Langosta y picadillo, las
ofertas para calmar los ánimos en La Habana
"Todo el mundo se pregunta si eso estaba en los almacenes por qué no lo vendían, si hacía falta tirarse para la calle para que abastecieran"
JUAN DIEGO RODRÍGUEZ
La esquina de las calles San Lázaro y Soledad, en Centro Habana, tenía la mañana de este martes una escena peculiar. En el lugar se ubica una pescadería que llevaba meses con poco suministro pero que ahora ha recibido algunos productos que generan frases de asombro y largas colas. Langosta, picadillo de res, pargo y jamonada, se podía leer desde temprano en la tablilla de ofertas.
"Qué cantidad de cosas sacaron", dice maravillado Marcelo, un jubilado que vive justo frente al comercio. "Normalmente aquí lo único que sacan son unas croquetas malísimas, que tienen mucha harina y poco pescado. Hace tiempo no vendían nada que valiera la pena", añade, al tiempo que detalla los precios prohibitivos: "La langosta está a más de 219 pesos el kilo".
"La langosta que trajeron no es de buena calidad, pero ya se está acabando porque la necesidad es mucha. Ha volado", comenta Marcelo.
"Todo esto es para tratar de calmar a la gente", opina Aurora, otra residente en Cayo Hueso que hizo la fila desde temprano para alcanzar algo de picadillo. "En estos días han aparecido a la venta productos que hace tiempo no se veían y, claro, todo el mundo se pregunta si eso estaba en los almacenes por qué no lo vendían, si hacía falta tirarse para la calle para que abastecieran".
Las autoridades anunciaron, tras las protestas populares del pasado 11 de julio, la distribución de dos libras de arroz adicionales por persona a través de las bodegas del mercado racionado. Además han instalado algunas ferias con productos agrícolas en barrios donde los reclamos fueron más intensos, como La Lisa, El Cotorro y El Cerro. Sin embargo, comparadas con otras ocasiones en las que el Gobierno intentó compensar el descontento, las ofertas son escasas y menoscabadas.
"Recuerdo una vez que en mi barrio hubo apagones varios días y la gente empezó a pintar carteles y a tirar botellas por los balcones: nos vendieron latas de carne, pastas, dulces y hasta cerveza. Aquello era cuando Hugo Chávez mandaba mucho petróleo pero ahora estamos en tiempos de vacas flacas", ironiza un vecino de la pescadería de la calle San Lázaro.
No obstante los precios y el surtido poco variado, la escasez de los últimos meses ha espoleado a decenas de residentes en la cercanía a hacer la cola ante el local. "No vaya a ser que solo surtan esta vez y después se vuelvan a olvidar de nosotros", añade el cliente. "Yo sí me voy a comprar un poco de langosta, aunque me gaste la jubilación de la semana, porque quiero volver a sentir el sabor de un marisco antes de morirme".
Para calmar la ira de los cubanos, empieza hoy la entrega de donaciones internacionales
Las toneladas de ayuda que los socios del Gobierno están haciendo llegar a la Isla comenzarán a ser entregados a las familias cubanas desde este viernes en forma de módulos. La entrega comenzará en La Habana, epicentro de las protestas del pasado 11 de julio, y continuará por otras provincias con alta densidad de población y en las que las manifestaciones fueron notables -Matanzas, Ciego de Ávila, Santiago de Cuba, Holguín, Guantánamo e Isla de La Juventud- antes de llegar a la totalidad del país.
La ministra de Comercio Interior, Betsy Díaz Velázquez, dijo que el reparto se hará "de manera gratuita", una aclaración aparentemente innecesaria para un lote de ayuda humanitaria pero importante para tranquilizar a una población que temía que los productos enviados por Rusia, México o Nicaragua fueran a parar al mercado racionado o, peor aún, a las tiendas en moneda libremente convertible (MLC).
Los costos de distribución de los módulos, que contendrán de manera general arroz, granos, aceite, atún, carne enlatada, pastas alimenticias y azúcar, serán asumidos por el Estado, remarcó la ministra.
Además de estos módulos, Díaz explicó que a cada provincia se destinarán otros complementarios con un producto concreto. El municipio de Pinar del Río recibirá carne en conserva enlatada y harina de trigo, como parte de otro donativo que será destinado a la producción de galletas y pan.
Cienfuegos recibirá un litro de aceite por núcleo y Sancti Spíritus, harina para galletas, mientras a las provincias orientales se les enviará una lata de atún por familia y Villa Clara, Camagüey, Mayabeque y Las Tunas tendrán frijoles. La Habana recibirá harina para galletas y pan, además de leche. Este último producto estará priorizado para mayores de 65 años, lo que ha generado algunos comentarios críticos de los lectores en los medios oficialistas, que lo consideran una agravio comparativo y demandan la distribución de leche por núcleo familiar.
La ministra agradeció la contribución de "naciones amigas" para ayudar al pueblo cubano durante la pandemia y volvió a achacar toda la responsabilidad de la debacle económica al embargo de Estados Unidos, a pesar de que ese país es el principal suministrador de alimentos de la Isla.
En los últimos días, Cuba está recibiendo toneladas de ayuda humanitaria de sus principales socios. El domingo aterrizaron en La Habana dos aviones con casi 90 toneladas procedentes de Rusia. El cargamento estaba formado principalmente por harina de trigo, latas de conservas cárnicas y aceite de girasol, además de un millón de mascarillas quirúrgicas (las azulitas de fabricación nacional, cuya comercialización estaba prevista para finales de junio, aún no aparecen en las tiendas).
Desde México han llegado vía marítima tres buques con combustible, comida y medicinas. Entre los principales productos alimenticios están la leche en polvo, los frijoles, la harina de trigo, las latas de atún y el aceite.
Pendiente de arribo y detalles está el cargamento nicaragüense anunciado por la vicepresidenta, Rosario Murillo, este miércoles. "Muy pronto nuestro pueblo, nuestro Gobierno, estará haciendo llegar un barco con alimentos nicaragüenses a Cuba, para contribuir en estos momentos de pandemias, que incluye a la pandemia, la peste yanqui, que combatimos", arengó la esposa del jefe de Estado, Daniel Ortega.
Los módulos son, en palabras del economista cubano Elías Amor, "un calmante del dolor más intenso que sufre la nación". En un post dedicado a la distribución planificada de estos lotes, que relaciona además con la vetusta canasta normada que durante 60 años ha cercenado la libre elección de alimentos a la población, el experto advierte de que esta ayuda humanitaria es "pan para hoy y hambre para mañana".
Aunque su llegada puede calmar los ánimos de quienes se sumaron a las protestas del 11J por la desesperación y el hastío de la necesidad, el estallido puede regresar cuando se acaben, considera el economista afincado en España.
"Si el régimen quisiera ganar tiempo con este reparto de productos para ir impulsando reformas estructurales, su actuación sería la correcta, pero mucho nos tememos que no entra en sus planes el giro necesario de 180º hacia la libertad económica que necesita Cuba".
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