"El eco huye de las identidades doblegadas al insoportable llanto del auto-engaño, o a los ojos empapados de temores y que hacen falda de lágrimas al tiempo. Las manecillas son cortas como la vida misma, el amor no quiere saber de tristes sonrisas, apagadas al tedio eclesiástico y al credo del pecado del arcoíris o el triángulo, símbolos que adoptaron las identidades doblegadas" #EQUIDAD.
El Armario: Eco de la Identidad Doblegada
Por Francisco “El Jimagua” - Universo Gay Dos caballeros descubrieron en un beso la pasión que desenfrenó un querer único. Comenzaron a salir y a conocerse el uno al otro. La identidad sexual de uno de ellos era libre como el viento, el segundo caballero sintiéndose también libre, halló el amor y con éste la cárcel de su pasado. El temor ponía a prueba un amor quizá ya predestinado.
El eco huye de las identidades doblegadas al insoportable llanto del auto-engaño, o a los ojos empapados de temores y que hacen falda de lágrimas al tiempo. Las manecillas son cortas como la vida misma, el amor no quiere saber de tristes sonrisas, apagadas al tedio eclesiástico y al credo del pecado del arcoíris o el triángulo, símbolos que adoptaron las identidades doblegadas.
En el pasado he escrito en numerosas ocasiones sobre cómo la homofobia y el fundamentalismo religioso son factores predeterminantes que se relacionan con la decisión de que, miles de seres humano decidan vivir una doble vida. Doblegando su identidad cierta al rasgo visible de una apariencia totalmente falsa y llena de sufrimientos.
Es triste saber que el odio que escupen aquellos moralistas que se creen que, por ir juzgando a su prójimo tienen el cielo gano, o en la palma de sus manos, logren hacer estólidos corazones que pudieran elevar al concepto amor a lo más alto, la libertad de los sentimientos. Pero la buena noticia es que el tiempo aunque nos parezca en ocasiones vil y rápido, nos otorga oportunidades innumerables para afrontar nuestra identidad sexual de diversas maneras.
La diversidad como concepto ávido de diferencias que deben ser aceptadas, o respetadas nos muestra el camino a seguir. En primer lugar nuestra identidad sexual no debe porque doblegarse a ningún postulado religioso o moralista. El mero hecho de sentirnos mal por la opinión mayoritaria sobre el supuesto pecado o la inmoralidad del homosexualismo, nos hace cómplices o participes de dichos enunciados totalmente equivocados.
Solo basta con que comencemos un proceso de adaptación y aceptación introspectivos en donde aprendamos a amarnos tal como nacimos, ¡hombre!, como somos y punto. Una vez aceptándonos tal cual somos debemos comenzar a discernir el camino que deseamos andar, teniendo como destino la libertad y la felicidad (venga con lo que venga).
Salir del armario no significa ponernos un sello en la frente que diga “soy homosexual” significa cambiar las prendas de ropa con las que nos vestíamos antes de dolor, engaños, rencores y sufrimientos, por aquellas prendas que nos permitan vivir en privado tal como anhelamos. Para ello debemos respetarnos y respetar a los demás, ya que nuestra conducta es espejo de lo que somos como seres humanos, merecientes de respeto y total equidad de garantías por parte del gobierno.
Así que les invito mis hermanos a no ser eco de las identidades sexuales doblegadas y a vivir en la libertad total o en la libertad privada. El poder es tuyo y no del homofóbico, no del religioso pecador y juzgador, no del político, el poder es del pueblo, y la comunidad GLBTT somos parte de un mismo entorno. Simplemente existimos, vive con orgullo para que quienes desean verte caminar siendo una apariencia o una mentira se enteren.