Escuchando a Obama
'Confieso que me he emocionado cuando el mandatario
norteamericano le ha pedido al Congreso que suspenda el embargo a Cuba.'
Por Dariela Aquique Luna | La Habana | Diario de CubaClaro que no lo hizo la televisión cubana, pero TeleSur sí trasmitió en vivo e íntegramente el discurso del Estado de la Unión que pronunciara en horas de la noche de ayer el presidente Barack Obama. Su espontaneidad, su tono afable aunque convincente, su manera de exhortar y no de prescribir y cada uno de los asuntos que abordara en su disertación; me hacen pensar que este hombre es tal vez ahora mismo uno de los políticos más progresistas que tenga el mundo, solo por no pecar de absoluta.
En la recta final de sus dos periodos de mandatos, cuando solo le quedan dos años en la Casa Blanca, Obama no quiere dejar el ruedo sin haber cumplido sus propósitos. Y como él mismo aclaró, a estas alturas del partido sus propuestas van más allá de las promesas para ganar adeptos en una campaña electoral, se trata de hacer lo que cree es lo justo y lo mejor para su país.
Escuchando un discurso como este y viendo las reacciones naturales del auditorio, que se para y aplaude, que se emociona y lo expresa; o que sencillamente disiente y no palmotea, y se queda sentado; viendo y escuchando un discurso como este, donde no hay obligada unanimidad, ni concebidas consignas gritadas, le veo un poco de cerca la cara a la democracia, a esa que desconozco porque nací en Cuba a solo once años de que entraran a La Habana los barbudos y he vivido acá en esta isla, de la que no me quiero ir, toda mi vida.
Confieso que me he emocionado cuando el mandatario norteamericano le ha pedido al Congreso que suspenda el embargo a Cuba. Cuando ha hablado de las reformas que son menester hacer a favor de los inmigrantes que hacen también parte importante de la economía y de la sociedad estadounidense. Cuando ha referido sin atavíos ni frases hechas el respeto a la diversidad. Más allá de ser hombre o mujer, blanco o negro, gay o heterosexual, demócrata o republicano.
Yo que desde niña estuve acostumbrada a escuchar solo dos tipos de alocuciones, las altisonantes, panfletarias y extensas arengas del Comandante. Y desde hace unos años las escuetas, siempre leídas y poco atractivas proclamas del General. Pero ambas con algo en común, la marcada intención de convencer al pueblo que nada hay más justo que el socialismo (el de ellos). Esas fanatizadas soflamas que pretenden siempre mostrar el lado oscuro de cualquier otra práctica política, quedarían un poco en entredicho si todos los cubanos pudieran escuchar enteramente el discurso de Obama, donde quedó demostrado que sí es posible luchar por la equidad social (al menos intentarlo), independientemente de ser capitalistas o socialistas.
El gobernante norteamericano ha demostrado sus excelentes dotes de orador, este discurso anual del Estado de la Unión será quizás considerado junto al Gettysburg Address de Abraham Lincoln y I have a dream de Martin Luther King, uno de los mejores de la historia estadounidense.
Tal vez a los lectores les parezca que he tenido un exceso de entusiasmo ante un discurso. Y quizás tengan razón, pero no estoy acostumbrada a proclamas como esta. Este ha sido un discurso positivo y esperanzador, en un contexto donde todo parece empezar a cambiar de una vez y por todas. Siempre oí peroratas al punto del paroxismo politiquero. Y escuchando a Obama, yo que quiero una Cuba distinta, I have a dream.
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