En lugar de una mejora después del
restablecimiento de las relaciones, en la Avenida del Puerto todo se acabó
Yumas en La Habana: ¿ya vienen llegando?
Por Víctor Manuel Domínguez | La Habana | Cubanet
¿Sirvió de alivio la visita papal para los menesterosos, buquenques, prostitutas, cuentapropistas, vendedores furtivos, paseantes, comensales y trabajadores de Habaguanex S.A que vieron como los cafés Isaman, La Bahía y Casa Blanca, fueron cerrados porque sus vertimientos contaminan el ecosistema marino del litoral en torno a la Avenida del Puerto de La Habana?
¿Será creíble que después de alrededor de 25 años enclavados de frente al Castillo de la Real Fuerza y de espaldas al Cristo de la bahía, el orine de los comensales y los residuos de los tres kioscos sean la causa verdadera del cierre de unos establecimientos que daban vida y recreo a la gente?
Para la mayoría de los 34 trabajadores de Habaguanex S.A que laboraban ahí durante 12 horas, en días alternos, y por 295 pesos al mes en moneda nacional, esa no es la razón. Según especulan algunos, el cierre es motivado por la supuesta avalancha de cruceros cargados de turistas, que no deben mezclarse con todos los estratos de la sociedad cubana que proliferan en ese lugar.
Cuando el río suena…
Cuentan los trabajadores que, desde el anuncio del restablecimiento de las relaciones Cuba-USA el pasado 17 de diciembre, un chismorreo creciente comenzó a rondar las desvencijadas carpas de los kioscos, sus emergentes cocinas, y la escasez de insumos que ponían el servicio en estado de alarma.
No obstante, los trabajadores siempre sacaron adelante, con recursos propios, un servicio de calidad. “Lo hacíamos todo. Desde remendar las carpas o pagar de nuestros bolsillos para que lo hicieran, hasta comprar vasos, platos y lo que hiciera falta a la hora de atender al público, expresó una ex mesera del lugar.
Por su parte, un cocinero señaló: “Nos sacaban el quilo. Pero este lugar era tranquilo. Había personas de todo tipo, como en cualquier parte del país, y nunca hubo problemas. Cerraron los kioscos para alejar a la población de los turistas que vendrán. Otro apartheid. Sueñan con llenar la bahía de cruceros”.
Asimismo, una cajera apuntó: “Nos han crucificado como regalo a la visita del Papa. El viacrucis de 34 familias comienza hoy, pues enviarnos para la casa con el 100 % del salario de septiembre, dicen que el 60 % en octubre, y después quién sabe hasta que nos reubiquen, es una medida inconstitucional”.
Reunidos el pasado lunes con los funcionarios que decidieron cerrar los kioscos de la bahía, los trabajadores escucharon las razones torcidas, los argumentos prefabricados y las mentiras tronantes de quienes los condenaron al desempleo, después de más de dos décadas laborando en Habaguanex S.A.
Ya vienen llegando
Para las ‘trabajadoras sexuales’ (jineteras) es un duro golpe el cierre del lugar. Entre los tres kioscos se movían a diario decenas de extranjeros que tenían la posibilidad de ‘enganchar’. Sin presión policial, rondaban a sus presas con discreción, hasta lograr aunque fuera un pollo, una cerveza, o un ‘Cuba libre’.
Yaneisis, una visitante habitual, quien se jacta de haber levantado “puntos” que la llevaron hasta La Maisson, El Pedregal y El Diablo Tun Tun, y le compraron ropas, blúmeres, zapatos, aceite y otros artículos de “primera necesidad”, tras este despelote del cierre, tendrán que cambiar de escenario.
“Si hasta hoy sólo ligábamos tembas con ganas de descansar, o uno que otro joven parrandero que pagaba un cuarto donde matar jugada por cinco, diez dólares y para de contar, ahora el negocio se jodió. Al menos aquí. La lucha sigue porque hay que vivir. No importa si tengo que cogerlos al desembarcar”.
Por su parte, las floristas, los arrendadores de autos viejos y los vendedores de discos, confituras, tabaco, ron y otros productos dicen que les cayó arriba una salación. En este lugar, sin apenas ganancias, hacían el diario que les daba para comer. Ahora tendrán que desandar la Habana Vieja como Eusebio Leal.
El criterio general de los afectados es que la cosa va de mal en peor. En lugar de una mejora después del restablecimiento de las relaciones, en la Avenida del Puerto todo se acabó. Trabajadores, visitantes y el constante ajetreo del lugar quedó en el pasado. Según la mayoría, los yumas ¿ya vienen llegando?
Nota: en Cuba a los ciudadanos que viven en los Estados Unidos, el pueblo suele llamarlos Yumas.