Amed Rodríguez no necesita inventarse un personaje para sus redes sociales. Aunque haya creado muchos —que interpreta siempre él —, ahí está su éxito. No finge, no oculta ni moldea a conveniencia lo que no es. Cada personaje corresponde a una etapa de su vida y los interpreta con el mismo ánimo con que asume el día a día.
Tampoco se inventa un país sobre el que crear sus memes. A la Cuba insólita y desencajada del resto del mundo, que está en los titulares de sus medios oficiales y en las intervenciones de quienes la gobiernan, Amed le pone un poco de sagacidad y otro tanto de creatividad y deja al descubierto los fallos del discurso oficial.
Fue un niño inquieto que difícilmente conseguía pasar un rato en un solo lugar. Su tía lo apodó «abeja» por la intranquilidad, y el mote se quedó no solo entre familiares, sino también en los amigos del barrio.
Cuando en 2020 llegó la pandemia de coronavirus a la isla, conoció sobre los memes en Facebook a través de creadores de otros países. Se le ocurrió que podía hacer algo similar en Cuba inspirándose en los temas del momento. Para no usar su nombre, apeló al apodo familiar y comenzó a hacer memes sobre la telenovela cubana El rostro de los días, cuya historia de Lía y su padrastro Machi daban mucho de qué hablar entre los espectadores. Sus memes se hicieron virales y desde entonces no paró, aunque esos temas iniciales variaron para centrarse hoy en la gestión del Gobierno y sus desatinos.
«Buenas, ¿Consejo de Estado?...», con esa frase, acompañada de un gesto muy peculiar, inicia una de sus invenciones más gustadas. Con una llamada al Consejo de Estado inauguró su cuenta en Tik Tok, una vez que se mudó a Sudáfrica en 2021. Se le ocurrió solicitar a esa instancia un acto de repudio como regalo para su suegra y al día siguiente el video se había viralizado: tenía unas 300 mil vistas y estaba por todos lados, lo habían compartido personas reconocidas como el cantante Yotuel.
En poco tiempo sus seguidores han crecido de manera desmesurada. Suman más de 118 mil en Tik Tok y YouTube, por lo que ya mereció la placa de plata de este canal, y más de 300 mil en Facebook. Esta última es su red social preferida porque ahí comenzó, pero YouTube se ha convertido en su fuente de ingresos. A su juicio, los videos de pocos segundos funcionan mejor y si excede el minuto procura que no sea la regla, sino la excepción.
¿Qué tipo de noticias te sirven para crear las minihistorias?
Antes utilizaba noticias de Cibercuba, de elTOQUE, de ADNCuba y no era tan difícil porque sabes que en Cuba, a cada tanto, hay una noticia insólita. De ahí sacaba los chistes, pero ahora se me ocurren y los hago. También mis seguidores me escriben sus ideas. Tengo mi Facebook llenos de mensajes con quejas de lo que pasa en el país: de las colas, de lo que no hay, de todo.
Las noticias que vienen desde Cuba rara vez son buenas, ¿cómo lidias con ese hecho emocional y creativamente?
No son buenas para nada. Trato de buscar la manera de convertirlas en humor y eso la gente lo agradece cantidad.
¿En quiénes te inspiraste para construir los personajes de Macusa, Carlitos y la Profesora?
Para Carlitos recordé cuando estaba en la escuela, yo era así. Trataron de adoctrinarme, pero me daba cuenta de todo. Siempre discutía con mi profesora porque yo hacía comentarios inapropiados, según su apreciación. Para el personaje me inspiré en ella, que todavía vive y que era comunista, pero ya no. La mamá de Carlitos, Macusa, creo que soy yo en la actualidad.
¿Cuál es tu relación con el Consejo de Estado? ¿Has llamado alguna vez?
En Cuba vivía detrás del Consejo de Estado y desde pequeño jugaba por sus alrededores. Me han mandado los números de teléfono para que llame, pero no me decido. Cuando lo haga será una sorpresa. De lo que sí estoy seguro es que cuando ellos escuchen mi voz se van a morir de la risa, porque probablemente ven mis videos desde el principio.
¿Has sufrido algún tipo de represión o censura?
Lo último que estudié en Cuba fue guía de turismo. Cuando me gradué, iba a las agencias a buscar trabajo, pero como hacía los memes me decían que no podía trabajar ahí por mis publicaciones de Facebook. Me di cuenta de que tenía que irme.
Con mi familia no ha pasado nada hasta ahora, pero sí me he enterado de muchos trabajadores a quienes los han sancionado por ver mis videos. Ellos me han escrito: uno que trabaja en Cimex, otra señora que era jefa de personal en una empresa… Los sancionaron porque mis videos en Cuba están prohibidos, pero la gente los ve y se los pasan de memoria en memoria, están en el Paquete.
Aquí en Sudáfrica hay un muchacho que es informático, y me confesó que cuando llegué acá y empecé con los videos, la embajada lo localizó para que bloqueara mis redes desde aquí.
¿Cuándo te diste cuenta del tipo de Gobierno que rige en Cuba?
En la escuela siempre tuve mis dudas. Una vez, en una clase de Historia o de Español, nos dieron el significado de la palabra «dictadura». Nos dijeron que se trataba de un Gobierno con una persona al frente por más de 40 años, o algo así; entonces le pregunté a la maestra por Fidel Castro, que llevaba tantos años. La profesora me dio con un expediente en la cabeza y me mandó a salir del aula. Al final, no me respondió la pregunta.
Uno se da cuenta poco a poco por las necesidades que pasa allí. En Cuba, por ejemplo, nosotros vivíamos gracias a mi tío que vive en Miami, porque no había nada. Además, todo el mundo te decía: no digas esto y no digas lo otro.
¿Has sentido presión por crear? ¿Cuántos videos subes al día?
Aunque sea uno diario, tengo que subir. Es como un vicio, una droga, no puedo dormir si no hago un video. A veces estoy en una fiesta con amistades y les digo: «¿hay alguien en el cuarto?, préstame un cuarto». Entro, cierro todo y hago un video rápido. Lo subo y ese video tiene tremendo éxito. Tengo que hacerlo, porque sé que hay miles de personas esperando, ellos me lo dicen y es un compromiso que tengo.
Algunos creadores han admitido que cuando salen de Cuba se desconectan de esa musa o fuente de inspiraciones, ¿qué te ha sucedido a ti?
Creo que desde fuera es mejor, ha venido más la musa, porque estoy constantemente atento. Siento que estoy en Cuba, con millones de diferencias, por supuesto. Me levanto y no veo televisión de aquí porque es en inglés. Entonces pongo YouTube y veo todos los chismes. Me entero de cosas que mi mamá y mi familia en la isla ni saben.
¿Crees que la emigración es una forma de rendirse, de agotar las posibilidades de hacer algo desde dentro?
Creo que la emigración en este momento es la única opción que tenemos los cubanos, es como una obligación, pero a veces me entra una nostalgia y me gustaría estar en mi barrio con mi gente, mis amigos.
Cuando vine para Sudáfrica en 2021, no sabía que aquí había cubanos y me sentía mal porque todos eran sudafricanos. Yo decía: «aquí no hay ni un cubano, ni un mexicano, alguien que hable español, nada». Pero recuerdo que luego de la entrevista de Otaola, al día siguiente, me estaban localizando todos los cubanos que residen acá. Ahora ellos son mi familia aquí.
¿Lloras con la misma facilidad que ríes?
No soy tan llorón. Cuando tengo un problema, voy siempre con mi sonrisa como si nada y la gente me pregunta si no me doy cuenta de lo que pasa. Vamos a resolver el problema, soy así. Mis amigos y mi familia lo saben.
¿Cómo piensas, produces, grabas, editas… todo lo que haces?
Desde que empecé a hacer videos lo hago todo solo: edito, pongo el audio. Todo lo hago en un cuarto. En mi habitación armo un aula, una sala, un consultorio. He ido superándome en los cortes de cámara, aunque no conozco nada de edición.
¿Cuánto puede alertar el humor sobre lo que sucede en Cuba?
En Cuba todo el mundo está despierto, pero con un poquitico de humor, la gente entiende más rápido. Al mundo hay que enseñarle que Cuba no es lo que parece, mostrarle cómo es Cuba de verdad, y lo he logrado porque en Tik Tok y otras redes sociales me siguen personas de Puerto Rico, de Uruguay…, y me preguntan si es verdad lo que cuento. Entonces, ellos que son extranjeros se dan cuenta de que el país no es como pretende el Gobierno.
¿Qué esperar de Abejas Memes en 2023?
He intentado hacer otras cosas, pero a la gente lo que le gusta es Carlitos, su mamá, lo que pasa en Cuba. He hecho videos cómicos de otros temas, pero no tienen igual aceptación. Entonces, voy a seguir en esta línea hasta que mis seguidores quieran y, por supuesto, incrementaré los personajes. Viene el papá de Carlitos con la historia de por qué los abandonó, ya verán.