“Tenemos tendencia a pensar en todo de manera binaria: o blanco o negro; o arriba o bajo; o heterosexual u homosexual. Y la orientación sexual no entra dentro de estos parámetros, porque puede fluctuar”. Lo explica Dani Borrell Giró, psicólogo y psicoterapeuta sexual y de pareja, en el capítulo 28 de La revolución sexual de RAC1 . Este experto apunta que la visión que tenemos de la sexualidad “es cada vez más flexible” y que la orientación sexual puede cambiar a lo largo del tiempo.
En el año 1948, el sociólogo y sexólogo norteamericano Alfred Kinsey ya puso sobre la mesa la escala Kinsey: una gradación que ponía a un lado – el grado 0 – las personas exclusivamente heterosexuales; al otro lado – en el grado 6 –, las personas exclusivamente homosexuales, y en medio, una fluctuación con las personas totalmente bisexuales en el centro.
Fuera de esta escala Kinsey también se encuentran las personas asexuales: la orientación sexual de aquellos que no sienten atracción sexual hacia otras personas. En todo caso, Kinsey afirmaba que muy pocas personas se identificaban totalmente con los extremos – homosexualidad y heterosexualidad – y que la orientación sexual no es tan inflexible ni estática como se plantea habitualmente.
La orientación sexual como un continuo
Esta visión de la orientación sexual, la escala Kinsey, ya fue revolucionaria a mediados del siglo pasado y lo continua siendo hoy en día. No solo plantea que la orientación sexual no es una cuestión de blanco o negro: también deja claro que puede variar en el tiempo, que podemos estar en un grado o en otro en diferentes momentos de nuestra vida.
Esto lo explica Dani Borrell: “Tenemos una idea de la orientación sexual muy errónea, nos identificamos mucho y no pensamos en la posibilidad de que se modifique en el tiempo. Sería interesante sustituir el ser por el estar: en lugar de decir ‘soy hetero’, decir ‘estoy hetero’. Esto daría pie a pensar que esta concepción de la sexualidad es mucho más dinámica y mucho más real”.
¿Estas teorías quieren decir que todos somos bisexuales, en menor o mayor medida? Hay estudios a favor y en contra de esta afirmación, pero lo que sí que está claro, y lo dicen los datos, es que cada vez los jóvenes son menos heterosexuales y que hay más personas, sobre todo chicas, que se consideran bisexuales.
Los jóvenes, cada vez menos heteros
El junio del 2021, casi un 94% de los españoles se definían como heterosexuales, según el CIS. Pero en jóvenes de entre 18 y 24 años, la cifra caía hasta el 82,7%: entre las nuevas generaciones, menos personas se consideran heteros.
El antropólogo e investigador de la Universitat de Barcelona Ignacio Elpidio Domínguez apunta que “a pesar de que todavía faltan muchos, cada vez hay más referentes jóvenes – desde tiktokers hasta concursantes de OT –, y esto hace que los adolescentes se reconozcan como gays, lesbianas o bisexuales. El tabú está cada vez menos presente”.
Más chicas bisexuales que chicos: ¿por qué?
Otro dato que llama la atención es que la bisexualidad es mucho más frecuente entre las chicas jóvenes que entre los chicos. Los mismos datos del CIS revelan que un 12% de las mujeres de entre 18 y 24 años se definen como bisexuales: en chicos, la cifra es solo del 5%. ¿La sexualidad de las mujeres es más fluida? ¿O es que está menos penalizado socialmente definirse como bisexual si eres mujer?
Ignacio Elpidio Domínguez, que también es autor del libro Bifobia, de la editorial Egales, dice que la bisexualidad masculina es la que más desafía el patriarcado. “Una mujer bisexual se lee como un unicornio: un objeto de deseo, desde la mirada machista. El hombre bisexual es la figura más rompedora en cuanto a las expectativas de género, y muchas veces los casos de hombres bisexuales que conocemos son nuevas masculinidades”, dice.
El psicólogo Dani Borrell asegura: “Cada vez me encuentro en la consulta más hombres etiquetados como heterosexuales que se dan más permisos para experimentar y tener fantasías con personas de su mismo género”. Aun así, que un hombre supuestamente hetero tenga fantasías con otro hombre despierta muchas más reticencias que no que lo haga una mujer.
En todo caso, las personas bisexuales son mayoría dentro del colectivo LGTBI: són el 52% de la comunidad. El activista Misty Gedlinske, en una charla TED que se ha convertido en todo un referente para este colectivo, explica: “Somos una mayoría silenciosa. Somos seis veces más propensos que gays y lesbianas a ocultar nuestra orientación sexual, incluso a los amigos y familiares más próximos. Solo el 44% de jóvenes bisexuales afirman que pueden confiar en un adulto. Más de un tercio de los adultos bisexuales no explican su orientación sexual a sus médicos”.
Y es que, a pesar de que cada vez más personas bisexuales salen del armario, todavía hay muchos prejuicios, ideas preconcebidas y mitos para romper sobre esta orientación sexual.