Cuando se echaba novias blancas en Cuba, a ellas les decían que estaban ‘quemando petróleo’. “Es donde he sentido más racismo: no hay peor astilla que la del propio palo”. Pero para Yotuel Romero (La Habana, 1976), exsaltador de trampolín y detonador del sonido urbano caribeño, los prejuicios y obstáculos son gasolina: “Como se dice aquí, me ponen cachondo”.
Nos citamos con él en el restaurante La Negra Tomasa, del que fue portero hace 20 años. En España recaló después de vivir en el metro de París y de ‘salsear’ el hip-hop por medio mundo con el grupo Orishas. Hoy su carrera en solitario es fusión total, un cóctel que alcanza el grado molotov cuando añade el ingrediente Beatriz Luengo. Hablamos con Yotuel de cómo combatió el racismo desde bien joven, de cómo ha llevado el mestizaje a todos los niveles de su vida y también de lo que le ocurre cuando mete el dedo en la llaga de la política cubana. Más ahora a raíz de la publicación de Patria y Vida, un temazo que va directo al corazón del conflicto y que ha sido prohibido en la isla caribeña.
¿Eres un dreamer?
Yo me considero un dreamer por naturaleza. Creo que el soñar, el visualizar futuro, hace que logres las metas. Si tú no las sueñas y no la construyes, nunca las vas a alcanzar. Somos los arquitectos de nuestro destino. También he hecho algo muy importante: ponerme las metas muy pequeñas para que todo lo que pase después ya sea un beneficio.
¿Ser negro frenaba tus sueños de alguna manera?
Mi vida siempre ha sido vencer obstáculos, esa es mi naturaleza. Parecerá masoquista pero, a mí, que me lo pongan difícil. Cuando salí de Cuba y le dije a mi madre que me iba a París a hacer un grupo de rap, ella decía que no existe en la historia un grupo de cubanos que haya triunfado en París, menos haciendo rap, y menos cantando ya no en español, en cubano, y encima siendo negros. Pues todos esos handicaps me encantaban. Le decía a mi mamá: "¿Alguno más?". Y llegamos a París y triunfamos. Mi naturaleza es la complicación. Cuando quería hacer televisión en España me decía lo mismo: ¿España? ¿Televisión? ¿Un negro cubano? Mira, yo empecé mi carrera como deportista, era clavadista. El trampolín implica una filosofía increíble, el ir subiendo metros y metros, ese lanzarte al aire, esa cosquillita, ese temor a qué pasará… Eso a mí, como decimos en España, me pone cachondo. La vida se trata de eso, de ir rompiendo esos miedos. Valiente no es no tener miedo, es vencerlos.
¿Al llegar a Francia fue donde sentiste de verdad el racismo?
Te voy a ser sincero: yo he sentido más racismo en Cuba que en París. En Cuba, a mis novias, que la gran mayoría eran blancas, les decían que 'quemaban petróleo'. A mí me decían que, al estar con una blanca, mi hijo saldría adelantado, fíjate la mentalidad. En España nunca me dijeron que mi hijo iba a salir adelantado. O que Bea 'quemaba petróleo'. Entonces te das cuenta de que no hay peor astilla que la del propio palo. Donde más cosas despectivas se dicen de la raza negra es en Cuba. Hay un refrán: "¿Quién tiró la tiza? El negro". Siempre la culpa la tiene el negro.
Pienso en videoclip en el que dirigiste a Ana de Armas, Everyday, y en qué diferente es la imagen de un cubano blanco a un cubano negro.
En el cine, por ejemplo, veo protagonistas negros en Estados Unidos, de hecho mi actor preferido es Denzel Washington, pero en Cuba no hay. Dime una película cubana donde el negro sea el protagonista. Bueno, la que hice yo es la única. Y en Cuba hay bellezas como Ana, hay chinos, hay rubios, trigueños... Pero cuando dices cubano piensa uno automáticamente en un mulato.
¿Qué piensas de la hipersexualización de los negros? ¿Es otra forma de racismo?
La cuestión sexual en la figura negra es como el típico dicho, forma parte del argot callejero, como el colombiano con la cocaína. Los estereotipos son malos en todas las situaciones, son siempre estigmas con los que uno tiene que lidiar porque así es la sociedad.
¿Qué significa para ti la expresión Black Lives Matter?
Para mí esa expresión es hasta racista. ¿Vamos a hacer un White Lives Matter, un Chino Lives Matter? Yo creo tenemos que luchar por la raza humana: Human Lives Matter. No dividir, al contrario, unir. Todo lo que sea unir, estoy a favor. Lo que sea tú para acá y yo para allá, no me mola.
Es una postura políticamente incorrecta...
Cada cual tiene su forma de visualizar esa expresión. A mí me representa un Human Lives Matter, da igual que seas blanco, negro, chino, jabao...
¿La industria musical es la burbuja antirracista que parece o no es oro todo lo que reluce?
Los iconos de la música anglo son Beyonce, Jay Z, Tupac… Aquí en España pues no, no hay negros, o no los suficientes para conectar con la música española. En Francia sí hay muchos negros o árabes... Aquí hay mucho gitano, cuando pienso en España pienso también en la música gitana que me encanta.
¿Tienes algún vínculo con esos referentes negros?
Yo tengo un referente de mi música que es Celia Cruz, que además la conocí. Tuve el placer de estar con ella dos horas en un camerino hablando de Cuba, de su experiencia... Para mí es la más grande que ha dado Cuba. Todo lo que yo aprendí esa noche de ella es poco.
¡Cuéntame algo que te dijera!
Sobre todo me dijo: "Mira, papi, tienes que entender una cosa. Nosotros somos prietos y tenemos que ser buenos en todo". No sé si me lo dijo por racismo también, como que al ser negro tienes que estar preparado y ser brillante en todo lo que te propones. Yo creo que ella me lo dijo como “tú a lo que te echen, tíralo”. Por eso yo en la vida a todo lo que me echen, le tiro: actor, le meto, presentador, le meto, compositor, le meto, barrendero, le meto, cocinero, le meto. A todo le meto con el mismo sabor.
Hablando de conversaciones interesantes... ¿cómo fue tu encuentro con Michelle Obama?
¡Ah! Eso fue lindo porque ella estaba muy preocupada por la obesidad en EEUU y reclutó personajes importante en cada sociedad para hacer charlas hablando de cuidarse. Aprendí mucho con ella porque me decía que, lastimosamente, comemos por tradición, no por conocimiento. Un proyecto súper lindo que después se vio dificultado por la pandemia. Pero aprendí mucho y me encantaría ir por ahí explicándole a los chavales lo bueno que es comer sano.
Seguimos con mujeres poderosas. ¿Cómo defines tu mestizaje personal y artístico con Beatriz Luengo?
Te voy a ser franco y pragmático: cuando nos fuimos a chequear al tener a D'Angelo, las enfermedades congénitas tanto de ella como mías, el médico nos decía que lo bueno es que, al mezclar las razas, hay muchas cosas malas que se anulan. Si a lo mejor en la familia de Bea ha muerto mucha gente de cáncer de seno y en la mía no, esto lo va a anular. No es crear una raza superior pero la mezcla sí inhibe cosas que tenían las razas puras. Te das cuenta de que la mezcla es algo brillante y bello. En mi familia tengo chino, español, árabe...
¿Lo has investigado?
Sí, me hice la prueba del ADN y, para tristeza de Bea, tengo muy poquito de cubano (risas). Ella pensaba que el niño iba a nacer mulato bien oscuro y nos ha salido un café con leche tirando a clarito (risas). Eso es por culpa de mi abuela, que es española.
También en lo musical, porque por ejemplo Rebelde, vuestra última colaboración, es pura fusión.
En Cuba hay una sola radio donde ponen toda la música, naces con esa influencia de rock, rap, son tradicional, trova, bolero, contradanza, danzón, música flamenca... Cuando arrancamos con Orishas era mezclar nuestras raíces con el hip hop, la música urbana, con el rap... Y cuando arranqué mi carrera como solita seguí siendo yo. Yo soy una mezcla. Tengo un sincretismo emocional, cultural y musical.
De cara a futuro, ¿con qué te ves mezclándote?
Me encanta el tango, la música argentina, la africana que viene ahora de Nigeria, el afrobeat que no es nada más y nada menos que esa música africana traducida digitalmente. Yo creo que la música hay que enriquecerla. Cada vez vamos a ser más mestizos. Yo opto por el mestizaje mundial y ojalá que, cuando pase todo esto, nos juntemos y nos mezclemos y seamos una raza mucho más potente y más unida.
Por cierto, ¿la censura de tu desnudo con Beatriz en redes fue un ejemplo de racismo?
La censura no vino realmente por la foto. Facebook nos escribió y nos pidió disculpas y nos explicó que no era culpa nuestra. Sucedió porque coincidió con el 500 aniversario de La Habana, y yo no estaba de acuerdo porque pensaba que era el 440, ya que, para mí, en los últimos 60 años La Habana se había destruido. Y tuve un ataque cibernético desde Cuba a mi Instagram. Empezaron a reportar esa foto como pornográfica para intentar tumbarme el Instagram y que este medio de comunicación se me bloqueara: es lo que hacen todos los comunistas, intentan silenciarte para que no puedas expresarte. Pero no lo consiguieron.