tienen secuestrado el matrimonio” y recuerda un eslogan del estatal Centro Nacional de Educación Sexual (CENESEX): "Todos los derechos para todas las personas".
"Nosotros estamos muy de acuerdo con ese eslogan. Cuando el CENESEX hace algo mal lo criticamos, pero cuando hace algo bien lo reconocemos. El matrimonio tiene que ser un derecho para todos. Después cada cual decidirá si quiere casarse o no", afirma Mora.
Cuando supuestamente falta menos de un mes para que se presente el nuevo texto del Código de Familia, que debe incluir la admisión del matrimonio igualitario y es la única norma dentro del Cronograma Legislativo que se someterá a referendo, el tema está ausente en los medios oficiales cubanos.
Mientras, la comunidad LGBTI cubana desarrolla su activismo sobre todo en las redes sociales. Publicaciones en Facebook, como la del exdiputado Luis Ángel Adán Robles, muestran que el colectivo toma conciencia de que los derechos no caen del cielo.