Desde la noche del 28 de junio de 1969, cuando Marsha P. Johnson, Sylvia Rivera y otras compañeras de batalla desafiaron a la policía en la Revuelta de Stonewall en Nueva York, cada año son más las personas que en todo el mundo se suman a la conmemoración del movimiento en distintos tipos de manifestaciones y actividades reivindicativas.
Por ello, hemos recuperado la historia de seis referentes LGBTIQ que contribuyeron desde distintos lugares y momentos a la visibilidad del colectivo con su valiente legado.
Chavela Vargas, aunque nació en Costa Rica, su corazón siempre perteneció a México, donde llegó con 17 años huyendo de una infancia dolorosa pues su familia nunca supo entender que fuera una chica diferente.
Irrumpió con su genio y su guitarra en un mundo gobernado por hombres para cantar en vivo rancheras dedicadas a las mujeres que amaba, como No Soy de Aquí, Ni Soy de Allá. Y precisamente ese don de la diferencia innato en ella -el vestirse con sarapes y pantalones, su voz grave, y sus aficiones típicamente masculinas como el tequila y las pistolas- fue el que la convirtió en todo un icono de la música, siendo respetada por hombres heterosexuales y amada en secreto por sus esposas.
Y aunque no habló públicamente de sí misma como lesbiana hasta los 81 años, muchas fueron las mujeres que conocieron su encanto irresistible, como la actriz Ava Gadner, la pintora Frida Kahlo o la abogada Alicia Pérez Duarte. Puedes descubrir más sobre su interesante vida en el documental Chavela (2017) en Netflix.
De ascendencia mexicana y nacido en El Paso (Texas), la trayectoria artística de John Rechy como escritor comenzó en 1963 con la publicación del entonces controvertido libro La Ciudad de la Noche, con el que dio visibilidad al furtivo mundo gay a través de su protagonista que, inspirado en sus propias vivencias, recorre distintas ciudades de Estados Unidos trabajando como prostituto.
En él también relató la Revuelta del café Cooper’s Do-Nut, que tuvo lugar en Los Ángeles diez años antes de la de Stonewall, y en la que Rechy y otros compañeros del colectivo lanzaron contra los agentes de policía vasos de café, donuts y basura hasta lograr echarles para huir de la redada.
La publicación de su primera novela supuso un hito de la literatura gay al convertirse en un bestseller cuando las relaciones entre personas del mismo sexo aún eran un delito penal.
Desde entonces, John Rechy no ha dejado de brindarnos otras joyas literarias como Numbers (1967), con un contenido mucho más explícito y subversivo que su primera obra, o The Sexual Outlaw (1977), un libro de no ficción en el que denunciaba la opresión que sufrían las personas homosexuales en Estados Unidos.
Desde su inusual infancia junto a sus padres en Port Sunlight (Reino Unido), que recordaba con especial cariño, Pete Burns se salió siempre de la norma pues no buscaba más que vivir su vida en sus propios términos.
A finales de los 70’s, comenzó a explorar su imagen andrógina que bebía del glam rock y de las influencias de su madre, y fue entonces cuando conoció a su esposa Lynne Corlett, con quien convivió en Londres durante 27 años de matrimonio.
El salto a la fama como cantante de la banda Dead or Alive llegó con el hit internacional You Spin Me Round (Like A Record) en 1985, aunque pasó toda su carrera explorando nuevos sonidos alejados de la radiofórmula e infinitos looks que divagaban entre lo “masculino” y lo “femenino”.
Más allá de su apariencia física, Pete Burns se sintió siempre muy cómodo en su condición de hombre cisgénero bisexual y volvió a casarse por segunda vez en 2006 con su novio Michael Simpson, cuando el matrimonio igualitario ya era una realidad.
El músico recopiló sus memorias y su ecléctica visión de la vida en su libro Freak Unique: My Autobiography (2006), donde habló sin ningún tipo de filtros sobre sus experiencias sexuales y amorosas, sus múltiples operaciones estéticas y su participación en el reality show Celebrity Big Brother.
Desde muy pequeña, tuvo que lidiar con el rechazo de su propia familia y el de su entorno en Arcos de la Frontera (Cádiz) pues aún no estaban preparados para entender una cuestión tan simple como la identidad de género.
Y es que Manuela Saborido, que había nacido con genitales masculinos, siempre se sintió una mujer orgullosa de ser quien era y sufrió en varias ocasiones la Ley de Vagos y Maleantes por expresar con dignidad su naturaleza.
Tan valiente como talentosa, Manuela viajó en 1969 a Casablanca para operarse, rompiendo así todos los moldes que de pequeña le habían enseñado, y logró establecerse en Barcelona como vedette y cantante de copla, conocida popularmente como Manolita Chen por su parecido con la artista del mismo nombre que fundó el mítico Teatro Chino.
Con la llegada de la transición española, Manuela llevó su activismo a la calle en las primeras manifestaciones LGBTIQ del país e hizo historia al cambiar su nombre y su género en su DNI pocos años después.
En 1985, adoptó a su primera hija, convirtiéndose en la primera madre trans en España, y poco a poco volvió a recuperar el respeto de su pueblo donde más tarde se reinventaría como empresaria, como recogería la periodista Valeria Vega en el documental Manolita, la Chen de Arcos (2016) disponible en Filmin.
Además de célebre modelo internacional para firmas como Dior o Yves Saint-Laurent, Odiele es una de los referentes intersexuales más importantes en la actualidad que ha tomado el compromiso de visibilizar a la letra más olvidada del colectivo LGBTIQ.
Toda su vida ha estado marcada desde su llegada al mundo en Kortrijk (Bélgica), cuando los doctores que asistieron a su madre identificaron a Odiele como mujer intersexual, pues había nacido con un cuerpo de apariencia femenina pero sin útero y con testículos internos debido al síndrome de insensibilidad androgénica, una de las muchas variantes de la intersexualidad.
Por recomendación médica, a los 10 años extirpó sus testículos y se sometió a una reconstrucción vaginal a los 18, tras un accidente de coche. Fue entonces cuando comenzó a usar tacones, durante el proceso de rehabilitación, para lograr su sueño de convertirse en modelo.
Durante años, Odiele mantuvo en secreto por miedo y vergüenza su condición intersexual -un fenómeno del que se habla muy poco aunque afecta a casi el 2% de la población- hasta que en 2017 tuvo el coraje de usar su poder mediático para sensibilizar a la opinión pública sobre esta realidad y así denunciar la asignación de sexo al nacer, dando a las personas la oportunidad de decidir por sí mismas.
Odiele, que actualmente se autoidentifica con el género no binario o genderqueer, continúa su labor de activismo que difunde a través de su perfil de Instagram.
Lucie Renee fue su nombre de pila al nacer en Nantes (Francia) en el seno de una familia burguesa rodeada de escritores, quienes favorecerían el aperturismo de su adelantada mentalidad.
Ya en su adolescencia conoció a Suzanne Malherbe, la que sería su novia y compañera durante el resto de su vida, y comenzó a explorar su imagen andrógina y su identidad como ser humano a través de autorretratos fotográficos.
En 1919, cuando aún no se hablaba propiamente de la teoría queer, Lucie ya se mostraba inconforme con la dicotomía de género que la sociedad le había inculcado y decidió raparse y cambiar su nombre por el de Claude Cahun por la ambigüedad del mismo.
A través de la escritura, el teatro y la fotografía surrealista, reflexionó sobre los límites e implicaciones de qué significaba ser hombre y ser mujer, pues Claude creía en un tercer género que defendía la pluralidad de las personas independiente a la condición biológica de sus cuerpos.
Y aunque su original obra pasó casi inadvertida en su momento y mucho trabajo se perdió tras su detención por la Gestapo al enfrentarse al régimen nazi, el tiempo y la lucha del colectivo han favorecido la recuperación de su legado, del que puede disfrutarse en el libro Exist Otherwise: The Life and Works of Claude Cahun (2017).