Kasha Nabagesera: "Unir a la comunidad LGBT de Uganda ha sido el mayor logro"
Ser homosexual en un país donde está prohibido implica llevar una vida clandestina y solitaria. En este contexto, unir a la comunidad LGBT ha supuesto el "mayor logro", reconoce a Efe la activista ugandesa Kasha Nabagesera, que recibió hoy el Nobel Alternativo de la fundación Rights Livelihood Award.
Contable de profesión, Nabagesera nunca ha escondido una orientación sexual que casi le costó la expulsión de la universidad en 2002, momento en el cual decidió dedicarse al activismo y creó una ONG que dirigió durante 10 años.
"Recibir un premio tan prestigioso es siempre una buena noticia. No solo es una motivación para seguir haciendo lo que hago, sino que también es un reconocimiento a tantos años de lucha, aunque tenga que ser fuera de Uganda", señala la activista, que no tiene intención de abandonar su país a pesar de las amenazas que recibe.
La valentía de Nabagesera y de otros compañeros de lucha ha permitido que los homosexuales ugandeses tengan ahora a quien acudir cuando se sienten en peligro, si bien reconoce que aún queda un largo camino por recorrer, porque "la mentalidad de las personas no cambia de un día para otro, y la del Gobierno tampoco".
Los homosexuales son perseguidos, asaltados y detenidos de forma arbitraria en Uganda, donde su orientación es castigada con pena de cárcel, pero hay personas y organizaciones que levantan la voz e intentan que su causa forme parte del día a día de los ugandeses.
Nabageresa fue una de las tres personas que denunciaron a un conocido tabloide ugandés que publicó una lista con 200 nombres y numerosas fotos de personas sospechosas de ser homosexuales bajo el titular "Expuestos". Y ganó el caso.
También formó parte del reducido número de activistas que llevaron a los tribunales la llamada "Ley antigais" que el Parlamento de Uganda pasó en febrero de 2014 y que el Tribunal Constitucional anularía meses después porque fue aprobada sin el quórum necesario.
El Gobierno apeló al Supremo, que aún no se ha pronunciado, y además ha reactivado los mecanismos parlamentarios para volver a tramitarla.
La frenética actividad de Nabageresa en los tribunales, medios de comunicación y foros de debate le han creado muchos enemigos, pero no se deja intimidar: "Tengo muchos proyectos que quiero realizar en mi país y no quiero resignarme a pensar que no va a ser así".
Además de hacer campaña en Uganda, viaja siempre que puede y es habitual verla en foros internacionales como el Consejo de Derechos Humanos de la ONU o la Comisión de Derechos Humanos de la Unión Africana, aunque no siempre acude como invitada.
"El premio también es un espaldarazo financiero para mi trabajo, ya que no es fácil conseguir fondos para hacer activismo en Uganda", confiesa Nabageresa, que además está involucrada en otros proyectos como la marcha del Orgullo Gay o la revista "Bombastic", una publicación que cuenta historias cotidianas de gais ugandeses.
La visita del papa Francisco a Uganda era un momento muy esperado por los homosexuales, pues el pontífice se ha mostrado más respetuoso que sus antecesores con la comunidad LGBT.
Confiaban en que el papa diera un paso al frente y se posicionara de forma más clara en su defensa, pero no ocurrió y la esperanza se desvaneció.
En opinión de Nabagesera, el papa no puede limitarse a pedir respeto "para todos los hombres y mujeres", sino que debe ser más específico y "hablar abiertamente de los homosexuales o, al menos, de las minorías" porque de lo contrario el alcance de su mensaje es limitado.