POR CATALINA RUIZ PARRA
Un cubano residente de Miami cobró más de $18,000 en cheques del Seguro Social que recibía un familiar suyo mientras el beneficiario estuvo dos años en Cuba sin reportarlo al gobierno estadounidense.
El dinero que Carlos Alberto Valdés cobró a nombre de su tío entre junio del 2014 y julio del 2016 lo usó para sus gastos personales, como comidas en restaurantes, compras en supermercados y en gasolina para su auto, entre otros.
Los pagos mensuales por cerca de $730 se hacían a una cuenta de ahorros conjunta entre el beneficiario y Valdés, quien usó el dinero para beneficio propio mientras su familiar estaba en Cuba.
La mala noticia es que el hombre de 49 años ahora tendrá que devolver todo el dinero, tras ser condenado por el Tribunal Federal de Miami a 15 años de libertad condicional, a restituir $18,253 y cumplir 250 horas de servicio comunitario, según documentos de la corte.
La Administración del Seguro Social inició una investigación contra Valdés en julio del 2016, tras recibir una llamada anónima en la que se reportó que el hombre estaba cobrando los cheques del Seguro Social a nombre de un beneficiario (a quien se refieren en el documento de acusación con las iniciales F.R.G.) y que este se encontraba viviendo en Cuba.
Las autoridades confirmaron que el beneficiario del subsidio que reciben los mayores de 65 años con ingresos bajos o discapacitados, había salido de Miami el 7 de enero del 2014 a Cuba y regresó dos años después.
El beneficiario volvió el 28 de julio del 2016 a Miami, dos semanas después de que fuera notificado a través de una carta de que desde el 1 de julio no recibiría más cheques por encontrarse fuera del país.
El beneficiario acudió junto a Valdés a una oficina de la Administración del Seguro Social en Miami, en la que le dijeron que podía volver a recibir sus cheques si demostraba que estuvo afuera de Estados Unidos solo por unos meses.
Sin embargo, el pasaporte demostraba lo contrario y 15 días después volvió a tomar un vuelo desde el aeropuerto de Miami a Cuba.
El 25 de julio del 2017 un agente especial de la Administración del Seguro Social entrevistó a Valdés en su trabajo y le mostró pruebas de que había usado el dinero para comer en restaurantes y hacer compras en Home Depot, Publix, Walmart y U-Haul, entre otros.
Valdes dijo inicialmente que durante todo ese tiempo el beneficiario del subsidio estaba en su casa y que compraba esas cosas para él. Luego admitió que usó los $18,253 para beneficio propio.