Por Dr Juan Enrique Romero
Aquellos que han elegido a los perros como animal de compañía dan por hecho que hay que sacarlos a pasear todos los días para que hagan sus necesidades y practiquen ejercicio. Sin embargo, pocos saben que ese paseo además es el equivalente para el perro a la lectura de las noticias por parte del ser humano.
Un paseo tranquilo, no apurado, que permita al perro a través de las imágenes olfativas, captar el entorno, será un aporte invalorable a su salud emocional y por lógica consecuencia a su salud física plena.
Algunos autores hablan de que el paseo del perro es un invento humano y sugieren sustituirlo por los juegos. La propuesta es mucho más amplia: paseo y juegos juntos son, sin duda, el ideal para nuestra relación plena con los perros.
Lo mejor que podemos hacer es incluir en el tiempo de la caminata a esos juegos para estimular a los perros y que éstos disfruten de una vida plena y feliz.
El paseo no debe ser apresurado ni tener como el único y exclusivo motivo cumplir con los mandatos fisiológicos del animal. Además, el paseo debe llevar su tiempo y permitirle olfatear para lograr lo que sería el equivalente nuestro a mirar vidrieras o apreciar visualmente un paisaje.
A través del olfato el perro podrá discernir quien pasó por allí, hacerle saber que él también pasó con su marcaje y tener una clara noción panorámica de su entorno vecinal, absolutamente necesaria para su plenitud vital.
Los juegos que puede hacer un perro son variados, uno de ellos es el “tome y traiga”, que consiste en tirar una pelota, un palo o un objeto y que el perro lo recupere trayéndolo. A propósito de este juego muchas veces resulta difícil recuperar le objeto o la pelota que una vez que la atrapa el perro la considera su posesión o presa “ya muerta” y no la devuelve frustrando el desarrollo de la secuencia del juego.
Una forma de permitir la continuidad del juego es hacerlo con dos pelotas y cuando recupera la primera hacemos picar la segunda que resultará más atractiva por estar “viva” al rebotar con nuestro accionar y lo impulsará a soltar la primera continuando el desarrollo de la actividad.
Otro juego es el “poliladrón " de nuestra infancia, que consiste en perseguir y ser perseguido intercambiando roles consecutivamente. Por otra parte, muchos perros comprenden el juego de la emboscada a modo de “la escondida” de la infancia humana y lo saben practicar.
Otro de los juegos que más les gustan a los perros es el de buscar golosinas escondidas ya que les permite desarrollar el olfato.
Lo cierto es que dentro del paseo o fuera de él, el juego es una manera de vincularse necesaria y fundamental para nuestra relación con los perros, ya que la estimulación a nivel físico y mental va a hacer que el animal esté más tranquilo y feliz.
Así funciona la memoria de los perros: ¿Se acuerdan de las cosas?
Bien es sabido por todos que los perros son animales muy inteligentes y, además, hay algunas razas, como el border collie, que tienen una memoria excelente. Resulta de especial interés conocer el funcionamiento de la memoria de los perros, tanto a corto como a largo plazo.
Es obvio que los perros tienen memoria ya que son capaces de acordarse de su familia, así como de otros animales que van conociendo con el paso del tiempo. La memoria es parte del sistema adaptativo de cualquier animal, y es esencial para su supervivencia ya que le permite saber por ejemplo dónde hay comida.
Ahora bien, es importante saber diferenciar los dos tipos de memoria que existen en los perros. Por un lado, la memoria a corto plazo, que también recibe el nombre de memoria de trabajo. Y, por otro lado, la memoria a largo plazo.
Según los resultados de una investigación de la Universidad de Estocolmo, la memoria a corto plazo dura un máximo de dos minutos. Además, los perros son capaces de recordar eventos que han ocurrido recientemente durante setenta segundos en promedio.
La memoria a corto plazo de los perros es fundamental porque les permite retener cantidades pequeñas de información durante un breve periodo de tiempo. Por lo general, se vincula únicamente a unos segundos, y son recuerdos que utilizan para llevar a cabo las actividades del día a día.
En lo que respecta a la memoria a largo plazo, esta guarda los recuerdos de manera duradera. Los expertos indican que se divide en memoria no declarativa, que hace referencia a las habilidades y los hábitos, y la memoria declarativa, que permite recordar hechos.
Es interesante saber que los perros, a diferencia de los humanos, viven el presente sin tener en cuenta ni pensar en el pasado por una razón muy simple: no tienen la capacidad para hacerlo. Esto se explica porque su memoria es asociativa, de tal modo que relacionan imágenes y hechos del pasado con circunstancias del presente. Este tipo de asociaciones permanecen para siempre en la memoria de los canes.
Por último, cabe señalar que los perros pueden reconocer y recordar a través del olfato ya que es su sentido más desarrollado. La vista es un sentido menos desarrollado, así que todo indica a que las asociaciones visuales son menos consistentes que las olfativas.