Vladímir Putin argumentó su salvaje agresión imperialista diciendo que había que desnazificar Ucrania. La propaganda surtió efecto y aquellos que justifican al sátrapa, y los que quieren permanecer neutros ante la agresión, justifican sus posiciones con la existencia de los nazis del Batallón Azov como si los 44 millones de ucranianos que están sufriendo la guerra fueron esos 1.000 militares. La paradoja es que ese argumento se vuelve en contra al constatar la existencia de mercenarios y grupos nazis rusos que apoyan la invasión de Ucrania y participan en la represión de la resistencia ucraniana.
El ultranacionalismo atrae a los peores hombres, y de eso no se libra Rusia. Dmitri Utkin es el líder del Grupo Wagner, un grupo de mercenarios que trabajan al servicio de Vladímir Putin allá donde se les requiere y con el soporte del ministerio de Defensa ruso. Dimitri Utkin, es un exagente del Servicio de Información Militar (GRU) ruso y el responsable de la coordinación y planificación de operaciones para el despliegue de mercenarios del Grupo Wagner en varios países. El mercenario puso nombre al grupo en homenaje al compositor Richard Wagner por ser el preferido de Adolf Hitler, una filia que deja ver en su piel, ya que tiene tatuados en su pecho dos insignias, una de las SS y otra del grado de Sturmbannführer.
El Grupo Wagner logró notoriedad por su participación en el conflicto en el Donbás en 2014 lo que logró que Dmtri Utkin fuera recibido en el Kremlin el 9 de diciembre de 2016 junto con Andrey Bogatov, otro eminente componente de los paramilitares neonazis. La vinculación del grupo de mercenarios con Putin y el Kremlin no solo es logística, ya que Denis Kharitonov, también un mercenario del Grupo Wagner, es diputado en la DUMA por el Oblast de Astracán con el partido Rusia Unida de Putin.
El grupo fue denunciado por crímenes de guerra por la tortura y asesinato de un disidente del ejército sirio y condenado por la UE. El vídeo en el que se pueden ver las torturas y decapitación del hombre fue publicado por el medio ruso Novaya Gazeta, es de tal extraordinaria crudeza que aconsejo a los lectores que no lo vean.
Las afiliaciones neonazis del bando ruso no terminan ahí, aunque bastaría para tumbar la propaganda sobre la desnazificación. Pavel Gubarev, un neonazi del RNU en su juventud, que se autoproclamó gobernador ruso de la región de Donetsk es otro de los ejemplos. Las fotografías de Guvarev con el brazalete del logo del RNU no dejan lugar a la interpretación. Las siglas RNU se refieren al partido "Unidad Nacional Rusa", una formación neonazi irredentista que muestra su apoyo frontal a Vladimir Putin en su cruzada.
Los grupos neonazis en Rusia tienen una total aceptación y complicidad por parte del Kremlin porque Putin es consciente de que su ultranacionalismo es muy favorable para los intereses irredentistas del sátrapa ruso y los necesita para sus guerras de ocupación. Según una investigación de la revista FOCUS los neonazis de toda Europa recibían formación y entrenamiento militar en San Petersburgo. El campo paramilitar está organizado por Denis Gariev, líder del Movimiento Imperial Ruso, (RIM), que es considerada una organización terrorista por parte del Departamento de Estado de EEUU. Neonazis entrenados en el campo, al que denominaban "Partizan", fueron condenados en Gotemburgo por participar en el atentando terrorista con explosivos contra un centro de refugiados. Viktor Melin y Anton Thulin, que formaban parte del Movimiento Nórdico de Resistencia (MNR), habían sido entrenados por Gariev en San Petersburgo.
Sigamos con la desnazificación rusa. El Varyag es un regimiento paramilitar fascista compuesto por voluntarios neonazis y su líder es Alexander Matyushin, que combatió en la Batalla del aeropuerto de Donetsk. Es solo uno de los batallones neonazis rusos porque la guerra en el Donbás atrajo a todos los ultras rusos.
Alexei Michalkov se hizo famoso por unas fotografías en redes sociales donde decapitaba a un cachorro de perro y se lo comía crudo. En una entrevista reconoció que luchando en el Donbás en 2014 cortaba orejas a los ucranianos y que se drogaba con el olor a carne quemada de sus cuerpos. Michalkov es un neonazi, hincha del Zenit, que se alistó en el Batallón Batman de la República Popular de Lugansk. Michalkov también formó parte de una compañía de voluntarios nacionalsocialistas que lucharon junto al Grupo Wagner, la Task Force Rusich, que posteriormente se fueron a luchar a Siria.
De la misma compañía forma parte Yan Petrovsky, que fue expulsado de Noruega, donde residía y trabajaba en une estudio de tatuajes por ser una amenaza para la seguridad del país después de que la Corte Penal Internacional denunciara crímenes de guerra en Crimea y Donbás por parte de la Task Force Rusich de Michalkov y Petrovski. Los nazis rusos de Putin que quieren desnazificar Ucrania.