El Partido Comunista de Cuba, a través de su periódico Granma, revivió un viejo discurso de Fidel Castro de 1988 para defender al partido único que gobierna la isla caribeña desde 1965. La publicación, también, es una muestra de los valores antidemocráticos que representaba y promovía el dictador, quien murió el 25 de noviembre de 2016.
“Y debemos decir aquí, de una vez y por todas, que no necesitamos más que un partido, de la misma forma que Martí no necesitó más que un partido para hacer la lucha por la independencia de Cuba, de la misma forma que Lenin no necesitó más que un partido para hacer la Revolución de Octubre”, dijo Castro en el discurso reproducido por el diario oficial del régimen.
Castro hace alusión a la oposición, a la disidencia cubana, y sin nombrarlos directamente les dice que no se hagan ilusiones porque no habrá otro partido político en la isla. “¡No!, aquí hay un solo partido, que es el partido de nuestros proletarios, de nuestros campesinos, de nuestros estudiantes, de nuestros trabajadores, de nuestro pueblo, sólida e indestructiblemente unido”.
Treinta tres años después del discurso, la oposición cubana se mantiene firme en sus demandas democráticas. Sobre todo durante los últimos años, en los que se se ha intensificado la lucha de la disidencia de una forma sin precedentes, como es el caso del grupo de artistas del Movimiento San Isidro o del líder opositor José Daniel Ferrer.
Por ejemplo, en abril quedó evidenciado cómo parte del pueblo cubano le perdió el miedo a los agentes del régimen cuando decenas de personas se congregaron para evitar que Maykel Osorbo, uno de los intérpretes de la canción “Patria y vida”, fuera detenido por la dictadura cubana.
Los vecinos impidieron que se lo llevaran y, en una escena poco común en Cuba, transmitida en vivo por redes, decenas de personas salieron a la calle para apoyarlo y cantaron a coro varias veces la canción “Patria y vida” al tiempo que gritaban consignas contra el régimen.
“¡Abusadores! ¡Asesinos!”, se escuchaba a la gente gritar a los agentes de la dictadura cubana, que intentaba infructuosamente detener al artista en La Habana.
Unos días después de episodio, el 16 de abril, en medio de la profunda crisis social y política que atraviesa la isla, Raúl Castro, anunció que abandonada su cargo primer secretario del Partido Comunista de Cuba.
En su reemplazo fue nombrado Miguel Díaz-Canel, quien es presidente de la isla desde 2018, que de esa forma tomó las riendas del poder absoluto del país, como en su día lo tuvieron Fidel y Raúl.
“Electo Miguel Diaz-Canel Bermudez, Primer Secretario del Comite Central del Partido Comunista de #Cuba en el #8voCongresoPCC”, anunció el partido en su cuenta de Twitter al término de la elección de los delegados el pasado 19 de abril.
El relevo del liderazgo histórico en el Partido, aunque muy simbólico en un país donde la inmensa mayoría de los habitantes sólo ha conocido la dirigencia de los hermanos Fidel y Raúl Castro, no supone un cambio en la línea política de la isla, uno de los cinco últimos países comunistas del mundo.
Y a pesar de algunos cambios por parte del régimen como abrir más su economía e intentar establecer nuevos diálogos con EEUU, el régimen cubano ha mostrado su peor cara represiva y antidemocrática ante las ya viejas exigencias —ahora revitalizadas por una nueva generación que no tiene temor— de una verdadera democracia libre y plural. La publicación del viejo discurso de Fidel Castro por el diario Granma el Partido Comunista de Cuba es un mensaje claro de que en la isla caribeña las cosas, por el momento, no van cambiar.