Pasajeros de un vuelo de JetBlue en el aeropuerto de Santa Clara, Cuba, en agosto del 2016
  Más de 50 senadores apoyan eliminar restricciones para viajar a Cuba
Nora Gámez Torres - El Nuevo HeraldCuando el fin de la revisión de la política hacia Cuba se acerca a su momento decisivo, políticos, compañías y organizaciones que apoyan expandir las relaciones están realizando un esfuerzo extra para enviar un mensaje a Donald Trump: presidente, no elimine las oportunidades de viajar a la isla.
Los senadores Patrick Leahy (D-VT) y Jeff Flake Jeff Flake (R-AZ) presentaron de nuevo el jueves por la tarde un proyecto de ley para eliminar las restricciones de viajes a Cuba (Freedom for Americans to Travel to Cuba Act). El proyecto, que en 2015 tuvo ocho copatrocinadores, tiene ahora el apoyo de 55 senadores de ambos partidos.
“Al tiempo que la Administración está terminando su revisión de la política hacia Cuba, es importante mostrar que una mayoría bipartidista en el Senado apoya no solo no revertir las medidas que tomó (el presidente Barack) Obama para expandir los viajes, sino ir incluso más allá y eliminar todas las restricciones”, dijo James Williams, presidente de Engage Cuba, en declaraciones a el Nuevo Herald. Engage Cuba es una coalición de empresas y organizaciones que hacen cabildeo para eliminar las sanciones al gobierno de la isla.
El proyecto de ley eliminaría todas las restricciones a los viajes de estadounidenses y residentes en Estados Unidos a Cuba, así como las transacciones bancarias asociadas. Un proyecto similar fue presentado en la Cámara pero con menos patrocinadores. Incluso si el proyecto de ley no llega a ser discutido y sometido a voto en el Senado, se trata de defender ante la Casa Blanca los beneficios de la política de acercamiento a Cuba.
En otro gesto este viernes, los senadores Leahy, Flake, Amy Klobuchar (D-MN) y Mike Enzi (R-WY) introdujeron el Freedom to Export to Cuba Act of 2017, un proyecto de ley para levantar el embargo al comercio con Cuba.
“Esta legislación bipartidista beneficiaría a los pueblos de ambos países al impulsar las exportaciones estadounidenses y la creación de oportunidades para el pueblo cubano. Tenemos que pasar la página de la fallida política de aislamiento... y poner fin al embargo de una vez por todas”, dijo Klobuchar.
La Administración del presidente Barack Obama expandió a 12 las categorías de viajeros autorizados para viajar a Cuba pero la eliminación de todas las restricciones requiere una decisión del Congreso. Como resultado de las medidas adoptadas por Obama, el número de estadounidenses que viajaron a la isla se disparó, con un 118 por ciento de crecimiento con respecto al 2016 hasta marzo de este año—en 2016, más de 280,000 estadounidenses viajaron a la isla.
“Las restricciones que nuestra ley tumbaría son un vestigio fallido de la guerra fría. La prohibición de viajar no está justificada ni por nuestra seguridad nacional ni para nuestros intereses económicos”, comentó Leahy.
Pero los que apoyan el acercamiento iniciado por Obama temen que los viajes a Cuba estén en peligro. Aunque la revisión de la política hacia Cuba es un ejercicio realizado por las distintas agencias federales y coordinado por el Consejo Nacional de Seguridad, los congresistas cubanoamericanos Marco Rubio y Mario Díaz-Balart—contrarios a la actual política y favorables a eliminar lo que consideran concesiones al gobierno de La Habana—están jugando un rol protagónico en el proceso.
“Reconocer el derecho inherente de los estadounidenses a viajar a Cuba no es una concesión a los dictadores, es una expresión de libertad”, consideró Flake. El senador argumentó que la eliminación de las prohibiciones para viajar a ese país “puede allanar el camino a un cambio significativo al aumentar el contacto entre los cubanos y los estadounidenses diariamente, y seguro que tendrá beneficios positivos para el floreciente sector empresarial y privado de la isla”, agregó.
El Cuba Study Group destacó en un comunicado en apoyo al proyecto de ley que la eliminación de las restricciones tendría un efecto “significativo” en la vida de los cubanos, sobre todo para los que se han unido al sector privado.
“En lugar de verse obligados a utilizar al gobierno como intermediario, cientos de miles de cubanos que trabajan en los restaurantes independientes, en el alquiler de habitaciones, y una amplia gama de otras profesiones de servicios tendrían acceso directo a la moneda EE.UU.”, señaló la organización.
Unas 40 compañías y asociaciones que organizan viajes a Cuba también enviaron una carta a Trump para pedirle que priorice “el crecimiento y la creación de empleo” en la revisión.
Los firmantes—entre los que se encuentran antiguas compañías de vuelos fletados así como la American Society of Travel Agents, la National Tour Association y United States Tour Operators Association—dicen que el aumento de visitantes estadounidenses a Cuba les ha permitido “contratar a más empleados estadounidenses”, en un mensaje que apela también al tema America First de Trump.
“La Administración Trump debería poner a las empresas y viajeros estadounidenses en condiciones de competir con la influencia china, rusa y venezolana en la isla”, agregó Collin Laverty, presidente de Cuba Educational Travel, quien coordinó la carta.
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