¿Por qué Cuba sanciona con tanta severidad el sacrificio de ganado?
Los cubanos a menudo bromean diciendo que las vacas son tan sagradas en la isla
Comer carne de res en Cuba es un lujo, sacrificar vacas sin pedir permiso al estado, un delito.
Redacción BBC Mundo Cuando la policía cubana irrumpió en su casa en el barrio habanero de Marianao en junio de 1985, Celestino Hernández Banasco supo que estaba perdido.
Los agentes descubrieron de inmediato los más de 200 kilos de carne de res que le había comprado a unos hombres durante la madrugada.
Parte de la carne era para consumo familiar, pero Hernández Banasco, quien por entonces era carnicero, planeaba vender el resto "y usarlo para vivir, porque la vida allí es muy dura", contó a BBC Mundo desde su actual residencia en Miami.
La experiencia marcó su vida y la de su familia. Estuvo detenido durante un mes y 18 días en una dependencia del Departamento Técnico de Investigaciones (DTI) de la policía antes de ser enviado a prisión, donde cumplió 8 meses de cárcel.
"Fue difícil, sobre todo el paso por el DTI, porque querían que confesara que yo había participado en el sacrificio de los animales y eso no era cierto. Me tuvieron en un cuarto oscuro, me interrogaban a toda hora, perdí la noción del tiempo y bajé hasta 80 libras (36 kilos)", recuerda Hernández, de 61 años, quien se radicó en Miami en enero de este año.
Aunque fue acusado de hurto y sacrificio ilegal de ganado vacuno, su abogado logró cambiar la causa por la de "receptación ilegal", que conlleva a una pena máxima de un año de cárcel. En el momento del juicio, ya Hernández había cumplido la condena y quedó en libertad.
BBC Mundo conoció también la historia de otro cubano, encarcelado en 1978 a los 17 años por matar vacas en la finca Niña Bonita, en La Habana.
"Me entregué, me tuvieron incomunidado durante 21 días y me pedían 8 años de cárcel pero nunca me hicieron juicio. Por suerte salí a los dos años, cuando abrieron las cárceles para que nos fuéramos por el Mariel (en 1980)", contó el hombre, quien vive en Wisconsin, EE.UU., pero prefirió no ser identificado.
Ellos son apenas dos de los miles de cubanos que han sido enjuiciados y condenados a prisión durante décadas a causa de delitos relacionados con el sacrificio ilegal de ganado vacuno.
Y llama la atención que este viernes, cuando el gobierno cubano anunció una amnistía a 3522 presos a raíz de la visita del Papa Francisco, excluyera a los condenados por este delito.
"No se incluyeron (en la amnistía) sancionados por delitos de asesinato, homicidio, violación, pederastia con violencia, corrupción de menores, hurto y sacrificio ilegal de ganado mayor, tráfico de drogas, robo con violencia e intimidación en sus modalidades agravadas, ni aquellos por delitos contra la seguridad del Estado", indicó la nota oficial, publicada en el diario Granma.
Vacas estatales La drástica caída de las cantidades de ganado en las últimas décadas parece imparable.
La severidad de las condenas por hurto y sacrificio de ganado mayor en Cuba aumentó en 1999
Antes de la llegada al poder del gobierno de Fidel Castro en 1959, la isla contaba con 6 millones de cabezas de ganado vacuno, mientras que actualmente se cree que hay poco más de 4 millones, repartidas entre 6.390 entidades estatales y cooperativas y 242.000 propietarios individuales, según cifras oficiales reflejadas en la prensa estatal.
Pero todas pertenecen de facto al estado, ya que ni siquiera los propietarios individuales pueden sacrificar reses sin permiso.
"Aquí las vacas son casi tan sagradas como en la India, casi que no les puedes cortar las pezuñas", comentó a BBC Mundo una empresaria agrícola cubana que prefirió mantener el anonimato.
La mujer ha comenzado el proceso burocrático para adquirir una vaca y un ternero, con el objetivo de dedicarlos a la producción de leche. Ya solicitó autorización de la Asociación Nacional de Agricultores Pequeños (ANAP), y esta entidad estatal debe enviar el pedido al Ministerio de Agricultura para su aprobación.
Además, un veterinario debe certificar el estado de salud de los animales.
La carne de res es un lujo y un anhelo en la mesa cubana. Sólo puede adquirirse legalmente en tiendas en dólares, donde sin embargo no se vende la de mejor calidad.
Oro rojo En los primeros años de la revolución, el gobierno atribuyó la incipiente reducción de la masa ganadera a las acciones de sabotaje de sus opositores internos. La protección del ganado comenzó a ser prioridad nacional.
El sacrificio ilegal fue tipificado como delito en 1979, en el primer Código Penal de la Revolución. En 1987 se incluyó el de caballos.
Durante la crisis económica conocida como Período Especial, que comenzó con la década de 1990, el sacrificio de ganado mayor fue el delito más frecuente en los tribunales cubanos, de acuerdo con Camilo Loret de Mola, quien ejerció como abogado en Cuba entre 1989 y 1999.
"En La Habana podían realizarse hasta cinco juicios diarios por este motivo", comentó a BBC Mundo.
"No había comida y la carne de res se convirtió en una especie de oro rojo. Los campesinos llegaban a amarrar las vacas a las vías férreas o soltarlas en la Autopista Nacional, porque de ese modo el animal oficialmente había muerto en un accidente y podían aprovechar la carne".
El fenómeno creó redes de delincuencia que se ramificaron en el mercado negro y que persisten actualmente.
Condenas más severas Otro delito común en la década de 1990, las salidas ilegales del país, se fue despenalizando paulatinamente, pero la severidad de las condenas por sacrificio de ganado mayor se incrementó en 1999, cuando se modificó el artículo 240.1 del código penal, aún vigente.
Este desglosa en cuatro delitos los relacionados con el sacrificio no autorizado de este tipo de ganado:
El que venda, transporte o comercie con carne de ganado mayor sacrificado ilegalmente será sancionado con privación de libertad de tres a ocho años.
Quien adquiera carne de ganado mayor sacrificado ilegalmente, puede recibir una sanción de privación de libertad de tres meses a un año o multa de cien a trescientas pesos, o ambas.
Quien ilegalmente suministre la carne a centros de elaboración, producción, comercio o venta de alimentos, puede ir a la cárcel de dos a cinco años.
Quien sin notificar a las autoridades sacrifique un ganado mayor que haya sufrido un accidente, puede recibir una multa de 100 a 300 pesos.
Campañas ineficaces En una intervención ante la Asamblea Nacional en 1999, el entonces mandatario cubano Fidel Castro insistió en que la sociedad cubana debía erradicar estos delitos.
Cuatro años después, ante ese mismo foro, su hermano y actual presidente, Raúl Castro, admitió que amplios sectores de la sociedad participan en el sacrificio ilegal de ganado.
"La Policía Nacional Revolucionaria en estrecha cooperación con las organizaciones políticas y de masas, ha asumido la tarea de erradicar definitivamente el cuatrerismo de los campos cubanos, delito en cuya ejecución participan en complicidad con los matarifes, jefes y especialistas de empresas estatales, unidades básicas de producción cooperativa, agricultores pequeños, veterinarios y directores municipales y otros funcionarios de la institución que se supone debe velar por el crecimiento de la masa ganadera en el país, me refiero al Centro de Control Pecuario", afirmó.
También señaló que el delito floreció con impunidad durante décadas, a pesar de las numerosas campañas por erradicarlo.
En 2011 se reportaron 22.728 casos de hurto y sacrificio de ganado. La carne se vende en el mercado negro a precios que oscilan entre US$0.90 centavos y US$1.10 por libra, un alto precio tomando en cuenta que el salario promedio de los cubanos es de unos 20 dólares mensuales.
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