Foto por Mattia Micheli
Para la comunidad italiana LGBTQ, el orgullo y la fe significan protestar
Un activista italiano cuenta cómo es ser gay y católico
POR VINCENZO LIGREST — VICE
La relación entre la Iglesia de Roma y la sexualidad es sumamente compleja y, como todos saben, restrictiva, pero la comunidad LGBTQ suele llevarse la peor parte. Según el catecismo, "[los actos homosexuales] no proceden de una auténtica complementariedad afectiva y sexual" y "no pueden aprobarse en ninguna circunstancia". Esto también tiene una enorme influencia en la sociedad secular de Italia. Si bien las uniones civiles fueron aprobadas el año pasado tras la constante presión de la Corte Europea de Derechos Humanos, y más personas se han pronunciado sobre la necesidad de que todos los italianos tengan derechos iguales y mantengan su identidad —sin tener que renunciar a su fe—, aún queda un largo camino por recorrer. Una de las organizaciones que más desafía la posición de la iglesia sobre la homosexualidad es Kairos, un grupo activista italiano, cristiano y LGBTQ de Florencia. Hablé con Iacopo Ialenti, un miembro de Kairos de 22 años, sobre qué significa ser joven, católico y gay en Italia hoy en día.
VICE: ¿Cuándo te uniste a Kairos?
Iacopo Ialenti: Hace casi dos años y medio. Cuando salí del clóset, me mudé a Florencia para estudiar y me pusieron en contacto con un grupo LGBT en Milán. Mis padres no lo tomaron muy bien; mi papá me dijo que preferiría tener un hijo discapacitado. Pero la parte más difícil es asumir tu identidad: como cristiano, tienes que enfrentar la homofobia interna, que te convierte en tu peor juez. Y luego está la ley de Dios; cuando te dicen que no eres natural, es opresivo.
¿Qué pasó después?
Un día mi madre vino de visita y la llevé a una lectura divina con los miembros de Kairos. Cuando volvimos a casa, le dije, "Mamá, todos eran gay". Casi se desmaya. Mis padres han cambiado desde entonces. Ahora mi padre está buscando un marido para mí.
¿Qué porcentaje de la homofobia del país crees que es alentada por la iglesia?
Creo que la iglesia es responsable de casi un 70 por ciento de la homofobia. Italia debería ser un estado laico, y por desgracia, no lo es. La Biblia no habla de hombres que se enamoran, que es lo que me define. No sólo me atraen los hombres sexualmente, me enamoro de ellos.
¿Tienes esperanza de que la iglesia pueda cambiar?
Durante el sínodo de los obispos de 2015 (una reunión de miembros del concilio ecuménico), le pedimos a la iglesia que dejara de considerar la homosexualidad como una tendencia y comenzara a considerarla más como una inclinación. Pero el poder de la iglesia está basado en la percepción de la gente. Cuando los creyentes cambien su punto de vista, Roma cambiará. Todavía espero que un papa kamikaze llegue y escriba una carta encíclica (un documento papal que aborda las creencias y enseñanzas católicas) que diga que los homosexuales son iguales a las personas heterosexuales ante la gracia divina.
¿Cuánto tiempo crees que tome?
Siglos. Supongo que no podré ver la luz de esta nueva era.
¿Qué estás haciendo para contribuir al cambio?
He estado recorriendo escuelas y hablando con los jóvenes sobre mi experiencia. Además, soy miembro de los grupos florentinos Azione Gay e Lesbica y Gruppo Giovani GLBTI, y he protestado en las calles varias veces por los derechos de los homosexuales. Con Kairos estamos tratando de hacer nuestra parte en la red católica nacional LGBTQ, organizando grupos de autoayuda y eventos para padres. Hemos tratado activamente de hacer que la iglesia se fije en nosotros y en nuestra lucha. En 2013, los miembros de Kairos fueron los principales promotores de una carta dirigida al papa — pedíamos un diálogo sobre la homosexualidad. Él nos contestó y nos dio su bendición, pero eso fue todo.
Cuando saliste del clóset, ¿pensaste en dejar la iglesia? .
"Sólo porque soy gay no significa que sea ateo". Siento pena por aquellos que niegan su sexualidad en nombre de la religión.
¿Alguna vez te has sentido excluido de la comunidad gay debido a tu fe?
¡Toda la vida me han discriminado! No tienes idea de cuántos chicos me botaron después de descubrir que era católico.
Kairos fue uno de los organizadores de la primera celebración del orgullo gay en Florencia el año pasado. Fue un poco sorpresivo para algunos. ¿Crees que ayudó a cambiar opiniones?
La celebración del orgullo fue extravagante porque es una ciudad en movimiento, y participaron muchas personas: drag queens, católicos y muchos más. Éramos un grupo pequeño pero explosivo. Incluso nos acompañó la hermana Fabrizia, nos acogió en su convento. Esperamos que todos empiecen a abrir los ojos.
Traducción Álvaro García