Una foto de La Habana, tomada desde el Hotel Paseo del Prado, ha generado polémica en las redes sociales; desde el confort del centro turístico se observa una urbe destruida, sin color, con grietas.
“Parece Siria en unos de sus ataques aéreos devastadores, es una pena que sea la capital de Cuba. Esto da una gran tristeza al corazón del cubano que ama su país”, agregó otra persona.
Uno de los comentarios más polémicos fue de la internauta Magali Valdés, quien justificó los edificios fotografiados se advirtieran en tan mal estado. “Bueno, lo que se ve, es la parte trasera de las casas, por lo general se pintan las fachadas y los interiores, no hay tanta pintura para pintar los costados y las azoteas”.
La fotografía fue compartida también por el periodista José Raúl Gallego, quien sugirió a los extranjeros no ir de vacaciones a la Isla, porque “ayudan a perpetuar esto que nosotros sufrimos. No viajes a Cuba, por favor. Pronto podrás hacerlo a un país libre”.
“De lo que fue La Habana, una ciudad próspera al nivel de París y Nueva York, a una ciudad bombardeada por las garras comunistas, que lo que toca lo destruye”, escribieron. Otras personas lamentaron los constantes derrumbes que suceden en La Habana, sobre todo en las partes más antiguas.
“Y deja que empiece la temporada de lluvias y luego la temporada ciclónica… ¿Desde cuándo no actualizan la situación del fondo habitacional? Hace unos años más del 50 % tenía algún tipo de afectación. Me encantaría que alguien actualizara cifras para saber cuántos estamos en peligro de derrumbe”, indicó una internauta.
“¡Esto es demasiado! A veces no sé si mi pobre corazón podrá aguantar mucho más. Me siento como un ratón de laboratorio. Cuba está muerta y podrida, aquí ya ni las plantas crecen. Quiero sentir que todo va a estar bien algún día”, señalaron.
La destrucción de La Habana y otras ciudades del país, contrasta con los hoteles de lujo que el gobierno construye con el objetivo de atraer al turismo. Mientras esto ocurre, decenas de familias ven caer sus techos en pedazos sin la posibilidad de repararlos porque la vida en Cuba es demasiado cara.