SEGUIR VIVA 15 años después
Casi toda la familia se reunió este sábado en Chipiona para homenajear a la matriarca en el 15 aniversario de su muerte. A Rociito no se la esperaba. "Si ella viviera habría sufrido muchísimo con todo esto", cuenta Marily Coll, gran amiga de la cantante. Pero han pasado otras cosas...
Gritos de "Rocío Carrasco es tu madre"
a su hija en el homenaje en Chipiona a Rocío Jurado
Las escenas en el cementerio de Chipiona y en el santuario de la Virgen de Regla fueron emocionantes dada la repercusión que el drama políticosocial ha provocado 'Contar la verdad para seguir viva'. Los hijos de Rocío Carrasco, Rocío y David Flores llegaron entre murmullos. Hubo algún "guapo" pero sobre todo reproches huecos y que dan una idea de el impacto que el relato de Carrasco ha tenido en la vida pública de sus hijos. También estaban los hermanos de Rocío Jurado, el que fuera su viudo, Ortega Cano, Rosa Benito y su hija adoptiva Gloria Camila vestida de un rosa idéntico al ya famoso traje que ha usado su hermana Rociito durante su docuserie. ¿Una provocación?
Los chipioneros no olvidan a su paisana Rocío ni tampoco a su hija Rocío Carrasco aunque no quisiera acudir al homenaje para evitar coincidir con sus hijos y el resto de la familia con la ue hace años que no se habla. La mayor, Rocío fue denunciada por su progenitora de agresión física y nunca ha dejado de posicionarse del lado de su padre Antonio David Flores. Por su parte, el pequeño David eligió vivir con su padre en cuanto cumplió 18 años. "Rocío Carrasco es tu madre", le empezaron a gritar a Rocío Flores después de que una banda terminara de tocar 'Como una ola'. "Yo soy Rocío Carrasco", se escuchó. Los reproches del público, poco delicados, hicieron que David, que tiene una discapacidad y según su madre "vive en su mundo", hicieron que se emocionara porque se le veían los ojos húmedos sobre la mascarilla. También buscó refugio en el abrazo de su tía Gloria cuando escuchó las canciones de su abuela. En especial 'Algo se me fue contigo'. (Madre)
"Teníamos mucha confianza, me sentaba en la bañera mientras se maquillaba y charlábamos, era maravillosa, con un corazón muy grande y tremendamente familiar. Parecía mamá gallina con sus polluelos, disfrutaba rodeada de los suyos, su José, su Rocío, sus niños, hermanos, nietos, sobrinos... siempre protegiéndolos", relata a LOC la diseñadora Marily Coll, gran amiga de Rocío Jurado, que rememora: "Estando ya muy malita, la recuerdo sentada haciendo los deberes con Gloria Camila y José Fernando, los niños que adoptó con Ortega Cano, que eran pequeños".
Eran su clan que, hoy sábado, 29 de mayo, se reunió casi en pleno en Chipiona para homenajear a la matriarca, de cuya muerte por un cáncer de páncreas se cumplen 15 años este martes 1 de junio. Hubo misa a las 11 en el Santuario de la Virgen de Regla y después la comitiva se dirigió al cementerio de San José, para cubrir de flores su mausoleo. Gloria Camila ya había señalado en Instagram que el evento estaba abierto al que quiera acudir, respetando limitaciones sanitarias, y pidió a los fans que el 1 de junio inunden las redes sociales con el hashtag #RocioJuradoInmortal.
Nadie ha reprochado la ausencia de Rocío Carrasco, hija biológica de la cantante, que lleva años sin querer saber nada de su familia, ni siquiera de sus hijos, Ro y David, pertrechada -o abducida, según versión familiar- en Fidel Albiac, su marido.
"ROCÍO NO LO HUBIERA PERMITIDO"
Un conflicto que ha agudizado el docudrama televisivo Contar la verdad para seguir viva, donde Rociito ha desatado un tsunami narrando el maltrato sufrido por parte de Antonio David y poniendo en la picota al clan materno, cuya ultima entrega ha coincidido esta semana con la cita de Chipiona. Muchos lo perciben también como un acto de desagravio del clan, un "aquí seguimos" que, tras la muerte de la cantante, estalló en añicos aderezado por grandes escándalos. "Rocío no hubiera permitido ni la cuarta parte de lo que ha sucedido, lo hubiera parado en seco", asegura Marily Coll.
Tenía un arraigado sentido familiar producto de su dura infancia: hija de un zapatero remendón de Chipiona, Fernando Mohedano, que cantaba para ganarse unas perras de más, murió cuando Rocio tenía 15 años. Tuvo que trabajar para sacar adelante a su madre, Rosario, que fallecería del mismo cáncer que ella, y a Gloria y Amador, que tenían 5 y 6 años y más que hermanos, consideraba como hijos. Recogía fruta y cuando llegaba deslomada, remendaba zapatos, pero nunca abandonó su sueño de ser artista, presentándose a concursos radiofónicos, donde la apodaban la niña de los premios por los que acaparaba con su portentosa voz.
Después, llegó Madrid y su contrato en el tablao El Duende, donde desgranaba todos los palos flamencos y las coplas de la Piquer. A partir de los años 70 comenzó a alternar el flamenco con las baladas y la bata de cola con las lentejuelas, lanzándose así al estrellato internacional, especialmente en ambas Américas con temas como 'Si amanece', 'Lo siento mi amor', 'Como una ola' y otros muchos . Premiada en Nueva York como mejor voz femenina del siglo XX, tiene una estrella en una calle de Miami y en 1985 actuó en la Casa Blanca para el presidente Reagan.
La diva mutaba cuando bajaba del escenario y llegaba a Villa Jurado, su hogar de La Moraleja, donde seguía siendo la chipionera de siempre, rodeada de los suyos, formando un cordón umbilical inalterable. Amador se convirtió en su manager y se casó con la peluquera de la cantante, Rosa Benito; la discreta Gloria, casada con José Antonio Rodríguez, ejercía como segunda madre de Rociito, cuidándola cuando su madre se iba de gira. "Era un cielo de niña, se crio con mis tres hijas pero desapareció de buenas a primeras. Hubo algún desencuentro por la herencia de Rocío, pero no tan gordo como para eso", ha señalado apenada.
Rociito era la pasión de su madre, su fuente de alegrías y disgustos, y también la niña mimada de la familia, fruto de su matrimonio con el boxeador Pedro Carrasco, que se rompió por una infidelidad que la cantante no perdonó. Inesperadamente, rozando la cincuentena, llegaría su gran amor: José Ortega Cano, figura del toreo y enamorado platónicamente de la Jurado desde niño. El flechazo en la consulta de su amigo común, el doctor Mariscal, dio paso a un bodón en la finca Yerbabuena, matrimonio también puesto en solfa por Rocío Carrasco, que lo tacha de "error", algo de lo que discrepa radicalmente la diseñadora. "José adoraba a Rocío sobre todas las cosas, la admiraba mucho y Rocío también estaba enamoradísima, pero ambos tenían mucho carácter, eran dos volcanes que a veces explotaban. Pero hoy todavía vas a casa de José y a pesar de que es feliz con Ana María y su niño, hay fotos y recuerdos de Rocío por todas partes, no la puede olvidar", subraya Marily, que concluye: "Es una pena, pero si ella viviera, habría sufrido mucho con todo esto, muchísimo".
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