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General: Mañana 21 de agosto: Mitos, leyendas y estudio del eclipse solar en EE.UU.
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Respuesta  Mensaje 1 de 3 en el tema 
De: CUBA ETERNA  (Mensaje original) Enviado: 20/08/2017 15:59
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Louis Lussier, director del proyecto  Centro Nacional de Investigación Atmosférica, con el avión Gulfstream V que será usado para estudiar el sol durante el eclipse 
   Los científicos estudiarán el próximo eclipse como nunca antes lo habían hecho
     Por Nicholas ST. Fleur — Colorado — Read in English
 El avión Gulfstream V estacionado en el hangar del aeropuerto de esta ciudad ha monitoreado huracanes, tormentas eléctricas y tormentas de nieve en todo el mundo. Sin embargo, el 21 de agosto, este jet se elevará a casi 14 mil metros en busca de un fenómeno natural como ningún otro al que se haya enfrentado: un eclipse total de Sol.

“En esto no hay segundas tomas; normalmente tenemos un poco más de margen de error”, comentó Louis Lussier, director del proyecto de la aeronave de investigación del Centro Nacional de Investigación Atmosférica. “Necesitamos estar en la ruta precisa y en las ubicaciones específicas en los momentos exactos”.

La precisión es elemental porque Lussier y sus colegas planean usar los escasos momentos bajo la sombra de la Luna para recabar datos sobre el Sol que no se pueden obtener desde la Tierra. Es uno de los muchos experimentos que los científicos que verán el eclipse realizarán en todo Estados Unidos, además de ser una oportunidad sin precedentes para profundizar nuestra comprensión del Sol, así como de la atmósfera de la Tierra.

El vuelo del jet especializado, que opera el Centro Nacional de Investigación Atmosférica en representación de la Fundación Nacional de Ciencias de Estados Unidos, tendrá lugar mientras los astrónomos observan simultáneamente la corona solar desde la Tierra y los ciudadanos toman fotos y graban sonidos.

“Nunca ha habido un acontecimiento como este en la historia de la humanidad, en el que tanta gente pueda participar y con tecnología tan excepcional”, dijo Carrie E. Black, directora asociada del programa del área de ciencias atmosféricas y geoespaciales de la fundación, durante una reunión de astrofísicos en Boulder, Colorado, el mes pasado. “Esto se ha convertido en un laboratorio natural”.

Ella confía en que millones de personas verán el eclipse y muchas de ellas recabarán imágenes que serán analizadas por los científicos durante los próximos años, dijo. Ese torrente de datos de astrónomos profesionales y amateurs podría ayudar a los científicos a pronosticar algún día las explosiones solares eruptivas —o “clima espacial”—, que dañan los satélites de comunicaciones y las redes de suministro eléctrico.

“Así como decimos que se necesita un pueblo entero para criar a un niño”, comentó Madhulika Guhathakurta, científica principal de la NASA para el eclipse de 2017, “diré que necesitamos a todo Estados Unidos para realmente recabar información de distinto tipo —científica, psicológica, de comportamiento animal— con el fin de entender realmente en su totalidad qué tan estrechamente ligados estamos a nuestra estrella”.

Ojos en el cielo
Esta es la primera vez que el Gulfstream V, que lleva sensores y equipo para la investigación atmosférica, estudiará el espacio.

“La cámara estará justo aquí, mirando hacia arriba en línea recta”, afirmó Lussier, señalando una ventana de 15 x 22 centímetros en el techo del avión. “Podremos ver todo el eclipse a través de esta ventana”.

Desde su ojo en el cielo, los investigadores experimentarán la totalidad, el punto en el que la Luna bloquea por completo al Sol, durante unos cuatro minutos, mientras que desde la Tierra solo se verá durante aproximadamente dos minutos y medio.

Los científicos usarán el tiempo adicional y un dispositivo enorme llamado espectrómetro para observar la corona solar, la capa de plasma que rodea a nuestra estrella. La corona solo es visible desde la Tierra durante un eclipse total de Sol y los científicos aprovechan el fenómeno para estudiar sus propiedades.

Gracias a varios avances tecnológicos de las últimas décadas, este eclipse ofrece a los científicos la oportunidad de observar la corona en el espectro infrarrojo, lo cual podría ofrecer más información sobre los campos magnéticos solares. Los datos podrían ayudar a resolver un misterio antiguo: ¿por qué la corona arde a millones de grados Celsius, una temperatura mucho más elevada que la de la superficie solar?

Jenna Samra, quien está por concluir su doctorado en Física Aplicada del Centro de Astrofísica Harvard-Smithsonian, es una investigadora principal del proyecto y ayudó a diseñar el dispositivo. Ella busca identificar cinco líneas de emisiones infrarrojas que se crean cuando los electrones en la corona chocan con partículas cargadas en el plasma, con lo que posiblemente liberan otros electrones.

“Si las vemos, con el tiempo tendremos una forma de medir el campo magnético”, comentó. Para ello se podría desarrollar en el futuro un instrumento que observe el campo magnético.

Esto es importante, explicó, porque un día podría ayudar a los científicos a pronosticar mejor el clima espacial. Cuando las líneas del campo magnético solar se distorsionan y después se rompen, pueden lanzar miles de millones de toneladas de plasma a todo el sistema solar. De haber golpeado el planeta, una de esas poderosas explosiones en 2012 podría haber sido catastrófica para nuestra red eléctrica.

Samra estará en el avión, muy por encima de las nubes o tormentas inoportunas, así como de la mayor parte del vapor de agua en la atmósfera, que absorbe mucha de la radiación infrarroja. El avión volará desde el sureste de Misuri, atravesará Kentucky y por último llegará a Tennessee. Su vuelo suena emocionante, pero Samra dijo que lo más probable es que no pueda ver el eclipse debido a su ángulo por encima del horizonte.

“Es el primero en su tipo”, dijo Scott McIntosh, director del Observatorio de Gran Altitud del Centro Nacional de Investigación Atmosférica. “De tener éxito el 21 de agosto, abre la puerta a una plataforma totalmente nueva para la ciencia de los eclipses”.

El Gulfstream V no será el único jet en ir tras el eclipse total de Sol. La NASA operará dos aeronaves WB-57F, a las que equipará con telescopios de alta tecnología colocados en la nariz; despegarán de Houston y sobrevolarán Misuri, Illinois y Tennessee para capturar tres minutos y medio de totalidad y vistas claras de la corona.

La tripulación de cada jet será de solo dos personas: el piloto y un operador de un equipo de sensores que manejará las cámaras. Amir Caspi, astrofísico del Instituto de Investigación del Suroeste en Boulder e investigador principal del proyecto, estará observando desde una sala de control en Houston.

“Este será mi primer eclipse y no podré observarlo”, dijo Caspi. “Mi tarea será verlo a través de un televisor”.

Mediante la observación de la atmósfera exterior del Sol a través de dos telescopios, uno con un filtro gris y otro que detecta radiación infrarroja, Caspi y sus colegas esperan entender mejor la estructura de la corona y por qué tiene una temperatura tan elevada.

Las cámaras a bordo de los aviones tomarán imágenes de alta resolución del Sol 30 veces por segundo. Un telescopio observará las emisiones verdes de los átomos de hierro ionizados en la atmósfera exterior del Sol.

Caspi y su equipo usarán este equipo para investigar las ondas magnéticas en la corona y para buscar evidencia de nanoexplosiones, que son estallidos diminutos en la atmósfera solar. En ambos casos, el objetivo es obtener claves para entender por qué la temperatura de la corona se eleva tanto.

Y de paso, una hora antes y una hora después del eclipse total, los aviones dirigirán sus aparatos de observación infrarrojos hacia Mercurio para obtener información sobre la composición de este pequeño planeta.

Partículas cargadas
Mientras los aviones miran hacia el Sol, una gran cantidad de científicos en tierra pondrá su atención en nuestro planeta durante el eclipse.

Un área de interés particular es la ionósfera, una región en la atmósfera superior donde se encuentra la Estación Espacial Internacional y a través de la cual pasan señales de comunicaciones y de los satélites del Sistema de Posicionamiento Global (GPS, por su sigla en inglés), del que dependen miles de millones de personas. El eclipse les dará a los investigadores una oportunidad de investigar cómo reacciona la ionósfera a las alteraciones cósmicas.

Se puede decir que la ionósfera respira, sostuvo Greg Earle, profesor de Ingeniería Eléctrica en Virginia Tech.

Durante el día, la luz ultravioleta del Sol ayuda a producir billones de partículas cargadas que flotan en la atmósfera superior, las cuales ocasionan que la ionósfera “inhale” y se ensanche. Por la noche, exhala y pierde densidad. Los científicos han construido modelos que muestran cómo ocurren estos cambios diariamente.

Sin embargo, “el eclipse es como un puñetazo en la cara”, dijo Earle.

Va a apagar el Sol y creará una alteración que la ionósfera normalmente no experimenta. A los científicos les interesa esto porque constituye una oportunidad de poner a prueba la exactitud de sus modelos.

“El eclipse es un ejemplo especialmente sólido, pero de corta duración, del clima espacial”, explicó Philip Erickson, científico espacial del Observatorio Haystack del Instituto Tecnológico de Massachusetts.

A diferencia de los destellos solares o las explosiones masivas de la corona, un eclipse es un acontecimiento fácilmente predecible que produce una alteración relativamente pequeña. Según los modelos existentes, el de la próxima semana creará un orificio enorme en la ionósfera que atravesará la mayor parte de Estados Unidos en el transcurso de dos o tres horas, creando condiciones nocturnas en la atmósfera superior.

“Nos interesa saber qué tan profundo es este orificio y cuánto le tomará a la atmósfera reponerse después de que se mueva de lugar”, dijo.

Durante el eclipse, científicos como Erickson y Earle usarán una serie de herramientas, desde radares poderosos y satélites en órbita, hasta sensores de GPS y radios amateurs operados por científicos ciudadanos.

Erickson comentó que están sentando las bases para que en el futuro sea posible predecir con mayor exactitud el tipo de estragos que los episodios climáticos espaciales importantes pueden ocasionar en la ionósfera, lo cual nos permitiría proteger mejor la tecnología fundamental que orbita nuestro planeta.

“Inevitablemente, los humanos nos convertiremos en una sociedad espacial”, sentenció Erickson. “Entender el clima espacial en el entorno natural del espacio es un desafío clave que nos permitirá abandonar de manera gradual el planeta”.
 
 


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Respuesta  Mensaje 2 de 3 en el tema 
De: CUBA ETERNA Enviado: 20/08/2017 16:30
Estos timbres cambian con el calor para crear un eclipse en tus cartas
¡Olvídate de los timbres aburridos! Esta estampilla cambiará de un eclipse a una luna llena con la magia de tus dedos
 
eclipsestamps.png (969×496)
El calor de tu dedo cambiará la imagen en estos sellos que conmemoran el eclipse que viene -USPS
Demonios, dragones y vampiros: sello postal, mitos y leyendas de eclipses solares
                   Cuba Eterna - Gabitos
No todo el mundo llegará a ver el elipse total de Sol del 21 de agosto, que será visible en sólo 14 porciones de EE.UU. Pero todo el mundo podrá hacer su propio eclipse con los nuevos timbres sensibles al calor que llegarán el 20 de junio al Servicio Postal de Estados Unidos.
 
El timbre utiliza dos fotos, ambas tomadas por el astrofísico de Arizona, Fred Espenak, quien también es conocido como Mr. Eclipse. La primera fotografía muestra un eclipse solar total visto desde Jalu, Libia, en 2006.
 
Al aplicar calor corporal de tu pulgar o dedos -- o sea cuando tocas el timbre -- y frotas suavemente, se revela una foto de la luna llena. Cuando la imagen se enfría, vuelve a la foto del eclipse. El truco utiliza la primera aplicación de tinta termocrómica en una estampilla de EE.UU. Esta estampilla se emitirá como un sello Forever, lo que significa que siempre es igual en valor al precio actual de primera clase de 1 onza.
 
Demonios, dragones y vampiros: mitos y leyendas de eclipses solares
Un dragón se comió el sol o quizás lo hizo un sapo gigante, o un demonio. ¡Tal vez fuera un vampiro! Cuando el cielo se oscurecía en pleno día, las sociedades antiguas atribuían los eclipses solares a las más voraces criaturas.
 
Antes de desarrollar la ciencia, los seres humanos se servían de las supersticiones para explicar aterradores fenómenos como la repentina noche en pleno día, el descenso de las temperaturas y el silencio de los pájaros durante un eclipse total de sol.
 
Durante la antigüedad en China, las personas golpeaban tiestos para asustar al dragón que se había tragado el sol. Los aborígenes australianos tenían un chamán que lanzaba piedras sagradas y bumeranes al demonio.
 
“En general, los eclipses solares, en la era precientífica eran considerado como un mal augurio”, comenta Robert Massey, director ejecutivo interino de la Real Sociedad Astronómica de Londres.
 
“Eso no es sorprendente, si uno no sabía lo que estaba pasando, es fácil imaginar por qué se preocupaban tanto”, dijo a la AFP.
 
Recién cuando se pudo predecir de manera precisa el trayecto de la Luna en torno a la Tierra y de la Tierra en torno al Sol y las distancias entre los tres cuerpos, los eclipses totales se volvieron algo menos alarmante.
 
Pero este proceso tardó milenios.
Los eclipses solares totales son un enigma difícil de resolver, ya que para que sucedan es necesario un alineamiento raro entre el Sol, la Luna y la Tierra.
 
La Luna orbita en torno a la Tierra en un ángulo ligeramente inclinado, por lo que la mayoría de las veces pasa o muy arriba o muy abajo como para cubrir al sol.
 
Pero más o menos una vez cada 18 meses, nuestro satélite pasa en el plano preciso para bloquear la luz del sol y proyectar la sombra sobre nuestro planeta.
 
Para observar dos veces el fenómeno en el mismo lugar, habría que esperar varios cientos de años, lo que complicaba los primeros esfuerzos para descifrar estos acontecimientos.
 
Según los registros, hace 4,000 años ya hubo varios intentos, muchos de los cuales terminaron en fracaso.
 
Los estudiosos chinos Hi y Ho, conocidos como los “astrónomos borrachos”, fueron ejecutados por orden del emperador cuando fallaron a la hora de predecir un eclipse en el año 2137 aC.
 
El historiador griego Heródoto aseguró que Thales de Mileto predijo un eclipse en 585 aC que paralizó una sangrienta batalla. Los astrónomos modernos dudan que entonces fuera posible hacer este tipo de cálculos.
 
Pero a medida que avanzó el conocimiento, las predicciones de los eclipses ganaron en exactitud hacia la Edad Media.
 
“En el Renacimiento, definitivamente desde la invención del telescopio y con el trabajo de Copérnico, es difícil creer que hubiera mucha gente que todavía considerara los eclipses como un evento particularmente aterrador”, indicó Massey.
  
Nicolás Copérnico, que murió en 1543, formuló un mapa del universo con el Sol y no la Tierra en su centro.
 
Pero recién en el siglo XVII y XVIII los astrónomos Johannes Kepler e Isaac Newton y Edmond Halley pudieron determinar la mecánica del sistema solar.
 
Esto hizo posible predecir en qué parte de la Tierra iba a ser visible un eclipse, abriendo una nueva era de cazadores de eclipses.
 
Durante cientos de años, los eclipses fueron la única forma de observar la atmósfera del Sol, su corona, y para aprender sobre su temperatura, su composición y sus propiedades magnéticas.
 
La corona que es invisible por el brillo del propio Sol, aparece durante los eclipses como unos anillos de luz en torno al disco negro que provoca la superposición de la Luna.
 
Actualmente los científicos pueden usar instrumentos como el coronógrafo para este estudio.
 
“Sin embargo, un fenómeno denominado difracción desdibuja la luz cerca del disco en el coronógrafo, lo que hace que sea difícil obtener fotos nítidas de las partes internas de la corona”, según la NASA.
 
“Entonces, los eclipses solares totales siguen siendo la única oportunidad de estudiar estas regiones de forma muy detallada bajo la luz visible”, indicó.
 
En 1919 un eclipse total permitió al astrónomo británico Arthur Eddington confirmar la teoría general de la relatividad de Albert Einstein.
 
Equipos desplegados en Brasil y las islas Príncipe compararon la posición de las estrellas cerca del sol con fotografías previas de las ubicaciones, concluyendo que la gravedad del Sol curva la luz cuando pasa, como había indicado Einstein.
 
Actualmente los científicos pueden predecir eclipses con una precisión de menos de un segundo, según la Agencia Espacial Europea (ESA).
 
“Los eclipses pueden ser percibidos como una celebración del racionalismo”, declaró la ESA en un documento.
 
La Nasa, por su parte, ha publicado una lista en su página web de “ideas equivocadas respecto a los eclipses”, que excluye que provoquen daños a los fetos, que envenenen la comida que se cocina mientras ocurren, o traigan mala suerte o enfermedades.
 
“Los eclipses solares totales son aterradores y su fantasmagórica corona verdosa parece estremecedora, por lo que es natural que la gente trame historias de miedo en torno a ellos”, admitió la agencia espacial.
  
 
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Respuesta  Mensaje 3 de 3 en el tema 
De: cubanet201 Enviado: 20/08/2017 16:59

 
   


 
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