Tom Jones, cuerpo y alma
El cantante fundirá sus éxitos y el material espiritual de su nuevo disco en el cierre de Cap Roig
Tom Jones ha ejercido, durante cuatro décadas, de reserva oficial de testosterona del pop planetario, pero, por lo visto, todo tiene un límite. En su último disco, Praise & blame (Alabanza y culpa), publicado el pasado otoño, el Tigre de Gales ofrece un repertorio de blues, folk y gospel con medios tiempos intensos, climas recogidos y estrofas trascendentales con fondo espiritual. Hoy y mañana veremos, en el cierre del Festival de Cap Roig, de Calella de Palafrugell (22.00 horas), cómo se las arregla para mantener en equilibrio el cuerpo y el alma en un repertorio que integrará canciones de todas sus etapas.
Alejado de los revivals que animaron su carrera entre los 80 y los inicios del nuevo siglo, Jones, de 71 años, reaparece como superviviente de varias vidas artísticas y comerciales. Su aura de seductor y cómplice de la industria de lencería femenina (el lanzamiento de ropa interior ha sido un clásico de su carrera) sigue bien viva en la memoria del público, pero el cantante galés ha querido poner un acento profundo a su producción otoñal. Si, hasta ahora, sus discos parecían tener como objetivo (no siempre consumado) la dominación de los hit parades, Praise & blame maneja otros parámetros.
Es un disco de raíces, en línea con los realizados en los últimos tiempos por muchos veteranos del estrellato pop (desde Neil Diamond a Cyndi Lauper), que contiene adaptaciones de Bob Dylan, John Lee Hooker y la figura del gospel Sister Rosetta Tharpe, así como piezas tradicionales. Ese repertorio de tempos introspectivos permite a los fans disfrutar de su carisma vocal. El cantante, que, por cierto, ha dejado de teñirse el pelo, saca partido de su voz profunda entre arreglos austeros y atmósferas rurales. Un Tom Jones situado a unos 180 grados del que hace una década inflamaba las pistas de baile con Sex bomb.
REPERTORIO HÍBRIDO / Pero, en su nueva gira, ha evitado la radicalidad y ha apostado por un repertorio híbrido con material nuevo y hits del pasado. El diálogo no se presagia fácil, dada la enorme distancia estilística y anímica entre esos temarios. Pero, como hace unas semanas en el recital de Cyndi Lauper en Porta Ferrada, donde su Memphis blues se dio la mano con los éxitos ochenteros, Tom Jones parece haber encontrado la manera de fundir su presente espiritual y su pasado hedonista.
El público de Cap Roig difícilmente se quedará sin el desfile de hits: en las actuaciones de este verano, Jones está repescando las célebres It's not unusual, Delilah, Green, green grass of home, I'll never fall in love again, Kiss, su versión de You can't leave your hat on, de Randy Newman (que grabó para la película The full monty) y hasta la inflamada Sex bomb, que había renunciado a cantar en la primera parte de la gira. Las canciones de Praise & blame se apelotonan en la primera mitad del recital.
El doble pase en Cap Roig llega ocho años después de su última visita a Catalunya, un Palau Sant Jordi que, en junio del 2003, lució medio vacío en la presentación de un disco fallido, Mr. Jones. Entonces vivíamos la resaca de su último revival, el de Reload (1999), rejuvenecedor disco de dúos con The Cardigans, Stereophonics y otros vendedores del momento, con el que visitó Barcelona dos veces y llenó consecutivamente el Palau d'Esports (2000) y, ahí sí, el Sant Jordi (2001).
Así ha sido la trayectoria de Tom Jones durante más de cuatro décadas, alternando éxitos universales y sonoros pinchazos; momentos de gloria y largos olvidos. El galés parece haberse hartado de ese deporte de riesgo que es el pop con vocación comercial. Pero, aun en su crepúsculo, pocos pueden presumir de haber alimentado las pistas de baile de tres generaciones.
Tom Jones
Tom Jones se hizo conocido en la década de los 60 por su estilo macarra y por su sensualidad.
Apodado El Tigre de Gales, cautivaba a muchos, aunque otros lo veían como un imitador de Elvis Presley.
Su primer sencillo fue grabado para la casa discográfica Decca en 1964 con la canción “Chills And Fever”; el tema no tenía mucho interés, pero el éxito llegó en 1965 con la canción “It's Not Unusual”. Ese mismo año, graba la canción para la película de James Bond “Thunderball”. En 1966, su popularidad empieza a consolidarse a través de un propuesta madura, transformándose en un gran crooner con canciones como “Green Green Grass of Home”, “What's New Pussycat”, “Help Yourself” y sobre tode "Delilah”, que fue número 1 sin paliativos en todo el mundo.“
Tom Jones ha vendido más de 100 millones de sus álbunes.