Bye, Bye Tom Price, el secretario de Salud y Servicios Humanos, renunció el viernes a su cargo. El presidente Donald Trump aceptó su renuncia.
Adiós al secretario de Salud
No aguantó: escándalo tumba a ministro de Trump El costo político por los abusos de su ministro eran demasiado altos para el presidente
Junta Editorial El Nuevo HeraldDurante los pasados cinco meses, mientras los republicanos del Congreso hacían varios esfuerzos por eliminar el plan de salud conocido como Obamacare, el hombre a cargo de administrar ese programa volaba por el país, a Europa y a Asia en aviones privados, a un costo a los contribuyentes de más de $400,000.
El jueves pasado por la noche, la cifra se acercaba al millón de dólares.
A Trumpito no le agradó el escándalo suscitado por la revelación de los costosos periplos de Price. El miércoles, el Presidente expresó su malestar con el problema del secretario de Salud. Ya en ese momento estaba considerando la posibilidad de sacarlo del gabinete.
El jueves, Price intentó salvar su posición afirmando que los contribuyentes no tendrían que pagar nada por sus vuelos privados. Aseguró que él pagaría todos los gastos.
“Hoy mismo enviaré un cheque personal al Departamento del Tesoro por los gastos ocasionados por mis viajes en vuelos chárter”, dijo Price.
Se comprometió además a colaborar con la investigación en la Cámara sobre el asunto y a no volver a tomar ningún vuelo privado en el desempeño de sus funciones como secretario de Salud.
Pero ya era demasiado tarde para aplacar la polémica.
Los conservadores enfatizan su preocupación con el gasto público. Pero en este gobierno, el estilo de vida suntuoso parece superar a la ideología conservadora.
El propio presidente ha gastado millones de dólares de los contribuyentes en sus frecuentes viajes los fines de semana fuera de Washington, y sus gastos en seguridad son astronómicos.
El secretario del Tesoro, Steve Mnuchin —que según la revista Forbes tiene su propio jet privado— pidió a la Casa Blanca que lo dejara usar un avión del gobierno para su luna de miel en Europa, el pasado agosto. Al final no usó ese avión, pero sí voló en una aeronave del gobierno a Kentucky, el 21 de agosto, para ver el eclipse solar.
El ex secretario de Salud es rico (su fortuna se calcula en unos $14 millones). Hizo dinero como cirujano ortopédico y luego entró en el Congreso. Invirtió en empresas de productos médicos, por las cuales abogó en el Capitolio.
Alguien con ese historial de conflictos de interés no debió haber pasado la prueba para integrar el gabinete presidencial. La afición de Price a los viajes de lujo a expensas de los contribuyentes le costó finalmente el puesto. El presidente Trump hizo muy bien en aceptar su renuncia, aunque no debió haberlo nombrado secretario de Salud en un inicio. De todas formas, más vale tarde que nunca.
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