Pàgina principal  |  Contacte  

Correu electrònic:

Contrasenya:

Inscriviu-vos ara!

Heu oblidat la vostra contrasenya?

Cuba Eterna
 
Novetats
  Afegeix-te ara
  Plafó de missatges 
  Galeria d’imatges 
 Arxius i documents 
 Enquestes i Tests 
  Llistat de Participants
 BANDERA DE CUBA 
 MALECÓN Habanero 
 *BANDERA GAY 
 EL ORIGEN DEL ORGULLO GAY 
 ALAN TURING 
 HARVEY MILK 
 JUSTIN FASHANU FUTBOLISTA GAY 
 MATTHEW SHEPARD MÁRTIR GAY 
 OSCAR WILDE 
 REINALDO ARENAS 
 ORGULLO GAY 
 GAYS EN CUBA 
 LA UMAP EN CUBA 
 CUBA CURIOSIDADES 
 DESI ARNAZ 
 ANA DE ARMAS 
 ROSITA FORNÉS 
 HISTORIA-SALSA 
 CELIA CRUZ 
 GLORIA ESTEFAN 
 WILLY CHIRINO 
 LEONORA REGA 
 MORAIMA SECADA 
 MARTA STRADA 
 ELENA BURKE 
 LA LUPE 
 RECORDANDO LA LUPE 
 OLGA GUILLOT 
 FOTOS LA GUILLOT 
 REINAS DE CUBA 
 GEORGIA GÁLVEZ 
 LUISA MARIA GÜELL 
 RAQUEL OLMEDO 
 MEME SOLÍS 
 MEME EN MIAMI 
 FARAH MARIA 
 ERNESTO LECUONA 
 BOLA DE NIEVE 
 RITA MONTANER 
 BENNY MORÉ 
 MAGGIE CARLÉS 
 Generación sacrificada 
 José Lezama Lima y Virgilio Piñera 
 Caballero de Paris 
 SABIA USTED? 
 NUEVA YORK 
 ROCÍO JURADO 
 ELTON JOHN 
 STEVE GRAND 
 SUSY LEMAN 
  
  
  
  
  
  
  
  
  
  
  
  
  
  
 
 
  Eines
 
General: ¡No jodan!, cualquier cosa puede suceder en Cuba-Macondo
Triar un altre plafó de missatges
Tema anterior  Tema següent
Resposta  Missatge 1 de 1 del tema 
De: SOY LIBRE  (Missatge original) Enviat: 09/06/2016 14:03
LA MARAVILLA DE PROCLAMAR CIUDAD MARAVILA A LA HABANA
 
cuba_en_venta.jpg (1920×1237)
CUALQUIER COSA PUEDE SUCEDER EN CUBA-MACONDO
               Eugenio Yáñez | Cuba Encuentro
La Habana ha sido oficialmente designada por la organización New7Wonders como una de las siete maravillas del mundo moderno, debido a su “atractivo mítico, lo cálido y acogedor de su ambiente y el carisma y jovialidad de sus habitantes”.
 
Elevada a equivalente contemporáneo del Mausoleo de Halicarnaso, el Coloso de Rodas o los Jardines Colgantes de Babilonia, aunque el régimen haya reconocido que la mayor parte de las edificaciones de la ciudad está en regular o mal estado.
 
Según el director de New7Wonders la selección se realizó mediante un “proceso democrático global”. Lo que demuestra cómo la tiranía de las mayorías, lo políticamente correcto, y la manipulación de información en un régimen totalitario, pueden viciar cualquier análisis de cualquier cosa y en cualquier momento.
 
No hay que sorprenderse cuando en las comisiones de derechos humanos de organismos internacionales participan “democracias” como Belarús, China o Zimbabwe, por aquello de representatividad continental, o se lo otorga la sede del mundial de fútbol a un país más pequeño que el estado de Connecticut con dos millones y medio de habitantes, pero con dinero suficiente para comprar cuanto directivo de instituciones deportivas haga falta para realizar allí lo mismo un escándalo que un homenaje.
 
Entonces, no hay que pasmarse con la noticia de que se develó en el Castillo de San Salvador de La Punta, en la capital de la isla-finca, una placa acreditándola como Ciudad Maravilla, y donde el inefable historiador de la ciudad dijo tranquilamente que “Por suerte, la ciudad está intacta, venida a menos a veces, pero cuando se rasga el velo de esa aparente decadencia, aparece su esplendor en cualquier edificio, en cualquier sitio. Lo que hay que tener es ojos para ver la maravilla y un corazón que nunca desmaye”.
 
“Venida a menos a veces”, dice el historiador de la ciudad con su colosal desvergüenza, que supera con creces su amplio conocimiento profesional de la urbe. Porque después de 57 años olvidada, abandonada, destruida y despreciada por los mayorales de Birán con complejos de guajiritos orientales envidiosos de la capital, pretenden ahora que el mundo crea que es una “Ciudad Maravilla”.
 
Pero las verdaderas maravillas de La Habana no pueden limitarse a calles adoquinadas en La Habana Vieja, la Plaza de la Catedral, restos de murallas, el cañonazo de las nueve de la noche en El Morro, La Bodeguita del Medio y la afabilidad de sus habitantes. ¿Y del resto de la ciudad, qué?
 
La verdadera maravilla es que en la capital no se hayan derrumbado miles y miles de edificaciones en Centro Habana, El Cerro, Arroyo Naranjo, Arroyo Apolo, Diez de Octubre, La Lisa, Marianao, Habana del Este, San Miguel del Padrón, Guanabacoa, Regla, Lawton, El Cotorro, o cualquiera de las otras zonas por donde no pasean los turistas ni viven los dirigentes, y que se mantienen en equilibrio milagroso desafiando leyes de la física y la lógica.
 
No es “aparente” la decadencia en esa Habana donde se suministra agua a la población cada dos, tres, cuatro, cinco o más días, o con “pipas” (camiones cisternas) quién sabe cada cuánto tiempo, porque hace más de medio siglo no han habido verdaderas inversiones para reparación y mantenimiento de acueductos y alcantarillados, y si todavía funcionan los existentes es por las obras públicas acometidas en aquella “república neocolonial” que tanto desprecia y denigra la llamada “revolución”.
 
No es “aparente” la decadencia en esa Habana donde calles y aceras están repletas de huecos y aguas estancadas por falta de reparaciones, y donde caminar a cualquier hora se convierte prácticamente en un acto de equilibrismo, con excepción de las zonas donde el régimen tienen intereses específicos o residen los “dirigentes”.
 
No es “aparente” la decadencia en esa Habana donde la recogida de basura es esporádica y solamente Dios sabe cuándo se realizará, donde los pocos depósitos de desperdicios al servicio de la población se desbordan continuamente, y donde insalubridad, aguas albañales, epidemias, vectores infecciosos y malos olores campean por sus respetos.
 
No es “aparente” la decadencia en esa Habana donde pasan los decenios y las viviendas de los cubanos de a pie no reciben ni un poco de pintura ni una mínima reparación de techos, puertas y ventanas, ni pueden instalar duchas, lavamanos o inodoros, o sustituir puertas y ventanas en mal estado, mientras “zonas congeladas” y barrios donde la nomenklatura disfruta la vida no conocen limitaciones ni escasez.
 
No es “aparente” la decadencia en esa Habana si el servicio eléctrico sin interrupciones es privilegio lejos del alcance de trabajadores humildes, pero nunca falta donde residen miembros del buró político o del comité central, o altos oficiales de las fuerzas armadas y los aparatos de seguridad.
 
No es “aparente” la decadencia en esa Habana donde para comprar boniato, calabaza o quimbombó es necesario pasar horas en colas bajo el sol, y donde desayunar, almorzar y cenar es lujo de sectores muy reducidos de la población o privilegiados del régimen.
 
¿Habana, ciudad maravilla? ¿Venida a menos a veces? ¿Aparente decadencia?
 
No me gusta ser innecesariamente grosero cuando escribo, pero ante inmoralidad tan colosal solamente se me ocurre una expresión muy cubana:
           ¡No jodan!
 
     NOTA:
Macondo es el pueblo ficticio descrito en la novela Cien años de soledad del colombiano, premio Nobel de literatura, Gabriel García
             Fuente Cuba Encuentro


Primer  Anterior  Sense resposta  Següent   Darrer  

 
©2025 - Gabitos - Tots els drets reservats