Eva San Martín
Ronronean, arañan superficies. También, los gatos duermen muchas horas. Pero, ¿no te has preguntado por qué los felinos maúllan? De hecho, la mayoría de los gatos caseros maúllan. Algunos no paran de "hablarnos". Mientras que otros solo encienden sus poderes vocales cuando quieren que les abras su latita de atún preferida.
¿Por qué maúllan los gatos? ¿Es el maullido una llamada de atención similar a la de un ladrido cuando el perro quiere jugar o ve algo llamativo ahí fuera? Lo que dice la ciencia: un maullido no es solo un sonido; más bien, se trata de una compleja forma de comunicación felina.
Tu gato puede estar intentando decirte que tiene hambre, que quiere tu atención, que está aburrido o, sencillamente, puede que solo pretenda saludarte, con un hola felino. Aun así, los gatos son muy inteligentes; y aprenden, ¡claro que aprenden!
Por eso, tu minino no tardará en darse cuenta de que su maullido surte efecto y de que sus deseos se ven cumplimos cuando entona su persuasivo 'miau'. Y lo intentará de nuevo para persuadirte de que se haga su peluda voluntad. Como abrir esa deliciosa latita de atún. 'Miau'.
Lo has adivinado: la respuesta a por qué maúllan los gatos no es única. Y realmente tiene una lista larga de posibles respuestas. Pero cuanto mejor aprendas a entender a tu gato, más rápidamente podrás responder qué es lo quiere de ti.
¿Los gatos maúllan para hablar con sus humanos?
Aquí va otra posible sorpresa científica: aunque el maullido suele considerarse un comportamiento clásico felino, lo cierto es que los gatos realmente no maúllan para comunicarse entre ellos. Al contrario, se trata más bien de un comportamiento aprendido para captar nuestra atención humana.
Es decir, tu gato maúlla para comunicarse o hablar contigo. Es cierto que las madres felinas maúllan para comunicarse con sus cachorros y para ayudarlos a regresar cuando se pierden o alejan. También lo es que los cachorros maúllan a sus madres cuando tienen hambre. Pero, una vez que maduran y se hacen adultos, dejan de utilizar esta forma de comunicación vocal entre ellos.
Hay una excepción: dos gatos adultos pueden comunicarse con un sonido similar a un maullido, pero prolongado y más parecido a un aullido. Aunque suele darse, sobre todo, en encuentros poco amigables; por ejemplo, antes de una posible pelea o trifulca gatuna.
Lo que tu gato te dice con el 'miau'
Por ese motivo, tampoco hay un único maullido, ni un 'miau' universal. De hecho, cada felino tiene su propio repertorio de maullidos únicos que utiliza para comunicarse con su humano o humana. Es decir: tu gato tiene su propia colección única de maullidos para ti; que tú entiendes o crees entender.
Es más, hay muchos estilos de maullidos. Míralo así: el 'miau' de tu gato es una vocalización multiusos; una suerte de navaja suiza vocal felina que tu amigo peludo cambia y modula en función de con quién habla, y de lo que quiere. Así, tu gato puede maullar cuando está feliz, pero también cuando se siente molesto, ansioso o cuando le invade cualquier otra emoción.
Un maullido corto puede significar "hola" o "préstame atención" en idioma gatuno. Mientras que un maullido prolongado suele resultar una queja o un lamento, como que le duele el estómago o que quiere su cena, ¡y la quiere ya!
Por su parte, una serie de maullidos cortos puede entenderse como un iniciador gatuno de conversación: algo así como "¡Ey! ¡Humano, lo digo en serio! ¡Préstame atención! ¿No ves que soy adorable?"
Ahora bien, si el maullido suena a llanto o si tu gato comienza a maullar de la noche a la mañana, debes decírselo al veterinario. En gatos mayores, a partir de 11 años, enfermedades como la disfunción cognitiva (similar al Alzheimer humano), el hipertiroidismo o la hipertensión también puede hacer que el gato empiece a maullar de forma repentina.
Gatos más maulladores que otros
Hay maullidos y maullidos. Y gatos más vocales o parlanchines que otros. Si tu felino es más bien callado, y rara vez recurre al maullido, seguro que intentará decirte lo que necesita de otro modo y encontrará su propio modo gatuno de captar tu atención. Cuanto más observes su comportamiento, mejor aprenderás a interpretar sus soniditos y demás vocalizaciones que conforman su complejo lenguaje felino.
Ahora bien: si esos maullidos irrumpen cada noche a las 4.00 horas y te sacan de la cama, es hora de tomarte más en serio el juego diurno con tu gato y de tomar unas consultas de comportamiento felino con un experto acreditado que te ayude a entender a tu gato, así como a revisar su entorno y los hábitos de tu minino.
Puede que entender a tu felino te implique algo más de trabajo, pero cuando aprendes, los gatos son tan comunicativos como sus compañeros perros. Solo que lo son a su felina y particular manera. Por eso los queremos, ¿o no?
¿Sufren duelo los perros y gatos si fallece otro animal amigo?
La ciencia confirma lo que sospechábamos: tanto los felinos como los perros sienten la pérdida de otro compañero.
¿Puede el fallecimiento de un compañero animal doler a un perro o a un gato? La respuesta es sí. Tanto los perros como los felinos sufren por la pérdida de otro compañero de la familia; algo que resulta especialmente cierto cuando los dos animales tenían una relación fuerte de apego o de amistad.
Puede que la perrita Lulú revise una y otra vez la cama donde solía dormir su amigo Beethoven. O que el gato Travis comience a maullar con más frecuencia e intensidad de lo que solía tras la pérdida de su gran amigo gatuno Billy.
También es probable que tanto Lulú como Travis soliciten más tu atención y pidan estar a tu lado todo el tiempo. Incluso hay perros y gatos que empiezan a dormir encima de ti o que pierden el apetito y dejan de comer con tanto entusiasmo como mostraban.
Es más que una sospecha: muchos gatos y perros sufren cambios de conducta y pérdidas de apetito relacionados con el duelo tras perder a un compañero animal con el que viven. Y un estudio publicado en la revista científica Animal en 2016 sugiere que el comportamiento de Lulú y de Travis no es, ni mucho menos, atípico entre nuestros compañeros animales de vida.
Perros y gatos sufren duelo, dice la ciencia
El estudio ha sido realizado por un grupo de expertos en comportamiento animal coordinado por Jessica Walker, de la organización científica de defensa animal Companion Animals NZ (Animales de Compañía NZ), que ha analizado las respuestas de 159 perros y 152 gatos tras la pérdida de un animal amigo, con ayuda de cuestionarios completados por sus humanos.
Uno de los comportamientos más frecuentes observado en perros y gatos tras la pérdida de un compañero animal fue la revisión constante de sus zonas de descanso. Igual que Lulú, el 60% de los perros y el 62% de los gatos volvieron una y otra vez a revisar los lugares donde su amigo animal solía sestear.
Además, casi el mismo porcentaje de perros y gatos solicitaron más atenciones y cariño por parte de sus familias humanas o se comportaron de un modo más dependiente, solicitando un contacto físico más constante con sus humanos preferidos (el 61% de los perros y el 62% de los gatos).
Y mientras que el aumento de las vocalizaciones, lloros o aullidos no es tan frecuente en los perros (un comportamiento experimentado por el 27%), sí resulta un cambio significativo en los gatos que han experimentado la pérdida de un amigo animal: el 43% de los felinos maullaron de un modo más frecuente e intenso, según relataron sus humanos.
Además, los perros suelen pasar más tiempo durmiendo tras perder a su amigo perruno o felino (el 34%); una conducta menos frecuente en los felinos (el 20%). [Hace un tiempo te contamos por qué gatos y perros necesitan dormir más que tú].
Gato o perro en duelo por la pérdida de un amigo animal
Dicho esto, gatos y perros son individuos. Es decir, aunque comparten características innatas y naturales propias de su especie, igual que nos ocurre a los humanos, también experimentan el dolor y las emociones de un modo personal y único.
Por eso, su proceso de duelo y el modo de experimentar el dolor será diferente. Conviene prestar atención a los cambios en su comportamiento: algunos perros y gatos tenderán a estar más quietos, apáticos o a usar con más frecuencia sus refugios (en el caso de los gatos) o pueden perder el apetito.
Algunos gatos, además, maullarán de forma más intensa y constante o puede que empiecen a hacer pis fuera de su arenero. En esto, una consulta de comportamiento felino con un experto acreditado resultará de ayuda. En cualquier caso, lo primero es respetar el dolor de tu gato o perro y entender que puede sufrir el duelo por la pérdida de otro animal amigo.
Además, a tu compañero perruno o felino le ayudará que rellenes el hueco con actividades agradables, que disfrute. Así, tu perro agradecerá que des buenos paseos por sus zonas preferidas y que juegues más con él.
También a tu felino le sentará bien compartir tiempo de calidad con su humano preferido y agradecerá el juego interactivo (contigo), así como que saques más tiempo para mimos y caricias, si es que tu gato las disfruta. Además, ayuda mantener una rutina de comidas, juegos, sueño y unas actividades diarias predecibles.
Y ofrécele cariño extra: sea en forma de caricias, de palabras amables, de juego o, sencillamente, de tiempo para sestear a tu lado. Lulú y Travis seguirán echando de menos a su amigo, pero agradecerán las atenciones y el confort de su otro gran amigo: su humano o humana preferida.