Proponen una cacerolada diaria en Chueca para 'recuperar la plaza'
Cacerolada del pasado lunes. Miguel Fernández | Gema N. García Ruipérez | Agencias | Madrid
Las cacerolas han resonado esta noche en la plaza de Chueca y lo seguirán haciendo, cada día, a las 21.00 horas, hasta que el ayuntamiento permita que el emplazamiento acoja las fiestas del Orgullo Gay, en contra de lo acordado la pasada semana.
La prohibición en el lugar se basaba en el hipotético alto nivel de decibelios durante las celebraciones que este año se celebrarán entre el 29 de junio y el 3 de julio. Pero ante ruido, más ruido. Centenares de personas se han congregado para mostrar su descontento con la situación, aunque menos que en la víspera, según los organizadores.
El acto se ha cerrado con una sentada y un breve discurso por parte de la autora del escrito 'Recuperar la plaza de Chueca'. El panfleto acusaba a Ayuntamiento y PP: "No le gusta la plaza de Chueca por lo que significa el movimiento gay, pero sí el negocio que genera. Y por eso simpatizan con la asociación de vecinos A.V Chueca" que, en su opinión, "obstaculiza el desarrollo del barrio porque si acaban con la plaza de Chueca, acaban con lo que significa y también con nosotros.
'Chueca somos nosotros'
Este sentimiento ha sido compartido por la mayor parte de los manifestantes y ocasionales, con turistas sonrientes y pancartas, escasas, que pedían la dimisión de Ana Botella y aseguraban que 'Chueca somos nosotros y el Orgullo es Chueca'. Otras consignas han sido menos recatadas al decir 'Me gustan las peras, me gustan las manzanas y meto ruido porque me da la gana', 'De la plaza de Chueca no nos moverán' o 'Gallardón, Botella, capullos, Chueca es nuestro orgullo'.
Alrededor de la plaza se debatía sobre lo justo o injusto que es la decisión tomada por el Ayuntamiento. Un holandés que reside en España ha resaltado que en "La noche en blanco o en La Paloma se hace el mismo ruido y no pasa nada, son unos homófobos". En cambio, una vecina del barrido ha animado a la gente a "no venir y dejar vivir un poquito". La han abucheado, se ha ido y una manifestante la ha defendido porque "todos tienen derecho a protestar"
Al final se han quedado 4 grupos, y en uno de ellos Javier Sánchez ha manifestado que "La gente está asustada. No han venido más porque tienen miedo de que la Delegación investigue lo que sucedió ayer con Gallardón".
'Aquí gana todo el mundo'
Una de las mayores quejas que hay contra Chueca es que sólo ganan los hosteleros, mientras que otros sectores obtienen considerables pérdidas. Esto no es así para un empresario que posee una tienda de ropa. Este hombre dice que "lo más fácil es doblar la caja. Aquí gana todo el mundo, quien diga lo contrario miente. La gente que se queja es la que ha venido nueva a vivir. La esencia pura de Chueca ha desaparecido porque las firmas se han quedado y son las que se quejan Está de moda venir aquí porque es un barrio fashion. Lo malo de todo esto, es que la gente de toda la vida, la gente mayor, está a favor del Orgullo".
Este empresario es gay, pero no se casa con nadie porque ha vivido presiones desde varios frentes, entre ellos "del colectivo que lleva el Orgullo y que se dice democrático, pero no aceptan que puedas defender a la derecha. Cuando defiendo a Gallardón me ponen de vuelta y media".
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