La Habana responsabiliza al embargo de la escasez de medicamentos en lugar de comprarlos en los países productores
Al acercarse la fecha, este miércoles, del voto en la Asamblea General de Naciones Unidas sobre la resolución anual contra el embargo de EE UU a Cuba, las autoridades farmacéuticas de la Isla han responsabilizado al imperio de la falta de 120 medicamentos de los 359 del cuadro básico producido por BioCubaFarma.
Lo que no han dicho esas mismas autoridades es que los dos mayores productores mundiales de los principios activos necesarios para la fabricación de los fármacos son China e India, con las que La Habana tiene intercambios comerciales totalmente libres. Incluso, Estados Unidos compra a estos dos países el 80% de la materia prima para producir sus medicamentos. Lo hacen las grandes farmacéuticas estadounidenses (Pfizer, Merck) y también las europeas (Roche, Novartis, GlaxoSmithKline), que trabajan todas con los principios activos indios y chinos.
¿Por qué Cuba no compra en esos países asiáticos lo que necesita para fabricar sus propios fármacos? Quizá porque la Isla no tiene recursos para pagar y los proveedores no están dispuestos a dar créditos a un país que no paga sus deudas desde hace décadas.
De esto tampoco se ha hablado en el programa televisivo Mesa Redonda de este lunes, en el que el director general de la estatal MedSol, Luis Armando Alarcón Camejo, ha hecho un balance de la escasez. Una de las ausencias más graves es la del enalapril, el antihipertensivo prescrito a más pacientes en la Isla, del que solo se ha producido entre el 60% y el 70% de lo necesario.
En la misma comparecencia, Tania Urquiza Rodríguez, vicepresidenta de BioCubaFarma, recitó los obstáculos vinculados al embargo con los que se topa la estatal para proveer medicamentos. Para ello, comenzó leyendo el mensaje de uno de sus "proveedores más importantes", cuyo nombre no reveló, en el que la empresa anónima explica que el banco en el que tiene sus cuentas ha suspendido operaciones con Cuba "debido a las presiones del bloqueo". "Esta vía de pago queda sin efecto en todos nuestros contratos", afirma presuntamente la compañía.
Urquiza no mencionó que podrían comprar medicamentos, tal y como establece la Ley de Reforma a las Sanciones Comerciales y Fortalecimiento de las Exportaciones del año 2000, pagando en efectivo y por adelantado. En cambio, no dudó en repetir uno de los argumentos machacados en cada intervención de los funcionarios: el requisito que impide vender a Cuba un producto con más de un 10% de componentes con origen en EE UU.
Dice Urquiza que sería más económico adquirir productos a solo 90 millas náuticas de distancia y de forma directa, pero que las sanciones provocan que los materiales deban ser traídos desde mercados muy distantes, lo cual encarece, según sus cálculos, entre un 30% y un 50% los costos. Pero teniendo en cuenta que Estados Unidos ya importa la mayor parte de la materia prima desde esos mismos "mercados muy distantes", aún sería más caro comprarlo del vecino del norte.
De acuerdo con sus declaraciones, el cuadro básico de medicamentos, "restringido por la pandemia y el bloqueo", lo componen 619 productos de los que 359 se producen en su empresa, es decir, el 58%. De estos, en los últimos años han estado faltando un promedio mensual que ha ido en ascenso, desde los 44 en 2018 y los 55 de 2019 a los 85 en 2020, con el estallido de la crisis del covid-19. El récord se ha alcanzado este año.
"En 2021, se nos han ido acabando los suministros y materias primas, y el promedio de faltas mensuales ha sido de 120 medicamentos", expuso. Ante esta circunstancia, sostuvo que se ha tenido que optar por priorizar los que tratan el covid-19 (85% de los cuales se producen en BioCubaFarma) y los 116 medicamentos de atención al paciente grave que se han garantizado aunque no sin fallas. Después de estos, se han priorizado los 12 de mayor consumo de la tarjeta de control -que no detalló-, seguidos del resto.
Los presentes coincidieron en que los medicamentos en cápsulas (como los antibióticos o el omeprazol) son algunos de los que más dificultades tienen, por la maquinaria empleada en su desarrollo.
Luis Armando Alarcón Camejo, director general de MedSol (que produce tabletas, cápsulas, aerosoles y envases para la industria farmacéutica) indicó que la producción de enalapril está lastrada por la rotura de una pieza de la máquina que envasa. No preciso la "nacionalidad" de la máquina dañada y tampoco atribuyó la rotura al embargo pero lamentó que el envío de la pieza de repuesto demore siete meses en lugar de los tres meses previstos. "Nosotros debemos producir mensualmente 41.000.000 de tabletas de este medicamento. Durante 2020 e inicios de 2021 lo que hemos estado entregando es del 60 al 70% de la demanda".
MedSol produce 196 medicamentos y es el mayor productor para el cuadro básico de producción nacional, con el 35%. Además, elaboran el 77% de los medicamentos del conocido popularmente como tarjetón.
"Tuvimos que cambiar de proveedores habituales, lo que que ha repercutido en 95 materias primas que utilizamos, algunos ingrediente activos y otros incipientes que participan en más de un medicamento", argumentó, aludiendo al período del mandato de Donald Trump, cuando se incrementaron las sanciones, sin ningún comentario a la posible reticencia de terceros países de otorgar crédito a la Isla, dado su largo historial de impagos.
Adis Nuvia Neyra Muguercia, directora general de FarmaCuba (empresa dedicada al comercio exterior), también presente, sí dijo que este mismo lunes una naviera anunció que dejaba de operar con Cuba. No explicó los motivos.
Al cúmulo de problemas, siempre atribuidos a actores externos, apuntó los buques portacontenedores, que no pueden tocar puertos cubanos si tienen contratos con compañías estadounidenses, o que los operadores, navieras y bancos cubanos estén afectados por sanciones. "Todos estos elementos tienen una traducción muy triste: la baja disponibilidad de medicamentos", insistió, en línea con sus contertulios.
En el espacio también hubo lamentos para el sector de las vacunas. Rolando Pérez Rodríguez, director de Ciencia e Innovación de BioCubaFarma expuso que la falta de acceso a los mercados es un obstáculo en este ámbito.
"Los resultados científicos se capitalizan a través de acuerdos pre-comerciales en los que se negocian la propiedad intelectual asociada a los proyectos. El mercado norteamericano representa el 50% del mercado farmacéutico mundial y no tener acceso es un desincentivo para los inversionistas que pueden invertir capital de riesgo en nuestros proyectos", dijo, sin tampoco aludir al gran porcentaje de importaciones de EE UU desde oriente.
Además, Cuba no ha tenido acceso al "financiamiento que se ha promovido para el desarrollo de los candidatos vacunales", prosiguió antes de deplorar la falta de disponibilidad a medios de diagnóstico para la ejecución de ensayos clínicos con estándares de países industrializados.
La declaración parece justificar la falta de publicación de los datos de los ensayos que permitirían avalar o no los candidatos Soberana 02 o Abdala, a la que, no obstante, atribuyeron más de un 92% de eficacia durante la comparecencia de ayer. Deprisa y sin más detalles.