Los cigarritos de la alegría encaran buenos y prósperos tiempos en Nueva York. Sin embargo, se constata una amenaza: escasea el abastecimiento de marihuana una vez que la aprobación de su uso recreativo ya ha entrado parcialmente en vigor.
Oregón tiene sobreabundancia, pero como la “hierba” sigue siendo delito federal, no la puede exportar
Entiéndase, el aroma de los canutos de marihuana se ha convertido en un perfume más que extendido por las calles de la Gran Manzana, da igual que sea barrio rico o barrio pobre.
Hay una circunstancia que contiene la contradicción de esta época. Las autoridades sanitarias estadounidenses lanzaron una guerra, prohibición incluida, contra los cigarrillos mentolados. Aseguran que son un banderín del enganche al tabaquismo para los afroamericanos. Esta medida se adoptó casi en paralelo a que Nueva York, el pasado marzo, se convirtiera en el decimoséptimo estado (más la capital, Washington) donde el consumo de “hierba” goza de legalidad.
Parte de la ley, que se supone generará en su día 350 millones anuales en impuestos y creará hasta 60.000 ocupaciones laborales, entró en vigor al firmarla el gobernador Andrew Cuomo. Esta regulación también elimina los antecedentes penales por posesión y consumo, terreno en el que las minorías sufrieron un severo castigo durante décadas.
Los neoyorquinos, a partir de 21 años, pueden fumar cannabis en público, en los mismos lugares establecidos para el tabaco, por lo general en las aceras, excepto mentolados, que son lo peor de lo peor. No se permite ni en lugares de trabajo, ni en escuelas o en los coches. Tampoco en playas o parques, aunque, no pocas veces, se sale de Central Park flipando en colores, que se dice.
El caso es que cada individuo tiene la capacidad de disponer de un máximo de 85 gramos, o 24 gramos en productos concentrados, como aceites.
Vista la esplendorosa perspectiva económica, las empresas del cannabis se apresuran a dotarse de producciones para atender la gran oleada de demanda que se pronostica en Nueva York y Nueva Jersey (otro de los quince), a la otra orilla del río Hudson.
El cultivo de marihuana es uno los sueños de los emprendedores en una zona densamente poblada. Los cálculos apuntan a un negocio de 6.000 millones en un marco de cinco años.
Según The New York Times , existen planes en el condado de Orange para construir una gigantesca planta de cultivo y procesamiento en lo que era una prisión estatal, hoy desaparecida.
A unos 40 kilómetros, en el límite con Nueva Jersey, hay un complejo industrial, antes en propiedad de la farmacéutica Merck, se transformará en una explotación todavía mayor dedicada a la hierba, en los que se vaticina será un “eje de producción”.
En Winslow, a unos 50 kilómetros de Filadelfia, acabar de festejar su primera cosecha un nuevo complejo de cultivo interior.
Pero la producción actual da escasamente para cubrir el mercado de la marihuana recetada con fines médicos, consumo que se ha incrementado con la pandemia y que es el que estaba permitido hasta ahora. Desde la regulación de marzo se constata una falta de abastecimiento. Tal como se corta se consume.
La clave está en la propia ley, que ordena a establecer un marco regulador para la marihuana recreativa y su comercialización. Si bien cada ciudadano podrá cultiva hasta seis plantas en casa para uso personal, la producción en masa deberá esperar a esas reglas de funcionamiento. Las ventas de marihuana de uso adulto podría comenzar durante el 2022 en Nueva Jersey y a principios del 2023 en Nueva York, donde, además, el mercado sanitario es menor. Como la “hierba” es ilegal bajo la ley federal, esta sustancia no se puede transportar más allá de los límites de cada estado.
Esa misma prohibición hace que a los bancos les sea imposible ofrecer financiación convencional. Esto supone todo un obstáculo para arrancar estos negocios, salvo a las grandes corporaciones que disponen de dinero.
Oregón, uno de los pioneros, expidió numerosas licencias de cultivo tras la legalización hace seis años. Disfrutan de sobreabundancia de cannabis mientras que Nueva York, que ha legalizado la marihuana no médica, no da a basto a tanta demanda.