Marco Rubio:
Atrapado en la misma vieja y cansada perspectiva acerca de Cuba
Marco Rubio
Un cubano guapo y de portada de revista, pero del lado equivocado de la nueva política hacia Cuba
Tampa Bay Times
El senador Marco Rubio tiene una nueva presidencia senatorial, pero la misma vieja y cansada perspectiva acerca de Cuba. El nuevo presidente del Subcomité Senatorial de Relaciones Exteriores para el Hemisferio Occidental estuvo criticando otra vez esta semana al presidente Barack Obama por la prometedora apertura diplomática lanzada con Cuba. Rubio está fuera de contacto con el público y del lado equivocado de la historia, y sus opiniones dañan la causa de la democracia en Cuba y los intereses de los floridanos.
El senador republicano usó la primera audiencia congresional desde que Obama anunció un cambio en la política hacia Cuba para proclamar que él está “bastante convencido” de que la medida no provocaría un cambio positivo. Eso no es sorprendente para un legislador que se ha aferrado a que 54 años de aislamiento han funcionado. Pero es irresponsable por parte de un presidente senatorial que está rumiando postularse para presidente, y cuyo estado natal es un participante enorme en el debate, y que debe ganar económicamente de una mejoría en las relaciones.
En diciembre, Obama anunció un próximo relajamiento de las restricciones contra Cuba, expandiendo los viajes legales a la Isla, aumentando la cantidad de dinero que podría enviarse a cubanos y autorizando nuevas exportaciones comerciales a la Isla. Aunque solo el Congreso puede terminar el embargo comercial norteamericano, las medidas tomadas por la administración incrementarán los contactos entre las dos naciones, dando a aquellos en el estado comunista más exposición a los ideales occidentales.
El presidente también está trabajando para restablecer los lazos diplomáticos con Cuba, incluyendo la apertura de una embajada en La Habana. La mejoría en las relaciones diplomáticas traería beneficios inmediatos, permitiendo a ambas partes una mejor coordinación en todo, desde los esfuerzos de interdicción de drogas y ayuda en caso de desastres, hasta asuntos migratorios y derrames de petróleo en el Golfo. Las nuevas disposiciones del comercio ayudarán a más familias cubanas que luchan por sobrevivir. También apuntalarán al naciente sector privado de Cuba y ayudarán a abrir la sociedad, allanando el camino a las nuevas comunicaciones entre los dos países.
Estos esfuerzos llevan su tiempo, y no es fácil superar las sospechas por ambas partes, después de medio siglo como enemigos. Pero eso es lo que ha traído el aislamiento. Ha sido una dolorosa lección durante décadas, pero el público norteamericano se ha dado cuenta y también los cubanoamericanos en la Florida. Las encuestas muestran que una mayoría de norteamericanos apoya la apertura de lazos con Cuba. Esa es también la opinión de la grande e influyente comunidad cubanoamericana en el sur de la Florida. La Encuesta de Cuba en la Universidad Internacional de la Florida, que es el más antiguo proyecto de investigación para seguir la opinión cubanoamericana en el sur de la Florida, descubrió el año pasado que las dos terceras partes de los encuestados favorece los lazos diplomáticos con Cuba, aunque una exigua mayoría se opone al embargo. La generación más joven se opone al embargo por una mayoría de casi dos tercios.
Estas son las voces que Rubio necesita reconocer y que el Congreso necesita oír. Hay serias diferencias que separan a los gobiernos de Cuba y EE.UU., y a Cuba le falta mucho camino por recorrer en cuanto a los derechos humanos y la libertad económica. Pero no tiene sentido proseguir en un rumbo que no ha funcionado durante medio siglo y oponerse a reformas positivas porque provienen de un demócrata en la Casa Blanca.