NUEVO ESCUDO DE EEUU CONTRA
MISILES NUCLEARES DE RUSIA, CHINA Y COREA DEL NORTE
El país ha pisado el acelerador en su defensa estratégica nuclear: acaba de anunciar un nuevo programa de 3.000 millones de dólares que creará una red GMD, un sistema capaz de interceptar misiles balísticos intercontinentales. Mientras China y Rusia sacan pecho con sus nuevos misiles hipersónicos, EEUU trabaja para conseguir el que sería el primer sistema de defensa del mundo capaz de detenerlos.
Estados Unidos ha pisado el acelerador en su defensa estratégica nuclear: acaba de anunciar un nuevo programa de 3.000 millones de dólares que creará una red GMD, un sistema de misiles capaz de, teóricamente, interceptar misiles balísticos intercontinentales en mitad del vuelo. Junto a sus nuevos programas de defensa contra misiles hipersónicos, el Pentágono quiere blindarse contra el aumento de amenazas atómicas de China, Rusia, Corea del Norte y, probablemente en un futuro no muy lejano, Irán.
No es el primero de estos esfuerzos, pero sí el primero que parece va a funcionar. Estados Unidos lleva décadas trabajando en sistemas de defensa contra misiles balísticos intercontinentales (ICBM) con múltiples cabezas nucleares. De hecho, todo arrancó el 23 de marzo de 1983, cuando el entonces presidente Ronald Reagan anunció la Iniciativa de Defensa Estratégica (SDI en sus siglas en inglés), que los medios no tardaron en denominar el “programa de la Guerra de las Galaxias”. Reagan quería neutralizar totalmente las armas nucleares de los comunistas soviéticos y nunca creyó en la doctrina de la destrucción mútua asegurada, sobre la que afirmaba era un “pacto suicida”.
El futuro de los 80 se hace realidad en 2022
El programa ‘Star Wars’ — con los vídeos explicativos bajo estas líneas — resultó un farol, no se sabe realmente si intencionado o accidental. La tecnología no estaba todavía lista para resolver un problema tan complejo como interceptar ni 800 ni uno de los misiles rusos y — aunque inició investigaciones que resultaron en múltiples sistemas de armas como las famosas baterías Patriot — la SDI no fructificó como prometió el presidente norteamericano.
Pero, a pesar del fracaso tecnológico de entonces, su éxito estratégico fue innegable y el órdago de Reagan está hoy considerado como uno de los grandes éxitos históricos de la política internacional de EEUU. Quizás junto al desastre de Chernobyl, el anuncio de la SDI fue sin duda el comienzo del gran motivo de la muerte de la Unión Soviética, un estado fallido que no fue capaz de contrarrestar la potencia tecnológica y económica norteamericana.
El mundo y la tecnología ha cambiado radicalmente desde entonces. Aunque el Pentágono todavía no ha logrado todas las tecnologías prometidas por la SDI, sí ha avanzado lo suficiente como para tener un sistema de defensa creíble contra los ICBM. Hace cinco años que EEUU probó por primera vez su sistema de intercepción GMD contra un objetivo de esa clase. Un primer éxito que fue el resultado de la "dolorosa historia de la defensa terrestre GMD", como apunta la publicación Breaking Defense, plagada de fallos en una trayectoria de más de 123.000 millones de dólares de inversión desde 2002 y solo nueve éxitos anteriores contra retos menores.
Ahora, las compañías de defensa Northrop Grumman y Raytheon se van a encargar de materializar este escudo en territorio norteamericano, que actualmente cuenta con 44 misiles en silos en Alaska y California. El nuevo escudo usará lo que llaman “interceptores de próxima generación”, capaces de enfrentarse a ICBMs de múltiples cabezas y señuelos falsos, la principal medida contra las defensas estadounidenses.
Blindarse contra crecientes amenazas
Irónicamente, como apunta el Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales, estos sistemas de defensa son la excusa que Rusia ha utilizado para abandonar de facto los tratados de no proliferación de armas nucleares. Según Vladímir Putin y su aparato, “la defensa antimisiles es desestabilizadora porque socava la vulnerabilidad mutua que ofrecen las armas nucleares”. Pero, aunque dicen eso, los rusos saben perfectamente que “todo su arsenal superaría la mayoría de los despliegues de defensa antimisiles” actuales.
Según ellos, "lo que les preocupa es que un primer ataque de Estados Unidos pueda eliminar lo suficiente de sus capacidades como para que las defensas contra misiles sean suficientes para hacer frente a lo que queda, obviando así la capacidad de Rusia para tomar represalias". También piensan que estos sistemas de defensa podrían ser reutilizados para lanzar ataques contra objetivos rusos desde suelo europeo. Sea cuales sea el despropósito de sus motivos, el miedo real o fingido hacia las presentes o futuras defensas antimisiles americanas, es la excusa que usó Putin para anunciar el desarrollo de sus "armas del futuro", como los “imparables” misiles hipersónicos que, al parecer, podrán también ser interceptados si esta futura 'Guerra de las Galaxias' 2.0 tiene éxito. Quizás la paranoia sea real y Putin sabe que, sin la amenaza de sus armas nucleares, nunca podría lanzarse a una invasión ilegal como la de Ucrania. Igual que China sabe que, sin la amenaza de un enfrentamiento nuclear, tampoco se podría lanzar contra Taiwán como lo ha hecho esta última semana.
Los EEUU tampoco están a salvo de la misma hipocresía y "ha criticado a Rusia por construir sistemas de "armas desestabilizadoras... en violación directa de sus obligaciones en virtud del tratado [de desarme estratégico]". Obviamente, esto es algo que ellos también hacen, aunque sea desplegando armas defensivas. Mientras tanto, se han abierto otros frentes que la SDI no esperaba y que quizás sean los escenarios posibles más letales: un ataque nuclear de Corea del Norte — que dice tener ya un ICBM capaz de impactar contra EEUU — e Irán — que afirma que puede poner en marcha un arsenal nuclear cuando quiera.
EEUU desarrolla un escudo contra misiles hipersónicos rusos y chinos
China y Rusia continúan lanzando amenazas apoyados en sus nuevos misiles hipersónicos que están ya casi listos para su despliegue. La respuesta ante este tipo de armas ‘imparables’ ahora mismo es nula, pero EEUU esta invirtiendo cientos de millones para crear un sistema de defensa a varios niveles que pueda detenerlas.
La tensión entre EEUU y China por Taiwán sigue creciendo azuzada con la visita de la presidenta de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, Nancy Pelosi, a la isla en el marco de su gira por la región del Indo-Pacífico. Coincidiendo con la presencia de Pelosi en la zona, el ejército chino realizó el pasado lunes un ejercicio con fuego real cerca de la isla de Pingtan, a unos 120 kilómetros de la costa taiwanesa, que incluía el lanzamiento de sus nuevos misiles balísticos DF-17 que, como se puede ver en el vídeo más abajo, van montados en el vehículo de planeo hipersónico DF-ZF.1. Además, según la agencia estatal de noticias Xinhua, la reacción del presidente chino Xi Jinping no se ha hecho esperar y en una llamada a su homólogo estadounidense Joe Biden ha subido la tensión asegurando que "Los que juegan con fuego acaban quemándose". EEUU mientras tanto ha desplegado en el Mar de China meridional su portaaviones USS Ronald Reagan y su grupo de ataque, compuesto por un destructor y un crucero, según los datos de Ship Tracking publicados por un grupo de expertos.
China podría contar también con un arma hipersónica todavía más avanzada. Expertos militares americanos aseguran que el pasado mes de julio, China no solo probó un vehículo hipersónico capaz de maniobrar a cinco veces la velocidad del sonido (6.174 km/h), sino que, además, este vehículo lanzó su propio misil hipersónico en pleno vuelo. Algo que según los expertos estadounidenses desafiaría las leyes de la física.
Mientras tanto Rusia, que a través de su presidente, Vladimir Putin, amenazó a occidente el pasado abril con un ataques relámpago contra cualquier injerencia en Ucrania, ha anunciado que su armada podrá contar en un mes con los nuevos misiles de crucero Tsirkon, que pueden alcanzar la velocidad de Mach 9 (11.113 km/h) y tienen una autonomía de más de 1.000 kilómetros.
Además del Tsirkon, Rusia ya cuenta con el Avangard, un sistema de misiles con un planeador nuclear de reentrada hipersónica capaz de realizar maniobras evasivas para burlar los sistemas de defensa estadounidenses. Y con el Zircon, un preciso misil antibarco dos veces más pesado que el Tomahawk y casi once veces más rápido, llegando a Mach 9. Estas características, igual que sucede en los sistemas anteriores, lo hacen imposible de interceptar por los escudos de defensa antimisiles actuales.
El nuevo sistema de defensa multicapa de EEUU
Con muchos de estos sistemas ya operativos, tanto China como Rusia van por delante de EEUU en el desarrollo de armas hipersónicas y se está produciendo un desequilibrio de fuerzas que el ejército americano quiere atajar cuanto antes. De ahí que por un lado sigua trabajando en mejorar sus capacidades hipersónicas y por otro esté desarrollando un nuevo sistema de defensa que pueda detener a las armas imparables de sus enemigos.
Los encargados de llevar a cabo este nuevo escudo serán Northrop Grumman y Raytheon Missiles and Defense. La Agencia de Defensa de Misiles (MDA) del Departamento de Defensa de EEUU les ha dado más de 60 millones de dólares para que sigan desarrollando sus prototipos de un Interceptor en Fase de Planeo (GPI). Un presupuesto que la MDA espera se amplíe en 225 millones de dólares el año que viene. El objetivo es que haya prototipos listos para una revisión para febrero de 2023. El sistema de defensa a varios niveles que tiene en mente la MDA combinará sensores espaciales, radares terrestres y varios sistemas de armas con el fin de rastrear interceptar y destruir los objetivos hipersónicos enemigos. Raytheon ha diseñado un sistema de microondas de alta potencia, que utiliza energía radioeléctrica muy concentrada para destruir la electrónica de sus objetivos haciéndolos inservibles. Según la propia compañía, estos sistemas lanzan microondas capaces de viajar a la velocidad de la luz, con lo que serían mucho más rápidos que los misiles hipersónicos que intentan alcanzar. Una vez construido, el sistema es bastante barato de disparar, aseguran, y su munición solo está limitada por la cantidad de energía que haya disponible para alimentarlo.
Pero además, la Agencia de Desarrollo Espacial de los Estados Unidos (SDA), anunció recientemente la concesión de más de 1.300 millones de dólares para crear una red de 28 pequeños satélites y enviarlos a la órbita baja de la Tierra. El sistema, en su primera fase, servirá para alertar y hacer seguimiento de los misiles hipersónicos enemigos. Pero el plan es mucho más ambicioso. La idea es acabar con un sistema dividido en dos capas. La primera sería la capa de transporte, esto es una constelación de entre 300 y 500 satélites de comunicación que aseguren, según escribe la SDA, "datos militares, resistentes y de baja latencia y conectividad en todo el mundo para toda la gama de plataformas de combate".
Luego estaría la capa de rastreo, que proporcionará indicaciones, alertas y seguimientos de las amenazas de misiles avanzados a nivel global, incluidos, claro, los sistemas de misiles hipersónicos. El desarrollo de esta segunda capa corre a cargo de Northrop Grumman y L3Harris Technologies y el primer lanzamiento de estos satélites está previsto para abril de 2025. Si los sistemas que están preparando los estadounidenses consiguen todo lo que prometen serán el primer escudo antimisiles hipersónicos jamás construido. Eso si no se adelanta China, que, como no, también está detrás de conseguir el suyo. En junio un grupo de investigadores presentó una nueva tecnología basada en inteligencia artificial que, según ellos, es capaz de predecir la trayectoria de los misiles hipersónicos en tan solo 15 segundos.
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