La imposible vida de Kodo Nishimura:
Monje budista, activista gay y estrella del maquillaje
Este joven japonés de poco más de 30 años es uno de los maquilladores más solicitados de Japón y ha sido nombrado uno de los 'Next Generation Leader' de la revista Time
Rodeado de la paz y sosiego de un templo en el sur de Tokio, Kodo Nishimura combina su crecimiento y deberes espirituales como monje budista con su estrellato como artista maquillador internacional, uno de los más solicitados del mundo. Todo, en un país extremadamente conservador donde declararse abiertamente homosexual es aún un tabú en la mayoría de ámbitos y el matrimonio entre personas del mismo sexo sigue siendo ilegal, aunque se hayan abierto alguna excepción local.
Nishimura recibe a El Confidencial en un casi perfecto castellano en el templo que le vio nacer, un lugar inspirador y lleno de calma en mitad de la mayor urbe del mundo. Preguntado como empezó todo, relata que, durante mucho tiempo, mantuvo en secreto su sexualidad y su amor por el maquillaje. “De pequeño, me disfrazaba con las faldas de mi madre y poniéndome ropa en la cabeza como si fuera una melena”, asegura, añadiendo que lo hacía porque era un gran admirador de las heroínas y princesas Disney. “Me encantaba sentirme como una princesa y me encanta hacer sentir a otras personas como princesas, por eso empecé a maquillar”.
De joven, su amor por el canto, la danza y otras expresiones artísticas lo llevaron a estudiar en una escuela de artes y diseño en Nueva York. Al tercer año, cuenta, ya empezó a ser asistente de maquilladores neoyorquinos, pero una vez terminada su formación en la universidad regresó otra vez al templo y su vida de monje. Allí topó de nuevo con todas sus contradicciones, pero fue su madre, pianista y también sacerdote del templo, la que le ayudó a ser quien es actualmente. Su salida del armario no fue fácil: “Los medios de comunicación en Japón describían a los homosexuales como seres anormales y yo tenía miedo que la gente me viera como un malvado pervertido. Esta humillación de los medios provocaba una gran represión”. “Yo creía que todos tenemos derecho a ser tratados iguales, como dicen los aprendizajes budistas” -prosigue- “pensar que hay sólo hombres y mujeres es una categorización de las personas que no es real”.
Japón está dando pasos en positivo en este sentido y no sólo en los medios de comunicación, reconoce Nishimura. “Es maravilloso ver como tantas empresas y marcas empiezan a promover la diversidad en el mundo de la belleza, a pesar de que aún se vea una enorme división en el ideal masculino y el femenino, pero está bien”. Aun así, es crítico con quienes promocionan sus productos apelando a los ideales de belleza canónicos. “Las empresas deberían ayudar a las personas y a las sociedades donde viven a evolucionar”, asegura.
Su decisión, su valentía para desafiar a la homofobia hoy día inspira a miles de personas LGTBI en todo el mundo para animarlos a reconocer abiertamente su identidad sexual. “Si tienes miedo a mostrar tu diferencia, puedes volverte vulnerable; pero si cambias tu actitud, esta diferencia es tu mejor arma”, asegura. Esta diferencia también la muestra en su ámbito profesional partiendo de la generosidad intrínseca del budismo. “Me encanta ver a personas que se sienten más felices, ya que yo también me siento más feliz: cuando alguien se siente más feliz yo me siento también amplificado”, apunta.
Los monjes budistas en Japón pueden hacer una carrera profesional compatible con sus deberes religiosos. Su elección de ser maquillador y su activismo en defensa de la comunidad LGTBI fue noticia en el mundo entero, elevando su perfil -tanto en las redes sociales como el profesional- hasta los ámbitos más altos. Ha participado en series de televisión de éxito internacional, impartido discursos en universidades de todo el mundo e incluso en Naciones Unidas y su autobiografía ha vendido miles de copias y se ha traducido a múltiples idiomas.
Nishimura, además, es un gran admirador de España, de nuestras lenguas y culturas. Ha visitado nuestro país en numerosas ocasiones, principalmente Barcelona, pero también Madrid y otras ciudades. El monje maquillador cuenta su experiencia como ayudó a Ángela Ponce a coronarse Miss Universo España 2018, la primera persona transexual en ser candidata a Miss Universo. “El hecho que tuviera la oportunidad de hacer que una persona transexual ganara un concurso de Miss Universo a nivel nacional y tuviera la ocasión de participar en el concurso fue algo que tocó mi alma”, confiesa. “Sentí que España, como país, es genial porque está repintando la historia de lo que es ser mujer”.
El hecho de participar en este evento que ha provocado un cambio tan profundo ha hecho que Nishimura tenga a España en un lugar privilegiado dentro de su agenda. “El hecho que Ángela fuera después modelo para Pantene fue algo que me sorprendió mucho, porque en Japón esto es algo que no se ve y es por ello que España me inspiró en gran medida”, asegura.
Este monje budista no ha hecho más que luchar por abrirse camino en una sociedad donde tenía todas las cartas para resultar el perdedor. “Siento que soy un luchador y quiero luchar por las personas que se sienten inseguras o inferiores”, cuenta a EL CONFIDENCIAL . “Si hubiera nacido en Estados Unidos o en España, podría estar sufriendo con valores religiosos cristianos; si hubiera nacido en países de Oriente Medio, no sé cómo me sentiría... Pero debido a que nací en este templo puedo trabajar y compartir mis tendencias, ya que el budismo dice que todos pueden ser igualmente liberados. Incluso si eres una prostituta o un criminal, no importa”, afirma Nishimura.
“Escuchar estas enseñanzas realmente me empoderó. Y esto es lo que me gustaría presentarles a mis amigos, familiares y amigos de la comunidad LGTBI, que es todo el mundo”, asegura. Unos cambios que algunos pocos están viendo y que la revista norteamericana ‘Time Magazine’ también, agraciando a Kodo Nishimura con el título simbólico de “Next Generation Leader”.
“Para mí, que una revista como Time Magazine me considere ‘Next Generation Leader’ es un grandísimo honor, ya que mucha gente me ve como alguien un poco loco, y cuando estaba en la escuela, a menudo estaba solo y aislado. Pero siempre sentí que estaba haciendo algo bien. Estoy pensando de forma lógica. Entonces, ¿por qué la gente sigue lo que se dice simplemente, cuando no es realmente lógico o simplemente me siento muy motivado para seguir hablando? Con este reconocimiento me siento muy animado a compartir mis ideas, así que fue un gran estímulo”, nos reconoce este joven monje.
Su historia quiere ser fuente de inspiración para muchos otros en Japón y en todo el mundo, genere conciencia y debate: “Cuando la gente empiece realmente a aprender sobre diversidad, vendrán las leyes en favor de nuestra comunidad”, remata. Un líder, finalmente, sabio y generoso con mucha humildad.
|