CUBA A OSCURA
"Aquí no hay nada de nada para estos eventos: ni cintas para proteger ventanas de cristal, ni lámparas recargables, ni kerosene, ni velas".
Antes del paso del huracán Ian, los apagones ya eran en un problema diario para millones de cubanos, que viven resignados cómo la corriente se va cada vez más a menudo y durante más horas
En la tarde de este martes, las autoridades cubanas informaron que un apagón a consecuencia del paso del huracán Ian ha dejado sin electricidad a toda la isla.
“El Sistema Eléctrico Nacional tiene una condición excepcional, 0 generación eléctrica (sin servicio eléctrico el país), esta condición complicada se asocia a las afectaciones climatológicas complejas que han afectado la infraestructura del Sistema Eléctrico Nacional”, dijo en un comunicado la Unión Eléctrica de Cuba.
“La falla está dada en los enlaces occidente, centro y oriente, es un proceso complejo que para restablecerlo se trabaja con precisión y se irá restableciendo el sistema eléctrico paulatinamente entre la noche de hoy y madrugada de mañana”, señaló la compañía eléctrica estatal, informa la BBC.
Antes del paso del huracán Ian, los apagones ya eran en un problema diario para millones de cubanos, que viven resignados cómo la corriente se va cada vez más a menudo y durante más horas.
Este martes también se supo que al menos una persona murió por los efectos del ciclón. Se trata de una mujer de 43 años cuya vivienda se derrumbó.
El ciclón con categoría 3 en la escala de Saffir-Simpson tocó tierra en la isla en la madrugada del martes para horas después salir de nuevo al mar con dirección al oeste de la península de Florida, en Estados Unidos.
Ian dejó en Cuba vientos sostenidos de hasta 185 km/h y rachas que llegaron a superar los 200 km/h en algunos puntos, según los registros del Instituto de Meteorología (Insmet).
La provincia de Pinar del Río, en el extremo oeste del país, fue la más afectada con “daños considerables”, informó la oficina presidencial cubana vía Twitter.
Allí se produjeron destrozos en viviendas y locales comerciales, cayeron árboles y se cortaron vías de tránsito, según las autoridades, aunque aún no se han publicado evaluaciones específicas de los daños.
Las imágenes que circulan en los medios oficiales y las redes dan testimonio de la virulencia de Ian, con tejados destruidos, árboles y estructuras que ceden a la fuerza del viento e inundaciones en varias localidades.
Unas 50.000 personas fueron evacuadas, la mayoría de ellas en la provincia de Pinar del Río.
Las autoridades cubanas anunciaron que tienen preparadas brigadas de respuesta para acudir desde otras provincias a la región occidental y tratar de restaurar los servicios de electricidad y comunicación.
En La Habana, una de las seis provincias bajo alerta ciclónica, se registraron lluvias moderadas con algunas rachas intensas y gran parte de la ciudad estaba sin electricidad.
Los vientos de Ian dejan a La Habana a oscuras y más desabastecida
La Habana amaneció este martes con las lluvias y vientos que llevaba horas dejando Ian en territorio cubano, pero la gente, en la calle, parecía no haberse enterado de que el huracán que se les venía encima era de intensidad considerable.
La escasez de alimentos en la capital era más fuerte que la amenaza del ciclón. "Nada evita que la gente salga para hacer la cola del pan como sea", decía una anciana de Centro Habana que el día anterior no había alcanzado a comprar ni una pieza.
En esta misma barriada capitalina y bajo lluvia, los vendedores ambulantes no dejaron de promover unas pocas mercancías, principalmente los carretilleros, que no se movieron de las esquinas sin antes despachar algunas frutas y viandas.
En otras zonas como el municipio Plaza de la Revolución, el aullido del viento atemorizó a los residentes, sobre todo cuando, además del ruido estremecedor que provocó la fuerza del huracán, comenzaron a ver cómo volaban tejas de zinc, hojas de palma, pedazos de plástico y algunos árboles caían al suelo.
"Hubo una ráfaga tan fuerte y sostenida que todos, humanos y mascotas, corrimos a escondernos y resguardarnos debajo de la mesa", cuenta un joven desde Nuevo Vedado.
Los cortes eléctricos comenzaron desde temprano en la mañana y aún mantienen a gran parte de la capital a oscuras. Tampoco faltó el sonido de las sirenas rumbo a Centro Habana y La Habana Vieja, dos de los municipios más poblados y hundidos en un gran deterioro habitacional. "Escucho una sirena, son bomberos, acabo de verlos pasar hacia la calle Reina. Debe ser por algún derrumbe", decía sobresaltada a este diario una residente vía telefónica.
Y ante el sonido de las sirenas y del viento, no faltó quien recordó la severa crisis económica que azota la Isla, peor que un huracán como Ian: "Aquí no hay nada de nada para estos eventos: ni cintas para proteger ventanas de cristal, ni lámparas recargables, ni kerosene para 'chismosas' o para hornillas, ni velas", se quejaba una habanera. "Bueno, estamos plagados de dengue y no hay ni mosquiteros, ¡qué podríamos esperar!".
En horas de la tarde, cuando el agua y el aire dieron por fin tregua, se pudo atestiguar el desastre en la ciudad. Árboles tras árboles caídos, al igual que techos y fachadas, y algún que otro mueble que salió volando, eran el panorama general.
En esta parte del occidente cubano, "la gente está muy molesta por las demoras en los preparativos y también en la cautela de los primeros pronósticos del huracán", reprochaban algunos. "Ayer mismo, varios vecinos de El Vedado se sorprendieron cuando les advertimos de Ian".
Mientras que en Florida, adonde se dirige la noche de este martes Ian con intensidad crecida, las autoridades llevan preparando a la población sobre los posibles estragos del temporal desde la semana pasada, en la Isla, donde el ciclón ha dejado Pinar del Río en zona de desastre, los mensajes del Gobierno en días pasados estuvieron exclusivamente centrados en el referendo sobre el Código de las Familias, que entró en vigor este mismo miércoles. "Una ley pasada por agua", ironizan los cubanos en la calle.
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