CRISTIAN SEGURA - JAVIER G. CUESTA
Ucrania se ha levantado este sábado con una de las noticias más esperadas por sus fuerzas armadas: el puente del estrecho de Kerch, el único que une Rusia y Crimea, ha sido gravemente dañado por una fuerte explosión y el incendio en varios vagones de un tren cisterna. Esta infraestructura es clave en el suministro de recursos para la península anexionada de forma ilegal por Moscú en 2014 y para la maquinaria de guerra del invasor. Las autoridades rusas en Crimea acusan a Kiev de estar detrás de un ataque mediante un camión bomba. El Gobierno ucranio no confirma la autoría de la acción, como ya ha hecho en ataques anteriores contra objetivos rusos en Crimea, aunque sí ha celebrado con varios mensajes en las redes sociales el daño ocasionado en el puente sobre el Estrecho de Kerch, inaugurado en 2018 por el presidente Vladímir Putin como símbolo de la anexión de la península y la ocupación de las fuerzas rusas en Ucrania.
Los vídeos que han difundido medios rusos y cuentas de Telegram afines a Moscú muestran una fuerte explosión esta madrugada en el puente al paso de un camión. Las imágenes tomadas horas después confirmaban que una parte de la autovía había quedado destruida, caída sobre el agua, mientras que otra había resultado dañada. La explosión se produjo además cuando pasaba por la vía ferroviaria del puente, en la parte alta de la infraestructura, un convoy de tren con cisternas que transportaban combustible, según la policía rusa, lo que también ha dañado ese tramo. El estallido provocó un incendio en varios de los vagones del convoy y una espesa columna de humo negro sobre el puente.
El presidente del Parlamento prorruso de Crimea, Vladímir Konstantinov, ha atribuido el suceso a un sabotaje de Ucrania. La explosión se ha producido en el lado del puente dentro de territorio ucranio, arrebatado por Moscú en 2014. Kiev no ha confirmado su autoría aunque Mijailo Podoliak, asesor del presidente Volodímir Zelenski, ha escrito en Twitter: “Crimea, el puente, el inicio. Todo lo ilegal debe ser destruido, todo lo robado debe volver a Ucrania, todo lo que ha sido ocupado por Rusia debe ser expulsado”. La cuenta del Ministerio de Defensa ha publicado un mensaje en el mismo sentido: “El crucero Moskva y el puente Kerch, dos importantes símbolos del poder ruso en Crimea, han caído. ¿Qué será lo siguiente, rusos?”. El Moskva, el buque insignia de la flota rusa en el mar Negro, fue hundido en abril con un Neptune, un misil de fabricación ucrania.
Las Fuerzas Armadas ucranias habían planificado en el pasado ataques al puente de Kerch, sin éxito, en parte debido a las defensas antiaéreas que protegen esta infraestructura. Analistas de medios influyentes en la región, como Nexta o Bellingcat, han subrayado que el método del ataque puede ser otro porque el puente tiene en sus accesos sistemas tecnológicos de seguridad que detectan la presencia de explosivos en los vehículos.
Golpe a la logística rusa
Lo que es indudable es que los daños ocasionados en el puente del Estrecho de Kerch complican aún más si cabe la logística del ejército ruso. El puente de Crimea facilita el paso fluido de trenes y camiones militares sin la amenaza constante de los partisanos ucranios, miembros de la resistencia que combaten contra Moscú desde 2014. La otra alternativa es la lengua de tierra conquistada en el sur de Ucrania, la ruta que pasa por Mariupol y Melitopol y que provee al frente de Jersón, aunque está más cerca de la artillería y de los saboteadores. Hace unas semanas, una fuerte explosión destruyó un tramo de vías junto a la estación de Nizyana. Esta acción entorpeció el transporte de suministros militares y obligó a las fuerzas rusas a reforzar su seguridad en la zona. “Una vez más el régimen criminal de Kiev golpea la infraestructura en Zaporiyia”, se lamentó aquel día el jefe de la administración militar local a través de Telegram.
El puente de Kerch fue inaugurado en 2018 por el presidente ruso, Vladímir Putin. Es una obra faraónica de casi 17 kilómetros de longitud, y fue una prioridad del Kremlin para que la península ucrania anexionada ilegalmente se incorporara rápido a Rusia. Ucrania llevó a cabo este verano los primeros ataques contra la flota del mar Negro, con sede en Crimea, el más significativo, el que se produjo el 9 de agosto contra la base aérea de Saki. También en esta ocasión, Kiev evitó informar sobre cómo se habían producido los ataques.
La conexión con Crimea es uno de símbolos de dos décadas de putinismo. El mandatario lo inauguró conduciendo un camión en otra de sus demostraciones de poder, y su propaganda filmó incluso películas sobre aquella infraestructura. Se estima que en la actualidad hay unos 50.000 turistas rusos en Crimea. Unos 4.000 tenían previsto abandonar la región en los próximos cuatro días. “Estamos trabajando para garantizar que los hoteles y los resorts de Crimea extiendan el alojamiento de forma gratuita para sus huéspedes”, ha anunciado la responsable del organismo de turismo ruso Rosturism, a través de las redes sociales.
La logística interna de la península también preocupa a sus ciudadanos. La fiscalía general rusa ordenó a las autoridades de la ciudad independiente de Sebastopol y de la propia península que vigilen cualquier posible subida de precios en los alimentos y combustible en los próximos días. Por su parte, el Ministerio de Comercio ruso ha intentado tranquilizar a sus habitantes con un comunicado donde decía que hay “alimentos suficientes” en la región.
La explosión se ha producido además en plena retirada de tropas en Jersón, provincia en la que las fuerzas rusas han sido empujadas hacia la orilla del Dniéper. “[El ataque] Ha sido planificado por el Servicio de Seguridad de Ucrania destinado no solo para cumplir su deseo simbólico de destruir el puente de Crimea, sino también para dificultar la logística y el refuerzo del ejército ruso en las fronteras de Jersón”, ha manifestado a la agencia Tass el primer vicepresidente del Comité de Seguridad de la Duma Estatal, Yuri Afonin.
Al noreste de esta provincia, en el avance del ejército ucranio por el frente oriental, siguen aflorando nuevos horrores de la invasión rusa. Pavlo Kirilenko, el gobernador de Donetsk, ha comunicado este sábado el hallazgo de 200 tumbas y de una fosa común en las proximidades de Liman, uno de los municipios de Donbás reconquistados por Ucrania en las últimas semanas, después de meses de ocupación de las tropas del Kremlin.
Kirilenko ha compartido imágenes de las 200 tumbas y de la fosa, en una zona de campo. Las sepulturas están marcadas con cruces, y el gobernador de Donetsk ha avanzado que se trata de cuerpos de civiles. En la fosa común, según Kirilenko, habría un número indeterminado de cadáveres, tanto de civiles como de militares. En las calles y parques de la vecina Sviatohirsk también se han exhumado una veintena de cadáveres que no habían podido ser enterrados en el cementerio debido al peligro por las operaciones militares de los últimos meses.
El hallazgo de Liman se produce tan solo tres semanas después de que en Izium, otro municipio liberado en el este del país, se descubrieran en una zona boscosa unos 400 cadáveres por identificar, algunos con signos de torturas. La provincia de Járkov, donde se ubica Izium, ha sido reconquistada en septiembre por las tropas ucranias. En la región han sido recuperados hasta el momento 534 cuerpos de civiles, según las autoridades locales. Una investigación de Naciones Unidas determinó el mes pasado que las fuerzas rusas han cometido crímenes de guerra por lo menos en 16 municipios de las provincias de Kiev, Chernihiv, Járkov y Sumi.
Por qué la destrucción del puente de Crimea supone otro fuerte golpe para Putin
La explosión sucedida este sábado en el puente de Crimea, considerado el más largo de Europa, vuelve a poner en los titulares una obra de ingeniería clave para el tráfico ferroviario y automovilístico para Rusia. La estructura es esencial para el transporte de personas y mercancías hacia la península, pero también para el aprovisionamiento de las tropas rusas desplegadas en Ucrania.
Fue inaugurado en 2019 por el líder ruso Vladimir Putin y es un símbolo de la anexión ilegal de la península ucraniana.
Mientras Ucrania celebra los daños, pero sin aclarar en ningún momento una presunta responsabilidad,, el Comité de Investigación de Rusia ha abierto un caso penal por un supuesto “delito”.
Rusia anexionó Crimea en 2014 (después de un referéndum en la península no reconocido por Ucrania ni la comunidad internacional) y la única forma de unir ambas zonas sin pasar por territorio ucraniano era a través de un puente por el estrecho de Kerch.
La estructura empezó a construirse en febrero de 2016 y tuvo un coste total de 228.000 millones de rublos (3.000 millones de euros). Mide 19 kilómetros de longitud y se lo considera el más largo de Europa.
El puente, realizado con ingeniería rusa, incluye cuatro carriles para vehículos -dos en cada dirección- y dos vías de tren -una en cada dirección-.
Putin ordenó la construcción del puente para instalar una ruta de conexión directa entre la península ucraniana anexionada en marzo de 2014 y el resto del continente. El estrecho de Kerch tiene entre 4,5 y 15 kilómetros de ancho y une los mares Negro y Azov.
El 15 de mayo de 2018, el presidente ruso inauguró el puente subido en un camión.Y el 23 de diciembre de 2019 otra vez Putin fue el encargado de inaugurar, a bordo de un tren, la vía férrea instalada sobre el puente. El jefe del Kremlin se subió al tren en la ciudad de Kerch y se bajó en Tamán (región de Krasnodar), ya en territorio continental.
Putin ese día también calificó de “grandioso” el proyecto. “Este es un acontecimiento muy importante para Crimea, Sebastopol y todo el sur de Rusia, y también para todo nuestro país”, comentó.
Se estimaba entonces que cerca de 14 millones de personas cruzarían el puente al año.
Además, con el tren de larga distancia “Tavria” -antiguo nombre de Crimea- enlaza de manera permanente San Petersburgo y Sebastópol.
El 23 de diciembre de 2019 partió el primer tren. El alto representante de la Unión Europea para la Política Exterior, Josep Borrell, afirmó entonces que el tramo de ferrocarril que une a Rusia con la anexionada península de Crimea constituye “otra violación de la soberanía e integridad territorial” de Ucrania por parte de Moscú.
Y advirtió de la circunstancia de que el puente que sostiene el enlace ferroviario “limita el paso de barcos” a través del estrecho de Kerch hacia puertos ucranianos en el mar de Azov.
Todo lo que rodea la construcción del puente ha sido condenado tanto por Ucrania como por Occidente, que consideran a la península parte del territorio ucraniano.
La destrucción del puente -aun no se sabe si total o parcial- golpea la logística de Moscú en su invasión, pero también la moral... De símbolo del expansionismo ruso, el puente de Crimea podría transformarse en el símbolo de su fracaso.