YOLANDA MONGE
Marjorie Taylor Greene, representante por Georgia, aterrizada en el Capitolio tras las últimas elecciones, acusó este miércoles a la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, de tener una fuerza de “policía gazpacho” espiando a los miembros del Congreso. La congresista intentaba referirse en realidad a la despiadada policía política del régimen nazi: la Gestapo. Greene, llegada al Parlamento gracias a la ola populista en la que sigue subido Donald Trump, es una firme creyente de la teoría conspiratoria apocalíptica que vive en las cloacas de internet con el nombre de QAnon.
La señora MTG -le gusta que se refieran a ella con sus iniciales- quería aludir a la pavorosa fuerza policial secreta creada por Hermann Goering, el sucesor designado de Adolf Hitler que ideó la “solución final”, el eufemismo con el que los nazis se referían a la aniquilación de los judíos. Esta policía política, dirigida por el jefe de las SS, Heinrich Himmler, se encargó de investigar y reprimir a todo aquel que se opusiera a las políticas del régimen nazi y al poder de Hitler. La Gestapo tuvo un papel clave en el Holocausto, el genocidio de unos seis millones de judíos europeos y de personas de otras minorías -homosexuales, gitanos, enfermos mentales y discapacitados- por parte de los nazis. Nada que ver con el gazpacho, una sopa fría originaria de la región española de Andalucía. Sus ingredientes son el tomate, el pepino, algo de pan seco, aceite de oliva, vinagre y ajo.
“Tenemos a la policía del gazpacho de Nancy Pelosi espiando a los miembros del Congreso, espiando el trabajo legislativo que hacemos, espiando a nuestro personal y espiando a los ciudadanos estadounidenses que quieren venir a hablar con sus representantes”, dijo Greene durante una entrevista con Dan Ball en Real America, programa producido por el canal de televisión de extrema derecha al servicio de Trump One America News Network. “Este Gobierno se ha convertido en algo que nunca tuvo la intención de ser y es hora de que termine”, afirmó la congresista.
Esta no es la primera vez que Greene se refiere -en este caso, al menos lo pretende- al Holocausto. La congresista había criticado ya las medidas de la Administración de Joe Biden frente a la covid al definir a los encuestadores encargados de divulgar los beneficios de las vacunas como “camisas marrones”, el color de los uniformes nazis. También comparó los logotipos de vacunación en las placas de identificación de los empleados de supermercados ya inmunizados con las estrellas de David de color amarillo que los judíos europeos se vieron obligados a coser a su ropa en los países bajo ocupación nazi durante la Segunda Guerra Mundial.
El despropósito de la congresista quizá puede entenderse mejor atendiendo a las fuentes de información a las que recurre esta representante de 47 años; es decir, la teoría conspiranoica de QAnon. Cuando hacía campaña para ganar el escaño que ahora ocupa, el entonces presidente Trump la denominó como “la futura estrella republicana”. Entre algunas de las afirmaciones más delirantes de QAnon está el que Barack Obama es un traidor y un terrorista que ha pedido asilo en Mónaco o que el senador republicano John McCain, aspirante a la presidencia en 2008, no murió de un cáncer cerebral sino que fue ejecutado.
El martes por la noche, según pasaban los minutos y la noticia de la GestapoGazpacho iba creciendo cual bola de nieve, la sopa fría andaluza era tendencia en Twitter junto al término “nazi”. Incluso el popular chef español-americano José Andrés le dedicó un tuit a la congresista, en el que la informaba de que la “policía del gazpacho” existe, en efecto, pero que fue él quien la creó en 1993 para evitar crímenes gastronómicos como añadir “tabasco, jalapeños o cosas extrañas” a tan delicioso plato veraniego. Vamos, para evitar que un restaurante acabe ofreciendo paella con chorizo como recomendaba el chef británico Jamie Oliver.