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El Memorial de la ‘desvergüenza’ castrista Se pretende que las nuevas generaciones desconozcan las acciones despiadadas del castrismo
Orlando Freire Santana | La Habana | CubanetEn la casona ubicada en la esquina de 5ta. Avenida y calle 14, en el barrio habanero de Miramar, que sirvió de sede durante el trienio 1959-1962 a la Sección de Operaciones de la Seguridad del Estado (G-2), el castrismo ha inaugurado el pomposamente llamado Memorial de la Denuncia.
Por supuesto que se trata de la versión oficialista de las relaciones de Cuba con Estados Unidos a partir de 1959, en la que sobresalen las “agresiones” de todo tipo sufridas por la isla como resultado de la política del vecino del norte. Una política que, según semejante punto de vista, sería la responsable de las calamidades padecidas por los cubanos.
Los materiales que se muestran en las seis salas del Memorial pretenden que las nuevas generaciones conozcan únicamente los hechos que favorezcan la imagen de los gobernantes cubanos, al tiempo que son ignorados los sucesos que muestran la entraña despiadada del castrismo.
La sala dedicada al tema migratorio, por ejemplo, se esfuerza por demostrar que ha sido el gobierno de Estados Unidos el que ha manipulado políticamente ese asunto. Para ello se le brinda amplia cobertura a la Ley de Ajuste Cubano, causante según el oficialismo de que infinidad de cubanos hayan muerto en el estrecho de la Florida; se habla de la Operación Peter Pan; y se exhiben las imágenes del niño Elián González a la deriva en medio del mar.
Sin embargo, ni una sola foto de los mítines de repudio y las golpizas que debieron soportar los que se iban por el Mariel. Porque eso sí fue politizar el tema migratorio, ya que los emigrantes económicos —como califica el castrismo a los que abandonaron la isla en ese momento— se van de sus países sin que nadie los moleste.
El Memorial ignora igualmente el hundimiento del remolcador 13 de Marzo, ese hecho criminal al que el castrismo ni permite que se le recuerde mediante el lanzamiento de flores al mar.
Del resto de las salas del Memorial llama la atención la dedicada al Terrorismo de Estado, como denomina la propaganda oficialista a las acciones atribuidas directamente a las distintas administraciones norteamericanas. Aquí, entre otros aspectos, apreciamos libros e imágenes relacionados con la epopeya del Escambray durante los años 60.
Claro, todo presentado de manera tal que el cubano de a pie, ese que solo puede acceder a los periódicos y la televisión oficialistas, nunca se entere de que Fidel Castro protagonizó la tercera política de reconcentración que recuerda la historia de Cuba.
Las dos primeras, como se sabe, fueron aplicadas por el Conde de Valmaseda y Valeriano Weyler en las contiendas independentistas de 1868 y 1895, respectivamente. Los temibles militares españoles obligaron a las familias cubanas a reconcentrarse en poblados y ciudades para que no colaboraran con nuestros mambises.
Fidel Castro hizo algo parecido. Sacó a la fuerza a las familias que vivían en el Escambray para evitar que dieran agua y comida a los alzados. Pero no se detuvo ahí: dividió a esas familias. Las mujeres y niños fueron enviados a La Habana, mientras que a los hombres los trasladaron a la inhóspita zona occidental de Pinar del Río, donde debieron erigir, en difíciles condiciones de trabajo, un poblado al que llamaron Sandino.
En estos días de agosto aún es escasa la asistencia al Memorial de la Denuncia. Cuando comience el curso escolar el 4 de septiembre, es muy probable que los estudiantes de todos los niveles de enseñanza deban acudir, como parte del programa de la asignatura de Historia de Cuba, a presenciar las “maldades del imperialismo yanqui”.
Victimas del régimen castrista
El Memorial ignora igualmente el hundimiento del remolcador 13 de Marzo, ese hecho
criminalal que el castrismo ni permite que se le recuerde mediante el lanzamiento de flores al mar.
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