Dayana Rodríguez dice que su hijo está abrumado por la sarna, pero que no ha podido encontrar ninguno de los tratamientos recetados por su médico en las farmacias de La Habana, que están mal abastecidas, por lo que ahora está recurriendo a un remedio a base de hierbas, informa la agencia Reuters.
A pesar de que Cuba lidera la carrera para convertirse en el primer país de América Latina en desarrollar su propia vacuna contra la epidemia de covid-19, el país sufre una aguda escasez de medicamentos básicos en medio de su peor crisis económica en décadas.
“No hay ninguno de los que le recetaron, benzoato de bencilo, ni el otro para la picazón que solía estar en todas las farmacias”, dijo Rodríguez, comprando plantas medicinales en una tienda de un bulevar comercial en Centro Habana.
Nueve familias en La Habana dijeron a Reuters que estaban luchando para tratar los brotes de sarna, una enfermedad cutánea altamente infecciosa pero prevenible, debido a la escasez de medicamentos.
Tres médicos consultados por Reuters que se negaron a ser identificados dijeron que habían recurrido a aconsejar a sus pacientes que hirvieran una mezcla de hierbas para aplicarlas en la piel y proporcionar un alivio temporal para la sarna, ya que era inútil recetar medicamentos que escasean. Uno de esos médicos también recomendó un tratamiento veterinario para uno de sus pacientes.
El sistema de salud es uno de los reclamos más repetidos por el gobierno cubano como “logro de la revolución”, bajo el argumento de que ha producido resultados a la par con los de las naciones ricas que utilizan los recursos de un país en desarrollo, y que ha sido mantenido a pesar del embargo comercial estadounidense de décadas de antigüedad.
Sin embargo, los problemas de efectivo en la debilitada economía estatal desde la desaparición de la Unión Soviética —que actuaba como nación sustentadora— han pasado factura tanto a las instalaciones de salud como a la disponibilidad de medicamentos.
En los últimos años, la disminución de la ayuda de su aliado Venezuela, las nuevas sanciones de Estados Unidos y la pandemia han sumido a Cuba en su peor crisis económica desde la década de 1990.
El ministro de Salud, José Portal, informó el año pasado en la televisión estatal que en el mes de junio escaseaban alrededor de 116 medicamentos básicos. De ellos, 87 fueron producidos localmente y 29 importados.
Florencio Chávez, quien lleva 25 años al frente de una tienda de plantas medicinales, dice que la demanda de remedios a base de hierbas ha aumentado en los últimos años. Por ejemplo, para tratar la sarna recomienda guacamaya francesa, cundeamor, nimbo de la India (también conocido como neem o nim) y el Parthenium hysterophorus.
Los cubanos también han creado grupos en las redes sociales para intercambiar medicamentos u otros productos por aquellos que necesitan, mientras que el mercado negro prospera en las calles y en internet.
Las autoridades cubanas comenzaron a hablar sobre la escasez crónica de medicamentos, incluidos los básicos como los que tratan la hipertensión y los anticonceptivos debido a la escasez de efectivo en 2017, diciendo que había tenido que recortar las importaciones de insumos necesarios para la producción local.
El año pasado, el gobierno dijo que los retrasos en los envíos debido a la pandemia habían exacerbado la situación, al igual que las sanciones de Estados Unidos.
Si bien la medicina está teóricamente exenta de sanciones, estas siguen siendo un fuerte desincentivo para los proveedores médicos en el extranjero, que podrían correr el riesgo de ser multados, y el embargo daña la economía en general, por lo que hay menos efectivo para las importaciones.
Algunas personas mayores como Yolanda Pérez, de 80 años, que sufre de glaucoma, se quejan de que no tienen la energía necesaria para hacer cola en las farmacias durante la noche, con la esperanza de hacerse con su parte de las escasas entregas.
“Han pasado seis meses desde la última vez que pude obtener mi latanoprost”, el medicamento que ayuda a evitar que se quede ciega, dijo.
Las autoridades de la oriental provincia de Holguín advirtieron en enero a los cubanos que no recurrieran al mercado negro porque algunas drogas no eran lo que anunciaban e incluso podrían ser dañinas.
“El problema es que la gente está desesperada por la falta de medicamentos”, escribió un lector identificado como Arcela en un artículo sobre el tema en el medio estatal Juventud Rebelde. Dijo que su hermana había tenido que comprar antibióticos del mercado negro.
“Por eso recurren a estos métodos”.