¡Es un pájaro! ¡Es un avión! ¡Es Superman y ha salido del clóset!
El nuevo Superman, Jonathan Kent —que es el hijo de Clark Kent y Luisa Lane— pronto comenzará una relación romántica con un amigo, anunció DC Comics el lunes.
Esta relación entre personas del mismo sexo es solo una de las formas en que Jonathan Kent, que se hace llamar Jon, demuestra ser un Superman diferente a su famoso padre. Desde que comenzó en julio su nueva serie, Superman: Son of Kal-El, Jon ha combatido los incendios forestales causados por el cambio climático, ha frustrado un tiroteo en una escuela secundaria y ha protestado por la deportación de refugiados en Metrópolis.
“La idea de sustituir a Clark Kent por otro salvador blanco heterosexual nos parecía una ocasión desperdiciada”, dijo Tom Taylor, que escribe la serie, en una entrevista. Dijo que un “nuevo Superman debía tener nuevas luchas —problemas del mundo real— a las que pudiera enfrentarse como una de las personas más poderosas del mundo”.
La salida del clóset de Superman, quizá el superhéroe estadounidense más arquetípico, es un momento notable incluso en una época en la que muchos cómics han adoptado la diversidad y exploran cuestiones sociales acuciantes. El compañero de Batman, Robin, reconoció recientemente sus sentimientos románticos por un amigo (no Dick Grayson—que fue compañero de Batman durante más de cuatro décadas—sino Tim Drake, un sustituto posterior; hay múltiples Robins al igual que hay múltiples Supermanes). Y un nuevo cómic de Aquaman está protagonizado por un hombre negro gay que está en posición de convertirse en el héroe del título.
Ha sido una evolución constante para una industria que tomó medidas para autocensurarse de varias maneras después de que La seducción de los inocentes, un libro de 1954 del psiquiatra Fredric Wertham, planteara la preocupación por el sexo, el gore y la violencia y sugiriera un vínculo entre la lectura de cómics y la delincuencia juvenil. En una sección del libro, Wertham describió a Batman y Robin como “el sueño de dos homosexuales que viven juntos”.
El libro ayudó a inspirar audiencias del Congreso de Estados Unidos y condujo a la creación en 1956 de la Comics Code Authority, institución en la que se establecieron normas para la industria sobre lo que podían representar los cómics. Ese año se introdujo el personaje de Batwoman como interés amoroso para el héroe enmascarado. Con el tiempo cayó en el olvido, pero salió una nueva versión en 2006. (Como parte de su nueva historia, ella deja el ejército porque se niega a mentir sobre su condición de lesbiana).
Uno de los primeros cómics convencionales en los que aparecen gays o lesbianas apareció en 1980. No era una representación positiva. En la historia, Bruce Banner, el alter ego de Hulk de Marvel, se encuentra en el YMCA, la Asociación Cristiana de Jóvenes, donde dos hombres homosexuales intentan violarlo. Las cosas empezaron a evolucionar en 1992, cuando Northstar, otro héroe de Marvel, salió del armario, hecho que fue elogiado en un editorial de The New York Times. “La cultura dominante hará las paces algún día con los estadounidenses homosexuales”, decía el editorial. “Cuando llegue ese momento, la revelación de Northstar será vista como lo que es: un indicador bienvenido del cambio social”.
Aunque Superman no es el primer héroe LGBTQ, ni será el último, los expertos en cómics dijeron que había algo especialmente trascendental en la salida del armario de Superman.
“No es Northstar, del que tu tía nunca oyó hablar”, dijo Glen Weldon, autor de Superman: The Unauthorized Biography, y uno de los presentadores de la Pop Culture Happy Hour en NPR. “No es Hulkling. No es Wiccan. No es Fire and Ice. No es el Demonio de Tasmania. Es Superman. Eso cuenta para algo, solo en términos de visibilidad, solo en términos de que esto va a atraer la atención”.
Ha habido algunas reacciones negativas a la reciente evolución trazada por los cómics. En agosto, cuando empezaron a circular los rumores sobre Superman, un comentarista se quejó en un sitio web de que “Marvel y DC han arruinado a sus personajes para complacer a la mafia woke, que ni siquiera compra cómics”. Sin embargo, otros han aplaudido la noticia: “Es agradable ver que los superhéroes queer son ahora más convencionales, estoy muy contento de ver a gente como yo en el papel de los protagonistas”, escribió un comentarista en otro sitio.
Weldon dijo que los cambios en los cómics pueden conducir a una narración más vital. “Cualquier paso que se pueda dar para que el mundo de las páginas de los cómics de superhéroes se parezca más al mundo de fuera es bueno”, dijo. “Eso te da acceso a historias más variadas, más interesantes, más convincentes, más formas diferentes de contar historias”.
Jonathan Kent tomó la capa de Superman junto a su padre este año. La versión de Clark Kent de Superman fue presentada en 1938. Se casó con Luisa Lane en 1996. Jonathan fue presentado en 2015 y —dejando de lado muchos tejemanejes de los cómics— pasó un tiempo como Superboy antes de ser animado por su padre a convertirse en el nuevo Superman.
Jonathan y Jay Nakamura se conocieron en una historia de agosto durante el malogrado intento del nuevo Superman de establecer una identidad secreta e ir a la secundaria. El mes pasado, Jay, un periodista en ciernes, conoció a los padres de Jonathan, y quedó impresionado por Luisa Lane.
Jonathan y Jay se besarán en una historia que se publicará el mes que viene. Esta semana, los lectores descubrirán que Jay tiene habilidades especiales. “Jay podría ser la única persona en la vida de Jon a la que no tiene que proteger”, dijo Taylor. “Quería tener una relación realmente igualitaria y de apoyo para ellos dos”.
Los editores de DC ya estaban considerando líneas similares del desarrollo para el personaje y lo apoyaron, dijo.
“Siempre he dicho que todo el mundo necesita héroes y que merecen reconocerse a sí mismos en sus héroes”, dijo Taylor. “Para mucha gente, que el superhéroe más fuerte de los cómics salga del clóset es increíblemente poderoso”.