POR ROBERTO ÁLVAREZ QUIÑONES
Desde los tiempos de la colonización española, la Nochebuena es la celebración familiar más esperada en Cuba, tal y como ocurre en los países en los que el cristianismo es parte de su cultura nacional. Pues bien, este año los cubanos van a tener una Nochemala, que no buena.
Por tradición, en Cuba no se concibe la celebración de la Nochebuena sin servir en la mesa familiar el clásico lechón asado criollo. El cerdo asado es a la Nochebuena en Cuba lo que los tamales en México y Centroamérica, las parrilladas de carne bovina en Argentina y Uruguay, el pavo relleno en Brasil, o la hallaca (tamales rellenos con múltiples ingredientes) en Venezuela. Cada nación latinoamericana tiene sus platos tradicionales en estas celebraciones.
Y ahí está el detalle. En 2022, debido al comunismo, cuyo desastre ya tocó fondo, pocas familias cubanas van a poder disfrutar del tradicional cerdo asado este sábado 24 de diciembre.
La cena de cuando Cuba era "explotada por el imperialismo"
Como ocurre cuando una tiranía totalitaria se eterniza, hoy millones de cubanos jóvenes, o simplemente menores de 60 años, no tienen idea de cómo eran las cenas de Nochebuena de sus padres, abuelos o bisabuelos cuando Cuba era "explotada por el imperialismo". Y si se lo cuentan, creerán que son mentiras de viejos fantasiosos.
Veamos por arribita lo que recuerdo yo (que supero con holgura los 60 años de edad) de aquellas cenas navideñas en nuestra entrañable tierra natal: lechón asado generalmente convoyado con arroz congrí, yuca con "mojo isleño", ensalada (preferiblemente de tomates), cerveza, o vino tinto, refrescos o jugos para los niños. Luego había turrones españoles de Jijona, yema o Alicante, así como avellanas y nueces, o dátiles. Además, podía haber flan cubano, o casquitos de guayaba con queso crema, etc. Y como sello final, un aromático cafecito cubano, de verdad, no un mejunje mezclado con chícharos tostados.
Este cuadro seguramente no está completo, pero ofrece una idea a quienes no tienen ninguna. En cuanto al inevitable argumento izquierdoso de que no todas las familias podían cenar así, les digo que es cierto, pero hay un pequeño detalle: en los años 50 eran poquísimos los cubanos que no podían cenar al menos un pedazo de puerco, mientras la abrumadora mayoría sí lo hacía. Hoy es exactamente al revés.
"Se están acabando los puercos, no da negocio criarlos"
La "revolución socialista" produce ya tan poca carne de puerco (y de cualquier otra carne) que prácticamente desapareció del mercado formal. Según cifras oficiales, en 2017 el país produjo casi 200.000 toneladas de carne de puerco, y en 2022 no llegará ni a 26.000 toneladas.
En el mercado informal, cuando "aparece", una libra de cerdo cuesta ya entre 350 y 500 pesos la libra. Por "la izquierda", por solo seis libritas de cerdo para una muy magra cena hay que desembolsar 2.400 pesos, cifra superior en un 14% a un salario mínimo (2.100 pesos).
Imaginémonos a un cubano en Miami con un salario mínimo de 1.906 (vigente actualmente en Florida) pidiendo 266 dólares prestados para pagar 2.172 dólares por ¡seis libras! de carne de cerdo en Sedano’s, Publix, Wall-Mart, BJ’s u otro supermercado.
En los últimos meses, la cúpula dictatorial en Cuba gastó miles de millones de dólares en construir hoteles de lujo para enriquecerse más, y redujo las inversiones y gastos en todo lo demás, incluyendo una drástica reducción en la importación de piensos. Además, paga precios muy bajos a los criadores privados de cerdos, obligados a entregar la carne producida al Estado. Y para colmo, mete en la cárcel a los productores privados más exitosos por criar demasiados puercos y bajo el cargo de "enriquecimiento ilícito".
La moraleja la formuló un productor en Holguín que ya abandonó ese negocio, y prefirió el anonimato: "Se están acabando los puercos, no da negocio criarlos".
Juan José, otro campesino holguinero, sigue en el negocio, pero lo deja en cualquier momento. Le dijo al periodista independiente Yoan González: "Antes yo criaba hasta 300 puercos y ahora apenas tengo 37, ¡y es demasiado!, porque ando corriendo para conseguir comida."
Otro dato. En la provincia de Sancti Spíritus, en 2018, se produjeron 17.000 toneladas de carne de cerdo, y en 2022 esperan alcanzar algo más de 1.400 toneladas, ¡12 veces menos!
El régimen, para no echar más leña al fuego político del descontento popular, comenzó a distribuir magras raciones de carne de cerdo por la "libreta", que al parecer sacó de su arsenal alimenticio secreto de guerra. Son puercos viejos con una carne muy dura, con un pésimo olor porque no han sido adecuadamente refrigerados (acribillados con apagones), y predominan en ellos la grasa, los cartílagos y el hueso.
Tampoco habrá tampoco "pollón asado" este año
Claro, no comer lechón en Nochebuena no es el fin del mundo. Lo que pasa es que esta vez muchas familias cubanas tampoco podrán sustituir tampoco el lechón con un "pollón asado", como hicieron en años anteriores.
Cuba ha reducido las importaciones de pollo congelado, pues el precio internacional ha subido en un 42%, y el país no la produce desde hace décadas. En 2021 Cuba importó 300.000 toneladas de pollo de EEUU, y en 2022 la cifra no alcanzará las 220.000 toneladas. Esa caída en las compras a EEUU no fue compensada por el suministro desde Brasil, que solo ha exportado a la Isla 2.642 toneladas de pollo.
A propósito de esto, la cúpula dictatorial castrista culpa al "criminal bloqueo yanqui" por la falta de alimentos, mientras barcos con pollos congelados de EEUU llegan a La Habana. El último fue el mercante Green Maveric, procedente de Nueva Orleans, que atracó el 11 de diciembre.
Pero hay más (o menos). No solo faltarán el cerdo y el "pollón" asados. Echemos un vistazo a recientes reportes de cuatro periodistas independientes, para tener una idea.
"No hay precedente en la historia para comparar lo que estamos viviendo en la actualidad. La carne de cerdo vale 400 pesos la libra; tres tomates te cuestan 200 pesos, y el Estado no se preocupa ni le interesa la actual situación", reportó hace unos días desde Santa Clara el periodista independiente Guillermo del Sol. Por cierto, pagar por un solo tomate 66 pesos, el 3,1% de un salario mínimo, debiera ser registrado en el Libro Guinness de Récords Mundiales
José Rolando Cásares, desde Pinar del Río, informó: "Este mes nada más dieron dos libras de arroz. Todavía la sal no llegó, y el azúcar que prometieron serán dos libras. El desabastecimiento sigue, totalmente".
Desde San Antonio de los Baños, Artemisa, Daniel Alfaro reveló que "la canasta básica este mes no trajo azúcar, y de granos lo que dieron fue un poquito de chícharos, no hay ni siquiera una calabaza para sancochar".
Y desde la ciudad de Camagüey, Leydis Tabares afirmó que "dieron dos libras de arroz y dos de azúcar; lo demás no llegó. Y de plato fuerte (proteína) no hay nada que comprar. Un cartón de huevos está en 1.500 pesos en la calle".
Esto último es alucinante: que 30 huevos cuesten el 71% de un salario mínimo. Es decir, cada huevo vale 50 pesos, el 2,4% de un salario mínimo. Y volvamos al absurdo: equivaldría a que en Florida un solo huevo de gallina costara 45 dólares.
Todo este triste panorama de escasez y precios de ciencia ficción es responsabilidad personal de Raúl "El Cruel", quien se niega a liberar las fuerzas productivas del campo, y todas las demás.
Lo más indignante es que él, toda la familia Castro y las de los restantes vividores comunistas que usurpan el poder en Cuba, celebrarán en grande con lechones asados por cocineros contratados para la ocasión y festejarán con champán francés, cervezas alemanas, vinos españoles y postres deliciosos, el 64 aniversario de la peor tiranía de América desde que Cristóbal Colón pisó tierra en Bariay y, maravillado por el exuberante paisaje, soltó aquella frase que a todos los cubanos nos enorgullece.
¿Cómo celebran los cubanos de Miami la Nochebuena?
Muchos residentes cubanos de Miami coinciden en que la celebración de la Nochebuena es una oportunidad para olvidar el terrible año que se va.
“Este 24 lo pasaré lo mejor que pueda porque este año solo ha traído desgracia”, dijo un hombre latino.
El lechón o cerdo asado es el plato principal de las mesas cubanas para estas fechas en cualquier parte del mundo.
En Miami, la creatividad de los cubanos exiliados los ha llevado a reutilizar un concepto de los años 50 en la isla: la conocida caja china o caja mágica, la cual no es más que una especie de horno portátil donde se asa el cerdo, cubierto con una placa de metal en la superficie. Para muchos residentes en Florida, la Nochebuena o Navidad no es completa sin el cerdo preparado en la caja china.
“Queremos comprarnos un puerquito y pasarla lo mejor posible en familia”, se le escucha decir a otro entrevistado, quien, además, agrega respecto a las precauciones por el COVID-19: “El que se va a ir, se va a ir. Si se tiene que ir uno de nosotros, ni modo”.
El portal oficial de los CDC (Centros para el Control y Prevención de Enfermedades) lanzó una serie de consideraciones para reuniones, a propósito de estas festividades.
“Dado que los casos, las hospitalizaciones y las muertes en los Estados Unidos continúan aumentando, la mejor manera de celebrar las festividades de invierno es hacerlo en casa y con las personas que viven con usted”, explican las autoridades sanitarias.
Asimismo, aclaran la necesidad de proteger a los grupos vulnerables: “Si es adulto mayor o tiene ciertas afecciones que suponen mayor riesgo de enfermarse gravemente a causa del COVID-19 o vive o trabaja con una persona con mayor riesgo de enfermarse gravemente, debe evitar las reuniones presenciales con personas que no viven en su hogar”.
A pesar de la advertencia de las autoridades sanitarias de cara a este pico epidemiológico que vive el país, un entrevistado respondió lo que pareciera ser la lógica de algunos: “Nos reuniremos como 50 personas. Eso del coronavirus ya está pasando”.
Janny Vázquez, trabajadora del Palacio de los Jugos, declaró que hay un alto nivel de demanda este día. Muchas familias prefieren comprar comida elaborada, no todas optan por el cerdo entero, sino raciones más reducidas.
Un entrevistado mostró un cerdo completo, de 230 libras, para un total de 10 personas, según declaró.
La Nochebuena es la celebración donde tradicionalmente la familia cubana se reúne. Es una evocación a la gastronomía de la isla, donde no debe faltar la yuca con mojo, el congrí, el cerdo asado y los postres caseros. Aunque la situación actual de desabastecimiento en Cuba ha deprimido su gastronomía, la comunidad de emigrados en Florida aún preserva la esencia de estas tradiciones.