Cuba: Hoteles nuevos son hoteles fantasmas
Pese al auge constructivo en el sector del turismo y las ansias del régimen por captar visitantes internacionales, la ocupación hotelera en la Isla está prácticamente en cero.
LA HABANA, Cuba. – Este 15 de marzo, tal como estaba previsto, fue inaugurado el hotel Gran Aston La Habana, propiedad de Gaviota S.A. (perteneciente al Grupo de Administración Empresarial de las Fuerzas Armadas, GAESA) y administrado por el grupo indonesio Archipiélago. La noticia ha sido reiterada por los medios de prensa del oficialismo, que no han dejado de alabar la magnificencia, lujos y novedades de la nueva instalación, ubicada en pleno malecón habanero, pero sin mencionar que permanecerá por varios meses prácticamente vacía, y que solo para finales de abril de este mismo año se tiene la confirmación de unos 40 huéspedes, la mayoría procedentes de Canadá y Reino Unido, de acuerdo con información ofrecida por funcionarios del Ministerio de Turismo bajo condición de anonimato.
Según las mismas fuentes, de la decena de huéspedes que permanecen alojados en apenas ocho habitaciones de una de las torres de la edificación —que entre ambas suman 600 cuartos—, solo cuatro estarían pagando por los servicios (aún con la promoción de un descuento del 40 por ciento del precio real) puesto que el resto, por su condición de personalidades o representantes y funcionarios de Archipiélago y GAESA, permanece bajo la modalidad de “huéspedes invitados”, con acceso gratuito a la totalidad de los servicios.
A una situación similar se enfrenta por estos días el Gran Hotel Bristol La Habana, igualmente propiedad de Gaviota S.A. pero asociado para su comercialización a la cadena europea Kempinski.
Cuando la instalación, ubicada en medio de La Habana Vieja, esté abriendo oficialmente sus puertas esta semana, de sus 167 habitaciones distribuidas en nueve pisos, apenas se ocuparán unas cinco o seis pero igualmente la mayoría con “huéspedes especiales”, invitados a la ceremonia de apertura de este 21 de marzo, y que como regalo gozarán durante una semana de estancia gratuita.
“De las veintitantas confirmaciones que teníamos en enero de este año, en lo fundamental provenientes de Rusia, ahora solo contamos con dos. Un huésped de Reino Unido y otro de la India, los demás han cancelado”, asegura un funcionario de Gaviota S.A. consultado por CubaNet, que igualmente ofreció otros detalles acerca de las expectativas en temas de ocupación para lo que falta de 2022 tanto en estos dos nuevos hoteles como en el resto de las instalaciones de su propiedad, que representan más del 56 por ciento del total de la planta hotelera de la Isla y cerca del 90 por ciento de las mejores instalaciones de altos estándares.
“Estamos redirigiendo e intensificando la apuesta por el mercado canadiense sobre todo, más que por el inglés, aunque ha habido progresos notables en este último. Es un cambio en la estrategia inicial puesto que por el momento no podemos contar con el mercado ruso. Solo hay confirmaciones de consideración para los meses de julio a septiembre, pero las más importantes son para diciembre y los primeros meses del 2023. Aún así no hay nada seguro, la estrategia que hemos desarrollado de ofrecer rebajas de entre el 25 y el 40 por ciento con cancelaciones gratis en todas las instalaciones no está rindiendo lo que esperábamos para estos hoteles de ciudad. Los cayos, más que Varadero, están absorbiendo el grueso del turismo, así que estos hoteles (tanto el Aston como el Bristol) tardarán mucho tiempo en rendir lo que esperábamos hace cuatro o cinco años atrás cuando se concibieron para otro escenario no tan crítico como el de ahora”, asegura el funcionario.
El Telégrafo-Axel Hotel en igual situación
Igual desolación sufre otra propiedad de Gaviota S.A., esta vez el que habría de ser el primer hotel LGBTQ en la capital, así como la décima instalación de la cadena española Axel, inmediatamente después de inaugurado el Axel Beach en Miami, durante el 2020.
De las 63 habitaciones con que cuenta apenas 10 han entrado en explotación hasta la fecha, aunque francamente solo cinco han sido comercializadas bajo una promoción de descuentos sin precedentes (de hasta el 50 por ciento para reservaciones de más de cinco noches), desde que el 1ro. de marzo abriera el que anteriormente fuera el Hotel Telégrafo, a secas, enclavado en una de las zonas de prostitución mayormente masculina, entre las más concurridas de la Isla y donde, además, entre los años 70 y 90, fueron más cotidianos los episodios de represión policial contra homosexuales.
“Solo está en explotación una planta de las tres con que contamos, y en esta la mayoría de las habitaciones están sin estrenar”, asegura uno de sus trabajadores, que además informa que los mínimos ingresos recibidos se obtienen principalmente de los servicios de bar y restauración.
“Hasta el momento funcionamos como un bar de tres pisos. Tres pisos para fantasmas. Creo que vamos a tener que terminar como una posada bonita para el mercado cubano”, explica el mismo empleado del hotel, quien además cuenta que, desde su inauguración, se han acercado algunos cubanos preguntando cuánto cuesta la noche: “Jineteros de la zona que han escuchado de nuestra política gay-friendly y lo asocian con la prostitución masculina (que) abunda sobre todo por las noches en las proximidades del Parque Central. No sería una mala idea, al final aquí no ha llegado la primera pareja gay. Estamos igualito que antes, que los turistas bajaban, pescaban al primer pinguero (sexoservidor masculino) que veían y lo subían a la habitación. Está prohibido pero, cómo está la situación de mala, hay que dejar que lo hagan; al final son los únicos clientes que hay”, concluye.
De acuerdo con información ofrecida por un directivo de Gaviota S.A., se esperaba que para estas fechas arribaran al hotel Telégrafo medio centenar de huéspedes, principalmente desde Europa y México; sin embargo, la mayoría de las reservaciones confirmadas hasta el presente están programadas para los meses de diciembre a febrero del 2023, con un arribo de unos 30 turistas para mediados de mayo de 2022, procedentes de Italia, España, Reino Unido, México, Canadá y los Estados Unidos, donde buena parte de los clientes pertenece a la comunidad de cubanos residentes en el país norteño.
“En este caso nuestras esperanzas están en los cubanos residentes en los Estados Unidos. Ese es el mercado principal del Axel, más importante que el europeo. Con la promoción de descuentos ya tenemos varias reservaciones para mediados de mayo, un número importante para los meses de julio y agosto, y el pico mayor para finales de año y los dos primeros meses de 2023”, explica el funcionario de Gaviota S.A.
“Hemos tenido que aplicar descuentos de hasta un 50 por ciento, diseñar paquetes a Varadero desde el Axel con descuentos de un 25 por ciento, pasadías gratis en Varadero, pases a discotecas y teatros, comidas gratis, en fin, es más buscando promoción internacional que ingresos. Los ingresos están por el piso para este mes de marzo y nos mantendremos así todo el 2022 y posiblemente el 2023, por lo menos hasta octubre. No solo es una situación del Telégrafo, es la situación general del turismo en Cuba”, también asegura el directivo de Gaviota S.A.
Descuentos y ofertas “especiales” para cubanos: “no queda de otra”
Otras importantes cadenas hoteleras como Meliá e Iberostar, dos de las que mayor número de habitaciones administran en la Isla en asociación con GAESA, también se han visto obligadas a acudir a los grandes descuentos para atraer turistas a sus hoteles prácticamente desolados, pero también han elaborado “paquetes” para el turismo nacional, aunque esta última opción no parece del agrado de las administraciones extranjeras, ya que han sido obligados a vender servicios en una moneda nacional totalmente sin valor.
Mientras que las promociones hacia el exterior van desde descuentos entre el 25 y el 40 por ciento —en el caso de Meliá—, las “ofertas” para el cliente nacional alcanzan precios entre los 30 000 y 60 000 pesos por persona (y por una sola noche) en el Gran Packard de Iberostar. Aunque ni así de exageradas las tarifas, estas se traducen en mayor cantidad de huéspedes ni en ganancias, mucho menos pensando en las que en 2019 se preveían para estas fechas, cuando nadie pensaba en una caída del turismo de más del 60 por ciento y, como consecuencia, se planificaba el arribo a Cuba de cerca de 5 millones de turistas.
“Hoy el (hotel) Packard está literalmente vacío, el mes pasado hubo una semana en que no tuvimos ni un solo huésped. En marzo está ocurriendo algo parecido”, afirma un directivo de la instalación entrevistado sobre el asunto. “Raras veces tenemos huéspedes que pasan más de tres noches. En realidad la media está en 1.6 noches por huésped, pero si sumas los demás servicios y consideras el tiempo de estancia, donde la mayoría son cubanos (que) vienen un par de horas a consumir en la terraza, entonces la media estaría en 0.2 o 0.3, lo que te dice que es un hotel fantasma. Las promociones en moneda nacional son una forma de quedar bien con el Gobierno cubano, que las usa para decir que se dan servicios en moneda nacional pero en la práctica ni resuelven el problema de la falta de huéspedes ni sirven para sostener pagos, de ningún tipo. Los salarios continúan pagándose por la empleadora, son productos y servicios que en realidad no se revierten en ganancias. Si te respondo lo que realmente pienso, tengo que decirte que el cliente nacional no nos reporta ningún beneficio, a no ser que pague en MLC. En moneda nacional es pérdida para todo el mundo pero no queda de otra”, asegura este empleado.
Retardar, aplazar, pero no renunciar a los nuevos proyectos
Según las más recientes declaraciones del ministro de Turismo cubano, Cuba continúa aspirando para este año a un incremento del arribo de turistas internacionales a la Isla hasta una cifra de 2,5 millones, aunque los números del 2021 (cuando recibió apenas 573 944 turistas) y los dos primeros meses del 2022 (con poco menos de 60 000 visitantes foráneos) ni auguran el despegue con que sueñan, ni ofrece demasiadas garantías en asuntos de rentabilidad al ambicioso plan de inversiones hoteleras de GAESA, que aspira a superar en 5,7 por ciento el número de habitaciones nuevas disponibles con respecto a 2018 y 2019, años en que, sumados los dos, arribaron a Cuba cerca de 9 millones de turistas, un momento de auge en que fue planificada la cifra récord de 6 millones para el 2030.
Con respecto a lo que habrá de suceder con los nuevos hoteles a inaugurarse en los próximos meses y años, con perspectiva en lo planificado en tiempos de bonanza, varios funcionarios del Ministerio de Turismo consultados por CubaNet aseguran que no se tiene previsto detener el plan de inversiones, que las ofertas plasmadas en la Cartera de Oportunidades para el turismo en Cuba continúan en pie, con igual número de proyectos tanto hoteleros como extrahoteleros (marinas, campos de golf, parques temáticos y desarrollos inmobiliarios), aunque comienza a experimentarse una ralentización en las ejecuciones, que si bien están asociadas a la dificultad de importar recursos y obtener financiamiento externo, en lo fundamental se relacionan con la posibilidad de que muchas de las instalaciones hoteleras se tornen innecesarias.
“La política sería retardar, repensar, pero no renunciar a los nuevos proyectos. Quizás dilatar los cronogramas de entrega pero no detener nada”, asegura un funcionario del Ministerio de Turismo.
“Hasta ahora ninguno de los proyectos se ha detenido, y con mayor o menor velocidad se mantiene la construcción de las 18 instalaciones hoteleras de alta prioridad tanto en La Habana como en las demás provincias. Son las 18 que deberán estar listas para entregar a más tardar 2024. El resto de los proyectos sí pudieran sufrir aplazamientos en dependencia de cómo se comporte el turismo este año y en 2023”, asegura la fuente.
No obstante, trabajadores en obras de gran importancia para el turismo como los hoteles de 23 y K, así como algunos de los que se ejecutan en el Centro Histórico de La Habana Vieja han dado cuenta a CubaNet sobre atrasos considerables en los planes constructivos, lo cual ha impactado negativamente en el cobro de sus salarios. En tal sentido se rumora con temor entre los propios trabajadores que varios de los proyectos pudieran congelarse indefinidamente, lo cual repercutiría en la pérdida de miles de empleos.
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